Líderes empresariales, el legado
Innovación y compromiso: la historia de Expreso Bolivariano en el transporte colombiano
Por más de seis décadas, Expreso Bolivariano ha conectado a millones de colombianos con cientos de destinos en todo el territorio nacional. Socorro Contreras fue una de las personas detrás de las innovaciones que hoy consolidan a esta compañía como una de las más relevantes para el sector.
Una geografía tan diversa como su gente, unido a un constante flujo migratorio y a los inconvenientes que a diario se encuentran en una vía colombiana, son algunas de las circunstancias a las que se enfrenta una empresa como Expreso Bolivariano, que trabaja para conectar al país, de forma segura, cómoda y confiable. Esto implica estándares de alta calidad, talento humano permanentemente entrenado, un plan de revisión técnica minuciosa de vehículos. En general, un especial cuidado en todos los detalles del servicio para brindar una experiencia memorable a cada persona que viaja por carretera.
Eso lo entendió muy bien la señora Socorro Contreras de Betancourt, la principal responsable de que Expreso Bolivariano se haya quedado en los corazones de los colombianos. La compañía la fundó don Ulises Betancourt en 1956. Era una flota de 30 buses que inició con recorridos en varios municipios de Cundinamarca y Tolima, que lentamente fue expandiendo su operación al Eje Cafetero y el suroccidente del país. La señora Socorro, oriunda de Pamplona, Norte de Santander, se casó con don Ulises en 1965 y desde entonces se volvió parte fundamental para la expansión de la compañía.
“Algo que refleja muy bien la visión de mi madre es una frase característica que tenía: “Yo no solo soy transportadora, sino también empresaria”. Eso connota algo importante porque muchas veces los transportadores dejaban de lado la visión de empresa a la hora de tomar decisiones”, recordó Edward Betancourt, hoy gerente general.
Los señores conductores
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Esa visión quedó plasmada en varias decisiones que marcaron el camino de la empresa, como la creación de talleres para revisión de los vehículos, la importación de buses de última generación y una gran apuesta por el bienestar de los empleados.
“Ella ayudó a consolidar el procedimiento de administración de conductores partiendo de buscar su beneficio y el de sus familias, con planes muy completos de preparación. En pandemia, por ejemplo, ni un solo señor conductor fue despedido porque para nosotros todo su proceso de experiencia y preparación es invaluable”, precisó Betancourt.
Hoy, Bolivariano emplea a más de 1.200 conductores que cuentan con las mejores condiciones posibles para hacer su trabajo. De hecho, una de las tareas de la señora Socorro cuando estuvo al frente de la compañía era la de seleccionar, con un ojo exigente pero muy generoso, a todos los que querían ingresar.
Los grandes retos
A lo largo de sus 67 años de historia, la empresa ha tenido que afrontar varios desafíos. Durante el recrudecimiento de la violencia en Colombia, en la década de los noventa, Bolivariano se acogió a la Ley 550 de 1999, fueron años en los que aprendieron a ser cautelosos en los gastos, aprovechando la oportunidad para seguir innovando en el servicio y protegiendo siempre su capital más valioso, los trabajadores.
En 2002 pudieron iniciar nuevamente el ascenso y para ello retomaron la idea que había sido la premisa de la compañía: las personas prefieren viajar en buses nuevos. “Al día de hoy, el 95 por ciento de nuestra flota tiene sistemas de entretenimiento, que incluye tomacorriente individual, wifi de alta calidad y pantallas para disfrutar de películas, series y música”, precisó Betancourt.
Este tipo de innovaciones consolidan su servicio como una alternativa al mercado aéreo que parece no encontrar un modelo de negocio amable con los pasajeros. Mientras el transporte aéreo cada vez es más restrictivo en la compra de pasajes, destinos, equipaje, entre otros, el terrestre le apunta a ofrecer mayor flexibilidad y practicidad en todos los sentidos.
“Queremos acabar con esa idea de que Colombia es un país de clases. Hay que dejar de pensar que quien viaja por avión es de una clase diferente al que lo hace por bus. Además, por vía aérea, contando lo que implica la logística de un vuelo, no hay ningún destino que esté a menos de dos horas y media. Por mucho menos costo brindamos todas las comodidades por tierra. Queremos darle estatus a esta modalidad sin subirle el precio”, explicó Betancourt.
Para conservar el legado de la señora Socorro Contreras, Bolivariano le hace un llamado al Gobierno para que se fortalezca la lucha contra el transporte informal. “Esta industria mueve más de 100 millones de pasajeros en un año. Más de cinco veces lo que mueve el transporte aéreo. La invitación es a invertir más en el control del sector. Nuestra labor trae progreso a las regiones, educación, oportunidades, turistas, comercio y mucho más. Colombia es un país de más de 1.000 municipios, a los que a la mayoría se llega por tierra”, concluyó Betancourt.
*Contenido elaborado con apoyo de Expreso Bolivariano.
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