Especial Liderazgo Empresarial Femenino

¿La presencia de mujeres en cargos directivos mejora indicadores financieros? Esto es lo que ha sucedido en Grupo Aval

María Lorena Gutiérrez, presidenta del Grupo, subrayó la importancia del liderazgo femenino para fortalecer la competitividad empresarial. Además, reflexionó sobre los desafíos para que en Colombia haya verdadera equidad.

26 de julio de 2025, 11:00 a. m.
María Lorena Gutiérrez, presidenta de Grupo Aval
María Lorena Gutiérrez, presidenta de Grupo Aval. | Foto: Esteban Vega La-Rotta

¿Por qué es clave para el progreso del país la presencia de mujeres en el sector empresarial?

MARÍA LORENA GUTIÉRREZ: La participación de las mujeres en el mundo empresarial ha dejado de ser un tema simbólico y simplemente de cuota. Hoy, hay mujeres liderando sectores estratégicos, construyendo empresas, tomando decisiones y conduciendo organizaciones. En el Grupo Aval, las mujeres no solo son mayoría entre nuestros colaboradores –el 52 por ciento de nuestra fuerza laboral– también están al frente de compañías del grupo como Corficolombiana, Banco Popular, ADL Digital Lab, Aval Valor Compartido y la vicepresidencia de sostenibilidad del holding. En Aval creemos en el liderazgo femenino.

¿Qué beneficios genera en las empresas el liderazgo femenino?

M.L.G.: Diversos estudios demuestran que las organizaciones lideradas por mujeres tienen mayor probabilidad de lograr una rentabilidad superior al promedio. La diversidad en el liderazgo enriquece la toma de decisiones, fortalece la innovación y mejora la competitividad. Además, liderar no implica replicar modelos tradicionales; no hay una sola forma de dirigir. Las mujeres pueden ejercer liderazgo desde la firmeza, pero también desde la empatía, la escucha y la visión estratégica.

¿Siente que hoy Colombia es un país más equitativo?

M.L.G.: Pese a que las mujeres cada vez ganamos más espacio en varios sectores productivos, la brecha sigue siendo significativa. Según el Dane, en marzo de 2025 la tasa de desempleo femenino en Colombia fue del 12,6 por ciento, en comparación a la tasa de desempleo en hombres, que fue del 7,4 por ciento. Además, las mujeres ganan, en promedio, 82,7 pesos por cada 100 pesos que ganan los hombres en las zonas urbanas, y 65,5 pesos por cada 100 pesos en las rurales. En el ámbito del liderazgo empresarial, aunque hemos avanzado, la participación de mujeres en juntas directivas para 2024 fue de un poco más del 25 por ciento, lo que dista mucho de una representación equitativa.

¿Qué se está haciendo en Colombia para que más mujeres lideren el mundo empresarial?

M.L.G.: Hoy hay más mujeres en juntas directivas, gremios, cargos públicos de alto nivel y rectorías de universidades. La equidad también se construye desde los colegios, la eliminación temprana de estereotipos y el fomento de la educación para niñas y jóvenes en áreas en las que todavía no están suficientemente representadas, como tecnología, infraestructura, matemáticas o energía.

¿Hoy se tiene una mayor conciencia sobre la necesidad de cerrar brechas?

M.L.G.: Sí, pero el reto no está solo en hacer visibles a las mujeres que ya llegaron, sino en preparar a las que aún no tienen acceso. Un estudio de la Ocde sugiere que igualar la participación laboral femenina podría aumentar el PIB 12 por ciento. Además, la presencia de mujeres en cargos directivos está vinculada a la rentabilidad y a mejores indicadores financieros en las empresas. Sin embargo, aún hay una diferencia real en el acceso a capital, en brecha salarial y en la participación en sectores tradicionalmente dominados por hombres.

¿Cómo ha experimentado ser mujer y alcanzar el éxito en el mundo empresarial?

M.L.G.: A lo largo de mi carrera me ha tocado trabajar más fuerte y demostrar más que muchos hombres. He estado en sectores en los que históricamente las decisiones no las tomaban mujeres y aun así nunca esperé a que me dieran espacio. Me formé, asumí responsabilidades y me concentré en ejecutar. No creo en discursos que se quedan en lo simbólico: el liderazgo debe expresarse en resultados. He tenido la oportunidad de liderar desde la academia, el Gobierno y hoy desde el sector empresarial.

En todos he mantenido una visión clara para tomar decisiones con rigor, sin perder la capacidad de escuchar ni de construir equipos diversos. Las mujeres no tenemos por qué pedir permiso para estar donde estamos. Pero sí tenemos la responsabilidad de dejar capacidad instalada, de abrir espacio para otras y de demostrar con hechos que podemos dirigir compañías complejas sin justificar cada paso que damos.

¿Cómo se construye un liderazgo efectivo en un entorno de transformación constante como el sistema financiero colombiano?

M.L.G.: Con criterios, datos y capacidad de adaptación. Hoy, el liderazgo requiere escuchar más, trabajar en equipo y menos ego. Se trata de entender el contexto, apoyarse en equipos diversos y tomar decisiones con responsabilidad, incluso en medio de la incertidumbre. También implica anticiparse, construir confianza y moverse con agilidad.

¿Cuál ha sido su visión como presidenta para el Grupo Aval?

M.L.G.: Desde que asumí la presidencia mi enfoque ha estado en consolidar la sostenibilidad financiera del grupo, fortalecer el gobierno corporativo, avanzar en la transformación digital y mantener una gestión transparente, ética y cercana al cliente. Nuestro reto ha sido adaptarnos a un entorno cambiante sin perder solidez ni confianza. Somos un grupo que invierte, cree en Colombia e impulsa el crecimiento. Estamos comprometidos con el crecimiento de la economía y en especial con el bienestar de nuestros más de 70.000 colaboradores.

¿Y el mayor aprendizaje que le ha dejado este rol?

M.L.G.: He reafirmado que los grandes logros no se construyen en solitario. Lo que marca la diferencia son los equipos, la capacidad de sumar visiones distintas y de generar una cultura de trabajo rigurosa, enfocada y al mismo tiempo humana. También he aprendido a tener paciencia estratégica: no todo cambia de inmediato, pero sí con constancia y dirección.

Ocupar este tipo de cargos también es abrir puertas para otras mujeres…

M.L.G.: Cuando uno ocupa estos cargos se vuelve un ejemplo para las más jóvenes que dicen: “Sí se puede”.