Líderes Empresariales
Líderes empresariales. Asociación Colombiana de Minería presenta hoja de ruta para el futuro del sector. “Queremos que la minería sea aliada del desarrollo regional”
Juan Camilo Nariño, presidente de la Asociación Colombiana de Minería, aseguró que el liderazgo del sector hoy pasa por el diálogo territorial, la construcción de consensos y la defensa de una minería más moderna y sostenible.
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Representar a un sector que opera bajo tensiones políticas, ambientales y sociales no es un ejercicio fácil. Liderar la Asociación Colombiana de Minería (ACM) implica tomar decisiones que no siempre generan consenso, sostener posiciones firmes en momentos críticos y defender principios, incluso cuando el entorno presiona en sentido contrario. Para Juan Camilo Nariño, presidente del gremio, la minería solo tiene futuro si se basa en integridad, diálogo y una modernización que responda a las exigencias del país.
Son tiempos complejos para el sector de la minería en Colombia. ¿A qué decisiones difíciles ha tenido que enfrentarse en estos años?
JUAN CAMILO NARIÑO: Sin duda, lo más complejo es mantener una posición firme y pública frente a iniciativas que ponen en riesgo la estabilidad del sector y, con ella, la de miles de familias que dependen de la minería. En momentos en que se busca restringir la participación privada o se desconocen los principios de seguridad jurídica, el liderazgo no consiste en guardar silencio, sino en levantar la voz con argumentos, respeto y sentido de país. De esa experiencia aprendí que liderar un gremio implica asumir decisiones que no siempre generan consenso, pero que son necesarias cuando están sustentadas en la convicción de hacer lo correcto. La integridad es innegociable. Un gremio no puede medir su éxito por la comodidad del entorno, sino por la coherencia con sus principios y por su capacidad de actuar con responsabilidad, aun en escenarios de tensión o desacuerdo.
Construir equipo en un gremio con tantos intereses en juego no es fácil. ¿Cómo logró consolidar un equipo sólido?
J.C.M.: En la ACM hemos logrado consolidar un equipo técnico y profundamente comprometido con un propósito común: fortalecer y darle visibilidad a una minería moderna y responsable. Ese equilibrio requiere tres cosas: responsabilidad, transparencia en los procesos y una visión de largo plazo. Escuchar con respeto, tomar decisiones basadas en evidencia y comunicar con claridad son prácticas esenciales para mantener la cohesión, sobre todo en momentos difíciles. Cuando todos comparten la convicción de que la minería puede y debe ser parte de la solución para el desarrollo del país, el trabajo se convierte en una meta, no solo en una gestión gremial.
¿Qué voces y criterios pesan realmente en su decisión cuando debe fijar una posición?
J.C.M.: En la ACM ninguna posición se define a la ligera. Para esto es fundamental escuchar a nuestras empresas afiliadas, las comunidades, expertos, técnicos, autoridades locales y la academia. Contrastamos esta información con análisis económicos, legales y comunicacionales. Las decisiones se sustentan en tres principios: la sostenibilidad ambiental y social, la competitividad económica y el respeto por el Estado de derecho. Esa combinación es la que nos permite hablar con claridad y credibilidad ante cualquier interlocutor, público o privado.
El Gobierno y el sector no siempre coinciden. ¿Cómo ha manejado esa relación en estos años?
J.C.M.: La diferencia no debe ser sinónimo de ruptura. Durante estos tres años hemos buscado mantener una interlocución respetuosa con el Gobierno, siempre basada en datos y en argumentos que favorecen al sector. Como asociación entendimos que decir las cosas con firmeza no significa confrontar; significa defender convicciones con responsabilidad. Cuando algo pone en riesgo la seguridad jurídica o la estabilidad del país, lo decimos de frente, pero siempre acompañamos la crítica con propuestas, rutas y soluciones.
¿Qué papel cumple hoy el liderazgo gremial en la adopción de nuevas tecnologías dentro del sector minero?
J.C.M.: El rol del sector minero es sin duda determinante. Estamos impulsando una transformación cultural hacia una minería moderna y ambientalmente más eficiente. Promovemos estándares internacionales como Towards Sustainable Mining (TSM), que hoy adoptan 23 empresas en Colombia, y trabajamos para que la innovación y la gestión ambiental sean parte del ADN del sector. La minería moderna es aquella que usa la tecnología para tener mejores operaciones, en la que se logra reducir impactos y generar más confianza.
Con realidades tan distintas en cada territorio, ¿cómo se gestiona el diálogo entre empresas, comunidades y autoridades locales?
J.C.M.: Liderar en minería también es entender que cada proyecto es, en esencia, un proyecto territorial. Por eso hemos impulsado espacios de diálogo con alcaldías, corporaciones ambientales, asociaciones de municipios y comunidades. Ejemplo de esto es que en el pasado Congreso Nacional de Minería firmamos convenios con la Federación Colombiana de Municipios y con Asocars para fortalecer la gestión ambiental y la gobernanza local. Queremos que la minería sea aliada del desarrollo regional.
¿Cuáles son las apuestas estratégicas que considera innegociables para que el sector siga siendo competitivo y sostenible?
J.C.M.: Como asociación tenemos trazadas tres líneas estratégicas que orientan nuestro trabajo y que consideramos claves para garantizar un sector competitivo y sostenible. La primera es asegurar la estabilidad jurídica y regulatoria. Sin reglas claras, consistentes y predecibles no hay inversión ni minería posible; la confianza de los inversionistas y la continuidad de los proyectos dependen de un entorno normativo sólido que proteja la institucionalidad y brinde garantías para el país. La segunda es seguir trabajando por una minería ambiental y socialmente responsable, que opere con los más altos estándares, con trazabilidad, diálogo y respeto por las comunidades y el entorno natural. Solo así la actividad puede sostenerse en el tiempo y contribuir al bienestar del territorio. Y la tercera es fortalecer la legitimidad del sector construyendo una narrativa basada en la evidencia, el diálogo y los resultados. Una minería legítima es aquella que logra ser comprendida, respetada y genera orgullo en la sociedad y en las instituciones. Estas tres líneas estratégicas guían la labor de la ACM y reflejan la convicción de que la minería bien hecha puede ser una herramienta esencial para el progreso sostenible de Colombia.
