Líderes Empresariales
Líderes empresariales. Banco Agrario desembolsa casi 1.000 millones de pesos en créditos verdes
Hernando Chica Zuccardi, presidente de la entidad, detalló cómo el Banco Agrario se convirtió en un motor de desarrollo económico y social gracias a la disciplina financiera, innovación tecnológica y cercanía con los clientes.
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El Banco Agrario logró un crecimiento del 54 por ciento en utilidades netas en los últimos años. Según su presidente, cuando los indicadores son tan positivos se amplían las posibilidades de cobertura para quienes no tienen acceso al sistema financiero.
El Banco Agrario registró utilidades netas por 1,8 billones de pesos entre 2022 y 2025. ¿Cuál fue la visión estratégica que lo llevó a impulsar este resultado?
HERNANDO CHICA ZUCCARDI: La visión estratégica de demostrar que una entidad pública puede ser competitiva, moderna y rentable, sin perder su esencia social. Desde el primer día entendimos que el banco debía ser un motor de desarrollo económico y social, especialmente en las regiones apartadas. Por eso nos enfocamos en disciplina financiera, innovación tecnológica y cercanía con los clientes. La rentabilidad del BAC no riñe con el propósito social. Al contrario, cuando se gestiona con transparencia y eficiencia, los resultados financieros se convierten en la base para ampliar la cobertura y llevar más oportunidades a quienes nunca habían tenido acceso al sistema financiero. Las 87.790 brigadas comerciales realizadas en esta administración son prueba de ello; no solo acercamos productos financieros, sino que llevamos educación, confianza y acompañamiento a comunidades rurales con baja bancarización.
Liderar el banco implica trabajar con una Colombia diversa. ¿Cuál ha sido la visión que lo ha guiado?
H.C.Z.: Desde mi primer día en el cargo tuve claro que el Banco Agrario debía ser un aliado de todos los colombianos, pero especialmente de quienes históricamente han estado más lejos de las oportunidades. La verdadera inclusión financiera va más allá de abrir cuentas bancarias, es empoderar a las personas para que comprendan y usen los productos bancarios de manera consciente, apoyarlos en sus proyectos productivos sin que se sobreendeuden y ayudarlos a que crezcan con su comunidad. Por eso hemos promovido la democratización del conocimiento financiero como herramienta de progreso. En tres años vinculamos a 167.264 nuevos clientes de inclusión financiera y más de un millón de clientes totales, y lo hicimos con un enfoque pedagógico, enseñando a usar canales digitales, fomentando la confianza y mostrando que el crédito, el ahorro y la inversión son herramientas para construir futuro.
El banco ha vivido una transformación en los últimos años. ¿Qué principios lo hicieron posible?
H.C.Z.: Los principios que guiaron este proceso fueron la transparencia, la disciplina, la innovación y la confianza en el talento humano. La transformación cultural se logra con liderazgo cercano, decisiones ágiles y un propósito compartido. Promovimos una cultura ágil y colaborativa que permitió avanzar en digitalización con enfoque territorial: aplicaciones móviles de bajo consumo de datos, Wifi gratuito en las 794 oficinas y 384.000 billeteras digitales que funcionan en los lugares más remotos del país. Además, diseñamos productos especializados como créditos verdes para agricultura limpia, energías renovables y conservación ambiental, desembolsando más de 912.741 millones de pesos para 41.918 clientes. Todo esto fue posible porque el liderazgo se basa en inspirar confianza, dar autonomía y mantener la vocación de servicio.
¿Qué ha aprendido de las regiones en este tiempo?
H.C.Z.: La resiliencia de nuestros colaboradores y clientes en zonas afectadas por la violencia nos inspira cada día. De las regiones he aprendido que Colombia es un país de diversidad y creatividad, donde cada comunidad enfrenta los retos de manera distinta. Ese aprendizaje nos llevó a diseñar soluciones financieras flexibles y adaptadas a las necesidades locales. Hoy contamos con más de 27.000 canales de atención que nos dan una presencia territorial del 99 por ciento, y hemos firmado más de 140 convenios de tasa compensada con gobernaciones y alcaldías, ampliando cobertura y beneficios. Escuchar a la gente nos ha permitido construir un banco más humano y pertinente, capaz de responder a las realidades de cada región.
¿Cómo define su estilo de liderazgo hoy?
H.C.Z.: Participativo y cercano. Liderar implica inspirar con propósito y dar autonomía a los equipos. Tengo la convicción de que un banco público puede ser moderno y competitivo, sin perder su esencia social. He recorrido el país, escuchado a los clientes y vivido de primera mano cómo el crédito cambia vidas para bien. Esa vocación de servicio es lo que guía mi liderazgo. No se trata solo de dirigir una entidad financiera, sino de acompañar a los colombianos en sus proyectos productivos, en sus sueños de vivienda o en la compra de un carro. Esa cercanía es lo que me permite liderar con autenticidad.
¿Cuál ha sido el momento más retador de su gestión?
H.C.Z.: El mayor reto fue liderar procesos de digitalización en territorios con baja conectividad y escasa educación financiera. Sé que la interoperabilidad financiera exige adaptación tecnológica y cultural, especialmente en un país rural. Somos plaza física única en 466 municipios, lo que exigió creatividad, paciencia y visión de largo plazo. La enseñanza personal fue que la resiliencia y la confianza en el equipo son fundamentales: cuando se trabaja con claridad de propósito, incluso las barreras estructurales se convierten en oportunidades.
¿Cómo imagina el futuro de Colombia?
H.C.Z.: Sé que el futuro de Colombia pasa por fortalecer el campo y apostar por la sostenibilidad. Imagino una Colombia más equitativa, con un campo fortalecido y regiones conectadas al desarrollo nacional. El Banco Agrario debe ser protagonista financiando proyectos verdes, promoviendo la asociatividad comunitaria y adaptando los créditos al ciclo productivo de cada sector. También debemos atraer a los jóvenes con productos digitales y educación financiera, porque su energía y creatividad son claves para diseñar soluciones inclusivas y sostenibles. El sector financiero no es solo números y balances: es crédito para el campesino, ahorro para la madre cabeza de hogar e inversión para el emprendedor rural.
