Líderes Empresariales
Líderes empresariales. Grupo Aval se mantiene como el empleador privado más grandes del país con 70.000 colaboradores
La presidenta del Grupo, María Lorena Gutiérrez, señala que además, tienen 24.000 proveedores, y ya están en el 96 por ciento del territorio nacional. “Somos más que un grupo financiero”.
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Liderar uno de los grupos empresariales más importantes del país no es una tarea sencilla. ¿Cuál ha sido su visión para el Grupo Aval y qué hitos destacaría de su presidencia hasta hoy?
MARÍA LORENA GUTIÉRREZ: Mi visión ha sido fortalecer al grupo para que responda mejor a un país que cambia rápido, y a millones de personas que dependen de nuestros servicios. Eso implica modernizar la operación, elevar estándares y usar tecnología para ofrecer experiencias más simples y seguras sin perder la solidez y confianza que caracteriza al sistema financiero. En este camino fuimos pioneros en varios frentes. Habilitamos retiros sin contacto en toda nuestra red de cajeros, desarrollamos Gou Payments para conectarnos directamente al sistema de pagos inmediatos, nos convertimos en el primer grupo financiero del país en permitir transferencias por WhatsApp y desarrollamos la única llave personalizable del ecosistema Bre-B: Tag Aval. A esto se suma la consolidación de Aval Fiduciaria, el fortalecimiento de nuestro gobierno corporativo y avances históricos en sostenibilidad. Son hitos que muestran una transformación pensada en el cliente y orientada a servir mejor al país. Además, lanzamos la Experiencia Aval más grande para nuestros clientes al convertirnos en patrocinadores del Mundial Fifa 2026 junto a Visa.
¿Cuál es la mayor fortaleza del Grupo Aval?
M.L.G: Nuestra gente. Somos el empleador privado más grande del país con 70.000 colaboradores que representan familias, historias y oportunidades reales. También nuestra presencia territorial, ya que estamos en el 96 por ciento del territorio nacional y eso nos permite acompañar a las regiones y apoyar diferentes sectores. Somos más que un grupo financiero, estamos en pensiones, infraestructura, gas, agroindustria y hotelería. A esto se suman más de 24.000 proveedores que forman parte de nuestra cadena productiva. Esa red de talento, presencia y actividad económica es lo que hace de Aval un grupo con impacto real en el desarrollo de Colombia.
¿Cuál ha sido su mayor aprendizaje desde que asumió la presidencia del Grupo Aval?
M.L.G.: He reafirmado que los grandes logros no se construyen en solitario. Lo que marca la diferencia son los equipos, la capacidad de sumar visiones distintas y de generar una cultura de trabajo rigurosa, enfocada y al mismo tiempo humana. También he aprendido a tener paciencia estratégica: no todo cambia de inmediato, pero sí con constancia y dirección.
¿Cómo lidera?
M.L.G.: Con cercanía y con foco en el detalle cuando es necesario. Entender la raíz de los problemas permite encontrar soluciones más simples de lo que parecen. Pero liderar no es controlar, es alinear visiones y generar confianza. Me interesa construir equipos que discutan con franqueza, que se sientan escuchados y que trabajen por resultados. Mi oficina es de puertas abiertas y trato de estar conectada con lo que viven las personas del grupo, porque ahí están muchas de las respuestas.
Bre-B marcó un hito en la historia financiera del país cambiando la forma de hacer pagos, ¿cuál ha sido la visión del grupo en este campo?
M.L.G.: En el Grupo Aval tenemos 10 millones de llaves registradas, 9 millones corresponden a Tag Aval activos y cerca de la mitad de las llaves de comercio en Bre-B son de clientes de nuestras entidades. Nuestro foco es acompañar al usuario en esta transición. Por eso habilitamos un agente virtual integrado en las aplicaciones y portales de los bancos y de dale!, que guía paso a paso el registro y el uso de la Zona Bre-B. Queremos que cualquier persona pueda activar su llave y usar pagos inmediatos sin importar en qué entidad estén. Para nosotros, Bre-B es una herramienta que simplifica la vida de los clientes y fortalece la confianza en el sistema financiero.
En materia de sostenibilidad, el Grupo Aval obtuvo una de las calificaciones más altas en el Dow Jones. ¿Qué representa este resultado para la organización?
M.L.G.: Este resultado confirma algo fundamental: lo que no se mide no mejora, y en Aval nos gusta medirnos con los mejores. Obtener 80 puntos sobre 100 en la evaluación del Standard & Poor’s (S&P) y entrar al 6 por ciento de las empresas más sostenibles del mundo es un reconocimiento al trabajo de varios años y al rigor con el que hemos fortalecido nuestras prácticas. Este avance refleja mejoras en gobierno corporativo, gestión ambiental y temas sociales, y demuestra que estamos integrando estándares internacionales a nuestra gestión. La sostenibilidad no es un anexo, es parte estructural de nuestra estrategia y seguirá guiando nuestras decisiones.
Uno de los hitos del año fue Misión La Guajira. ¿Qué significado tiene para usted este proyecto?
M.L.G.: Misión La Guajira nos recordó que cuando se trabaja con rigor y en diálogo con las comunidades, los resultados llegan. Cumplimos el compromiso de llevar soluciones de agua, energía y conectividad a 81 comunidades, beneficiando a cerca de 25.000 personas. Fueron casi dos años de trabajo, más de 150 visitas al territorio, más de 500 reuniones formales y 1.500 horas de concertación en Wayuunaiki. También conformamos 28 comites comunitarios para asegurar sostenibilidad. Es un proyecto que demuestra que el sector privado puede cumplirle al país y generar transformaciones duraderas cuando articula capacidades y respeta los procesos comunitarios.
¿Cómo ve el futuro de Colombia?
M.L.G.: Colombia tiene la capacidad de crecer más, pero necesita recuperar un activo esencial: confianza. La economía no debería ser un espacio de confrontación política. Se requieren reglas estables, instituciones fuertes y decisiones orientadas a la inversión y a la ejecución. Las regiones serán determinantes en los próximos años, porque ahí está hoy buena parte del dinamismo económico. También necesitamos consensos que no pongan en riesgo la credibilidad fiscal ni la estabilidad institucional. Si combinamos confianza, disciplina y ejecución, el país puede avanzar con más fuerza.
“Mi oficina es de puertas abiertas y trato de estar conectada con lo que viven las personas del grupo, porque ahí están muchas de las respuestas”.
