Líderes Empresariales

Líderes empresariales. Mario Hernández no le teme a la competencia china: “Una marca no se construye vendiendo barato”

El empresario reconoce que quiere tener un producto sofisticado, de calidad y diseño. Su sueño es competir con las marcas europeas de lujo.

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15 de diciembre de 2025, 5:20 p. m.
Mario Hernández, fundador y propietario de Mario Hernández.
Mario Hernández, fundador y propietario de Mario Hernández. | Foto: Mario Hernández - API

Si algo ha caracterizado a Mario Hernández a lo largo de los años, como marca y como persona, es su coherencia. El concepto de familia siempre ha estado presente, desde sus recuerdos más íntimos hasta la mirada que tiene para hacer empresa en Colombia. No se trata solo de un legado que sus hijos –Mario, Fernanda y Lorenzo– heredarán. Alcanza también a sus más de 2.000 colaboradores en Colombia y en el mundo, con quienes ha construido relaciones de apoyo y cercanía a lo largo de toda su trayectoria. Esa relación cercana con sus equipos no es solo un valor empresarial, sino la base que le permite seguir creciendo. Son ellos quienes le cumplen sueños cada vez que le entran ganas de innovar o reinventarse, algo que ocurre muy a menudo. Cuando pareciera que lo ha hecho o dicho todo, aparece una nueva colección, como la de Disney, con más de 100 piezas exclusivas.

Don Mario no celebra logros como este en solitario. Una vez al mes, sus trabajadores se turnan para acompañarlo a la mesa en su taller en Fontibón, Bogotá. Es casi un ritual: comida colombiana, siempre, y una buena conversación.

Usted nunca se ha cansado de repetir lo importante que son sus empleados…

MARIO HERNÁNDEZ: Ellos son mi familia, porque uno solo no hace nada. Como dice el dicho: “Una golondrina no hace verano”. Aquí hay personas que entran de aprendices y luego de 10, 15 o 20 años se vuelven maestros. Les damos auxilios para vivienda, mercados y libros para sus niños, porque nos gusta ayudarles. Si todos los empresarios y todos aquellos que podemos hiciéramos más cosas para que las personas tuvieran una mejor vida, el mundo sería otro. Uno mucho mejor. Mi mensaje es: “Dejémosles un poquito menos a nuestros hijos y ayudemos a la gente, a los que tienen hambre”.

¿Qué lo llevó a convertirse en un líder tan cercano a la gente?

M.H.: Compartir con la gente y la felicidad que eso me genera. Yo quedé huérfano a los 10 años y pasé hambre; tuve muchas necesidades. Ahí uno entiende lo que es valorar cada peso. A mi mamá le tocó ponerse a hacer tamales y yo los vendía; estábamos en inquilinatos con mis hermanos. Por haber vivido todo eso es que entiendo las necesidades de la gente. Hoy, muchas personas que empiezan a ganar dinero piensan primero en comprar carros y otras cosas materiales para demostrarles a los demás que tienen. Pero la vida es más que eso: entre más tengo, menos debo mostrar.

Siempre ha dicho que se considera un hombre terco. ¿Hasta dónde lo ha llevado ser obstinado?

M.H.: Cuando uno tiene ideas, hay que trabajarlas y sacarlas adelante. Probar, y que lo dejen a uno hacer las cosas sin preguntarle tanto. Si a uno le va mal, eso no es un fracaso, es una enseñanza. Recuerdo que en 1977 me compré un Alfa Romeo y después me pregunté: ¿Para qué? No me acuerdo cuánto costó ese carro, pero lo compré, lo tuve y me arrepentí. Uno debe comprar cosas que sirvan. Un carro no da para el negocio; el negocio sí da para carro. Así que luego lo vendí y me compré un Renault 6 y me quedó plata para invertir en el negocio.

De sus 84 años, 70 han sido trabajando. Lo primero que esa cifra sugiere es que ya lo aprendió todo…

M.H.: En medio de un mundo que ha evolucionado tanto en tecnología, internet e inmediatez, todos los días uno aprende algo nuevo. Antes la moda se demoraba en llegar cuatro o cinco años; ahora, al instante. Es lo que corresponde, porque tengo una gran responsabilidad: de mí dependen por lo menos 2.000 personas y no solo en Colombia, sino en otros países del mundo.

Mario Hernández ha tenido colaboraciones con marcas icónicas como Christian Dior y ahora llega la de Disney, la más grande en la historia…

M.H.: Disney nos seleccionó para trabajar bolsos, camisetas, chaquetas, billeteras. Es un gran honor. Nos escogieron por la calidad, el diseño, la seriedad y por cómo tratamos a nuestra gente. Esta alianza representa la unión entre dos mundos que comparten los mismos valores: la magia de los sueños y el poder de creer que todo es posible. Para nosotros, trabajar con Disney es una forma de reafirmar que en Colombia se pueden hacer cosas grandes, con calidad, pasión y talento local.

¿Qué sueño aún le queda por cumplir?

M.H.: Este es un producto premium de excelente calidad, alto valor y con un diseño diferente, por lo que nuestro sueño es que compita con las marcas europeas de máxima calidad. Desde que tuvimos la primera tienda, pensé que debía tener una fábrica, porque siempre he tenido el gusto por las cosas buenas. Por eso también he ido a ferias en el exterior para mirar, traer y usar artículos de la mayor calidad.

¿Qué despierta ese deseo tan especial por un bolso o una pieza Mario Hernández?

M.H.: Todo lo que es de cuero lo hacemos en nuestra fábrica y los procesos de detalle los hace nuestra gente, porque el objetivo es que la marca despierte emociones, así como yo mismo lo he vivido cuando he ido a otras ciudades o entrado a un restaurante elegante y me sudan las manos. Muchos sueñan con comprarse un bolso Mario Hernández y queremos que la gente sienta orgullo y emoción con nuestros productos.

¿Le preocupa la competencia de bajo costo que llega de China?

M.H.: Hay muchas empresas vendiendo productos baratos, pero yo quiero tener un producto sofisticado. No quiero ser el más grande. Me gusta la calidad, la diferenciación y el diseño. Los productos buenos uno los debe valorar porque duran mucho tiempo y dan imagen, entre otras cosas. Una marca no se construye vendiendo barato.

¿Qué piensa del fracaso?

M.H.: He tenido muchos, pero son experiencias. Antes montaba negocios sin tener la gente adecuada. Ahora sé que se necesita gente, conocimiento. Tuve una panadería en 1975; fui el primero en abrir un Viernes Santo en Bogotá. Eso enseña. Hoy me concentro en este negocio. Mi hijo Lorenzo seguirá. Tengo tres hijos de dos matrimonios y están muy unidos. No quiero que sean principitos.

Con la llegada de su hijo Lorenzo al área creativa, ¿cómo se imagina el futuro de la marca?

M.H.: Mis hijos están criados con ejemplo, para saber invertir, tratar bien a la gente; para hacer las cosas diferentes, con honestidad y humildad, que es lo más importante. Además, yo vengo desde abajo y he entendido que todos somos iguales y ellos también, pues las empresas que quedan en manos de los “principitos” se han acabado en Colombia, porque no entienden a la gente. Mucho menos lo que necesita realmente.

¿Qué cree significa hoy Mario Hernández para los colombianos?

M.H.: He sembrado país. Construyo país, construyo gente, marca. Ese es mi sueño y mi satisfacción. Usted me ve todos los días aquí; trabajo como uno más. Hacemos reuniones, los viejitos algo hemos aprendido y podemos aportar.