Industria

“No es momento de abandonar el gas”: Vanti pide calma en medio del debate energético

Mauricio Peláez Carmona, director de Grandes Clientes de Vanti, explica por qué la situación actual es transitoria, cuáles son los riesgos de cambiar de combustible y qué viene para la industria en los próximos años.

GoogleSiga las noticias de SEMANA en Google Discover y manténgase informado

18 de diciembre de 2025, 9:13 p. m.
La madurez de algunos campos nacionales ha hecho necesaria la importación de gas, proceso que ya está en marcha, sin que en ningún escenario se prevea desabastecimiento para los clientes.
La madurez de algunos campos nacionales ha hecho necesaria la importación de gas, proceso que ya está en marcha, sin que en ningún escenario se prevea desabastecimiento para los clientes. Foto: Getty Images

Mientras algunas empresas evalúan inversiones urgentes para reemplazar el gas natural, Vanti pide bajar el ruido y mirar el panorama completo. Mauricio Peláez Carmona, director de Grandes Clientes de la compañía, detalla por qué la coyuntura tiene fecha, qué proyectos garantizarán el suministro y por qué el gas sigue siendo, para la industria, la decisión más racional en términos económicos, operativos y ambientales.

Vanti ha dicho que la situación del gas es coyuntural. En palabras simples, ¿de qué estamos hablando y hasta cuándo?

Mauricio Peláez: Cuando hablamos de una situación coyuntural nos referimos a un evento temporal y acotado en el tiempo, que debería resolverse en el corto plazo. Para Vanti ese horizonte es 2026. La madurez de algunos campos nacionales ha hecho necesaria la importación de gas, proceso que ya está en marcha, sin que en ningún escenario se prevea desabastecimiento para los clientes. Desde finales de 2026 entrará la planta de regasificación de Buenaventura; en 2027 se sumarán nuevas plantas de otros agentes, y hacia 2030 el proyecto Sirius permitirá recuperar la autosuficiencia y estabilidad de largo plazo. Paralelamente, se impulsa mayor producción en el Piedemonte, el Magdalena Medio, Catatumbo y Córdoba. Colombia cuenta con recursos estimados para más de 30 años, y potencial incluso superior. La prioridad es asegurar tranquilidad y continuidad en el suministro, como ha ocurrido durante décadas.

Mauricio Peláez Carmona, director de Grandes Clientes de Vanti.
Mauricio Peláez Carmona, director de Grandes Clientes de Vanti. Foto: Mauricio Peláez Carmona - API

¿En qué estudios se apoyan para asegurar que el gas seguirá siendo la mejor alternativa energética?

M.P.: Nos basamos en proyecciones del sector, en particular de la UPME, y en análisis propios de Vanti sobre oferta y demanda, que coinciden en que el gas natural seguirá siendo una energía esencial por décadas, por su competitividad y su papel en la transición energética. La entrada de nueva oferta, tanto de proyectos offshore como internos, junto con optimizaciones en transporte y una demanda creciente, confirman que hay gas suficiente y en expansión. Nuestros análisis muestran condiciones favorables de suministro y precio más allá de la coyuntura de 2026. No existe ninguna autoridad energética que prevea una caída estructural del gas: agencias internacionales lo reconocen como combustible clave de transición hasta 2050 y más. El gas aporta estabilidad al sistema, reduce emisiones frente a carbón y diésel, y es indispensable para economías emergentes como la colombiana. Las coyunturas se gestionan, y el gas seguirá existiendo y siendo competitivo.

Ustedes recomiendan no hacer grandes inversiones en otros combustibles. ¿Por qué?

M.P.: Porque implicaría tomar decisiones estructurales con base en una situación temporal, de corto plazo. Las inversiones en tanques, sistemas de combustión alternos o reconversiones tienen horizontes de recuperación largos, mientras que la coyuntura es limitada en el tiempo. Cuando el sistema de gas recupere costos y estabilidad, muchas de esas inversiones podrían resultar innecesarias o subutilizadas. Además, otros combustibles también dependen de importaciones y presentan riesgos de precio y abastecimiento, como los asociados al transporte por carrotanques y a eventuales paros, lo que puede generar mayores costos y vulnerabilidad para las empresas.

¿Qué riesgo corre una empresa que hoy hace esas inversiones alternativas?

M.P.: El principal riesgo es la pérdida de capital en activos que no generen el retorno esperado. A esto se suman mayores costos operativos por volatilidad de precios, mayores emisiones y posibles impactos de regulaciones ambientales cada vez más exigentes. Muchas alternativas resultan más costosas y menos estables que el gas en el mediano plazo. Aunque algunos clientes no regulados han enfrentado alzas temporales, se trata de una coyuntura de corto plazo. El gas sigue siendo la opción más eficiente y predecible en cantidad, disponibilidad y precio, frente a combustibles sujetos a la volatilidad internacional.

¿Migrar rápido a otros combustibles puede afectar la competitividad?

M.P.: Migrar de forma apresurada puede afectar la competitividad de las empresas, elevar costos de producción y generar rigideces operativas. Cada combustible exige diseños y condiciones específicas que pueden limitar la operación y comprometer a las compañías con opciones más costosas o contaminantes en el mediano plazo. El gas natural ofrece certeza a largo plazo: no depende de inventarios ni transporte por carretera, reduce riesgos logísticos y de seguridad, permite arranques rápidos, fácil modulación y adaptación a picos de demanda, lo que se traduce en mayor eficiencia y menores costos para los industriales.

¿Hoy el sistema garantiza gas suficiente para la industria?

M.P.: El sistema colombiano tiene garantizado el abastecimiento para todos los segmentos. En el caso industrial, el principal reto es la firmeza en escenarios extremos, como sequías o un fenómeno de El Niño, cuya probabilidad para 2026 es baja. Los agentes de la cadena —productores, transportadores, distribuidores, reguladores y entidades como Ecopetrol— trabajan para mitigar riesgos y fortalecer la confiabilidad con nuevas infraestructuras. Proyectos como Sirius y desarrollos en el Magdalena Medio y el Piedemonte, junto con nueva disponibilidad anunciada por Ecopetrol, respaldan esta garantía.

En la transición energética, ¿qué papel juega el gas?

M.P.: El gas natural es el combustible de transición por excelencia a nivel nacional e internacional: tiene menores emisiones que otros hidrocarburos, es confiable, continuo y complementa las energías renovables intermitentes. Permite avanzar en descarbonización sin sacrificar competitividad ni seguridad energética. Los planes nacionales no plantean sustituirlo, sino diversificar el abastecimiento con gas importado y proyectos como Sirius y nuevas exploraciones. Hay gas para el mediano y largo plazo, y muchas empresas que migraron del carbón se mantienen en gas por sus compromisos ambientales. Una vez se estabilice la coyuntura, el sector industrial tendrá plena tranquilidad.

Finalmente, ¿qué mensaje envía a los empresarios que hoy todavía están decidiendo qué hacer?

M.P.: El mensaje es claro: no tomar decisiones estructurales basadas en una coyuntura temporal. El gas natural seguirá siendo la energía más competitiva, confiable y coherente con los objetivos ambientales de la industria. Mantenerlo como base energética es una decisión de prudencia financiera, competitividad y sostenibilidad. Colombia cuenta con una sólida base de gas y un alto potencial de nuevas reservas, por lo que hay gas para muchos años. Apostar por el gas no es inmovilismo, sino una decisión estratégica sustentada en evidencia técnica, financiera e internacional.

*Contenido elaborado con apoyo de Vanti


Mas de Contenido en colaboración