Especial Salud
Plan de choque para frenar la mortalidad materna en Colombia
Por cuenta de la pandemia la mortalidad materna se disparó en el país. Aunque hoy está en marcha un plan de choque para reducir las cifras y mejorar la atención temprana, los desafíos son enormes en las zonas más apartadas. Así vamos.
La mortalidad materna e infantil es un indicador crucial para evaluar la salud y el bienestar de una nación. En el caso de Colombia, en los últimos diez años se han liderado esfuerzos significativos para reducir estas cifras y mejorar la atención médica. Sin embargo, lo ganado en la década se perdió en 2020, cuando llegó la pandemia.
Según datos del Instituto Nacional de Salud, entre 2008 y 2020 murieron en Colombia 6.342 mujeres embarazadas que tuvieron complicaciones asociadas al embarazo, el parto o el posparto. De este grupo, 1.055 mujeres fallecieron entre 2019 y 2020. En 2019, el año previo a la crisis sanitaria, Colombia reportó 511 muertes maternas con una Razón de Mortalidad Materna (RMM) de 80 por cada 100.000 nacidos vivos. Para 2020 se esperaban 483 muertes, sin embargo, se registraron 544 muertes maternas tempranas y tardías (RMM de 87 por 100.000 nacidos vivos). Ese desempeño representó una tasa de mortalidad del 12,6 por ciento.
Estos indicadores dispararon las alarmas de las autoridades sanitarias debido a que el país perdió todo lo que había ganado. De acuerdo con Catalina Valencia, docente de la Facultad de Medicina de la Universidad CES de Medellín, la mortalidad de las maternas durante el tiempo pandémico no solo se debió al covid-19, también se sumaron otras causas generadas por las restricciones sanitarias establecidas.
Esto se tradujo en menor control y seguimiento a las maternas, además de la caída en los programas de prevención en las regiones más apartadas. “Como si fuera poco, la situación se agravó por el fenómeno migratorio, especialmente de mujeres venezolanas, quienes no tuvieron control prenatal”, aseguró Valencia.
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Sandra María Vélez, jefe del Departamento de Ginecología y Obstetricia de la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia y directora del Grupo Nacer, cree que la situación fue muy crítica en departamentos y regiones alejadas, donde los indicadores de mortalidad se desbordaron.
Plan de choque
Ante los datos alarmantes, sumados a los reportes de la Ocde que dicen que en 2020 y 2021 el país tenía la tasa de mortalidad más alta de los miembros de la organización, el Gobierno decidió intervenir e implementó el ‘Plan de Aceleración de la reducción en la mortalidad materna’, para superar las inequidades territoriales, ajustar la tendencia y alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible de 32 muertes por 100.000 nacidos vivos para 2030.
Vélez explicó que el plan de choque es adecuado e incluye la priorización de territorios, el apadrinamiento de hospitales pequeños y alejados por parte de grandes centros médicos, cualificar las redes institucionales para la gestión de la atención de las gestantes con emergencias obstétricas y los recién nacidos con complicaciones, y, finalmente, información y comunicación para promover el cuidado y la salud materna y neonatal, entre otros temas.
“Los resultados ya se están viendo y hay mejoría en los indicadores. Sin embargo, hay una situación crítica que amenaza el programa y es que en varias regiones se están cerrando unidades obstétricas y neonatales debido a que no son sostenibles y los recursos gubernamentales son cada vez más limitados”, advirtió Valencia.
Según la Federación Colombiana de Obstetricia y Ginecología, el cierre de servicios para la atención materna y del recién nacido se repite frecuentemente y “en este escenario de colocarle precio al nacer, se genera una cadena de eventos indeseados que hace que no solo los equipos de profesionales sean maltratados, sino que esta situación se traslade a las mujeres gestantes concentrando mayores partos en pocos prestadores, con capacidad limitada”.
Lo cierto es que la mortalidad materna es una problemática compleja, influenciada por factores socioeconómicos, geográficos y culturales y es fiel reflejo de las inequidades que tiene el país, advirtió Valencia. A pesar de los esfuerzos, todavía existen desafíos para mejorar estos indicadores y es necesario continuar trabajando desde las regiones, las EPS, IPS y el Gobierno en la implementación de políticas y programas que prioricen la salud materna en Colombia.