IMPACTO
Un espacio para los mares en el Estudio Nacional del Agua
El Director General de Instituto de Investigación Marina y Costera 'José Benito Vives de Andréis' considera que es necesario incluir en la próxima edición de este informe a los dos océanos con los que cuenta Colombia. Cree que hasta ahora el país le ha dado la espalda a estos ecosistemas.
"El mar también es agua". Bajo esa premisa el director general de Instituto de Investigación Marina y Costera ‘José Benito Vives de Andréis‘ (Invemar), Francisco Armando Arias Isaza, viene planteándoles al Ministerio del Ambiente y al Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) la idea de que el mar Caribe y el océano Pacífico sean incluidos en la próxima edición de Estudio Nacional del Agua (ENA).
Para el funcionario, el país siempre ha estado a espaldas de los mares. "Nosotros hemos tenido una vocación andina y continental, pero se nos han olvidado los mares y eso nos ha significado costos enormes que a veces no alcanzamos a dimensionar", indica el Capitán.
Arias se refiere a la perspectiva de pérdida de una gran parte del territorio nacional como consecuencia de decisiones geopolíticas que se dieron, como en los casos de Nicaragua y Panamá, y otras que siguen pendientes: Golfo de Coquibacoa, en la frontera con Venezuela.
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"No es solamente por la pérdida de territorio que debemos mirar hacia los mares, también por la pérdida de la riqueza natural que tenemos en esos espacios que hoy están en entredicho. Esa visión ultracontinental del país nos ha afectado y creo que tristemente no a todos los colombianos nos duele", recalca.
El Director de Invemar considera que no hay acción o inacción que se haga en las aguas continentales del país que no llegue a los mares. Cree que todos los malos manejos que se realicen en los ríos, lagos y quebradas, finalmente tienen un impacto sobre los océanos.
"Colombia no es solamente lo que está seco, lo que se ubica en la superficie de la tierra, es también lo que está en sus mares. Al igual que en el continente, en los océanos también tenemos valles, montañas, praderas y cañones sumergidos que no conocemos y con características distintas; es un espacio tan complejo y tan rico como lo es el territorio emergido", dice.
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Arias asegura que estar en el ENA no es un asunto de capricho en pro de la conservación de los animales, las plantas, los corales y manglares. Él afirma que lo importante es que se podrían visibilizar los graves impactos que se vienen registrando sobre las comunidades costeras. "Son las que menos atención reciben históricamente; son las están localizadas en zonas marginales a los flujos económicos del país, en donde la infraestructura es precaria y dependen de los bienes y servicios que les proveen los mares; entonces poner en riesgo esos cuerpos de agua es afectar directamente su cultura y economía", manifiesta.
El Capitán estima que el turismo también se puede ver seriamente golpeado por los malos manejos que se le está dando al recurso hídrico en la tierra. "Un turismo de calidad, de altura, que genere divisas al país, no acepta mares contaminados. Este punto es clave, ya que es un reglón económico al que le está apostando Colombia", apunta.
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Para Arias es pertinente entender los fenómenos que se vienen registrando al interior de los ecosistemas marinos colombianos como, por ejemplo, la erosión y la acidificación, que termina destruyendo los corales: primera línea de defensa ante los embates de los huracanes. Así mismo, el aumento del nivel del mar y el incremento de la temperatura de los mismo, ya que estos hechos terminan por alterar el ciclo de vida en las especies y los ciclos meteorológicos. "Esos son otros de los impactos que se derivan por el inadecuado uso del agua en el territorio", expresa.
El funcionario cree que aunque Colombia no tenga una industria pesquera consolidada, debido a que no cuenta con la biomasa suficiente, sí tiene la biodiversidad necesaria para ser potencia, pero debe propender por conservar las hábitats de los peces.