Fotografía
Otros mundos posibles: una foto de la curaduría de La Usurpadora en el Salón Nacional de Artistas
Retomar el simbólico evento histórico de la llegada del ser humano a la Luna y enmarcarlo en otro es exactamente la propuesta de ‘Universos desdoblados’, la muestra de La Usurpadora.
El artista José Orlando Salgado se ha destacado por trabajar la fotografía de una manera experimental y conceptual. En sus obras hay también un interés por temas como la muerte, la memoria y el monumento. De hecho ha realizado sus series más conocidas en cementerios. En ellos ha buscado a “los inmortales dentro de los mortales”, como él mismo dice, y ha explorado códigos sociales tan necesarios desde lo individual y lo colectivo como la creación de figuras de héroes históricos o literarios, cuyas tumbas se vuelven mausoleos y lugares de rito. Así, mediante la apropiación de imágenes icónicas o de fragmentos de cine, revisita la construcción de imaginarios.
En su obra Usted está aquí, de 1996, Salgado asume una actitud performática. Como se ve en esta fotografía, para desarrollar esa pieza el artista visitó Monserrate los domingos –día de peregrinación para los católicos más devotos–, pero no en una actitud religiosa o contemplativa, sino disfrazado de astronauta. Retomar el simbólico evento histórico de la llegada del ser humano a la Luna y marcar un nuevo emplazamiento extemporáneo y foráneo a la realidad local es exactamente la propuesta que nos hace la exposición Universos desdoblados, curada por La Usurpadora, que forma parte del actual Salón Nacional de Artistas en su edición 45 y que estará en el Museo de Arte Moderno de Bogotá (Mambo) hasta el 4 de noviembre; es decir, hasta que el Salón acabe. El proyecto plantea perspectivas abiertas en relación con nuestra forma de entendernos en un lugar y en un tiempo, y por ello reúne obras que, como la de Salgado, de alguna manera dialogan con planos cercano a otras realidades, a lo metafísico o la ciencia ficción, en que el pasado y el futuro son una construcción absoluta: narrativas creadas para justificar iniciativas sociales, culturales y políticas.
Con esta propuesta curatorial, la idea de pertenencia se evapora. Por ello la muestra permite pensarnos como otros, como cuerpos desdoblados que pueden viajar a otros universos y a otros mundos, incluso interiores. Desde allí se pregunta La Usurpadora: ¿por qué el cuerpo tendría que limitarse? ¿Por qué tenemos que ser seres definidos? ¿Por qué tenemos que estar determinados por ciertas ideas? ¿Por qué no pensar, incluso, que la realidad (¿cuál realidad?) es nuestro propio pensamiento?