POBREZA
Países en desarrollo podrían perder diez años de avance en reducción de pobreza
Es probable que “las cicatrices permanentes dañen las perspectivas de desarrollo” de los países de bajos ingresos, exacerben la desigualdad y amenacen con desaparecer una década de avances en la reducción de la pobreza, según un informe del FMI.
De acuerdo con el documento, si bien la crisis de la covid-19 está generando ondas de choque en todo el mundo, los países de bajos ingresos están en una posición particularmente difícil.
Estos países se han visto afectados por las conmociones externas y están sufriendo graves contracciones internas por la propagación del virus y las medidas de bloqueo para contenerlo.
Al mismo tiempo, los recursos limitados y las instituciones débiles limitan la capacidad de muchos gobiernos de países en desarrollo de bajos ingresos para apoyar sus economías.
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Además, es probable que el crecimiento de estas naciones se detenga este año, en comparación con el crecimiento del 5% en 2019.
Múltiples choques para emergentes
Los países de bajos ingresos entraron en la crisis de la covid-19 siendo vulnerables; pues la mitad de ellos sufría altos niveles de deuda pública.
Desde marzo, se han visto afectados por una confluencia excepcional de choques externos: una fuerte contracción de las exportaciones reales, menores precios de exportación, especialmente para el petróleo, menores entradas de capital y remesas, y menores ingresos por turismo.
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Adicionalmente, las remesas, que excedieron el 5% del PIB en 30 (de 59) países de bajos ingresos en 2019, entre abril y mayo cayeron un 18% en Bangladesh y un 39% en la República Kirguisa, en comparación con el año anterior.
Sobre al impacto interno, el informe asegura que, si bien la pandemia ha evolucionado más lentamente en los países de bajos ingresos y consumo que en otras partes del mundo, ahora está causando un costo considerable en la actividad económica.
Muchos de estos países actuaron rápidamente para contener la propagación desde mediados de marzo, cuando las infecciones reportadas aún eran bajas, e implementaron medidas de contención que incluyen controles de viajes internacionales, cierre de escuelas, cancelación de eventos públicos y restricciones de reunión.
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Mientras tranto, el indicador de la actividad económica nacional se redujo drásticamente y siguió retrocediendo mientras se fueron ampliando las medidas para incluir cierres de lugares de trabajo, órdenes de quedarse en casa y restricciones de movimiento interno.
Desde finales de abril y principios de mayo, las medidas de contención se han aflojado gradualmente y la movilidad se ha recuperado, pero aún no ha vuelto a los niveles anteriores a la crisis. Según el FMI, esta situación haría que los países en desarrollo pierdan hasta diez años de avance en la reducción de la pobreza.