Poesía
Viernes de poesía
Cortesía del Festival Internacional de Poesía de Medellín -que continúa con su maratónica programación-, he aquí cinco poemas para meditar.
La bestia en mí
La busco en los rincones más recónditos, afilada soy
como un cuchillo y clara como un manantial,
se vuelve polvo y nube.
Tendencias
Mi mano da una palmada, no he capturado la bestia.
Se arrastra y tiembla hacia adelante pero
la tengo en mis visiones ahora conozco todos sus ardides
pretende ser amor.
Conozco la bestia llega como un retorcerse en mi boca, como
un encogerse en mi hombro, un fruncirse en el entrecejo, llega
como una garra en mi mano súbita contra
mi voluntad.
Es poderosa esa bestia y ese temblor, ese frío temblor en esas
noches también lo tengo.
La bestia se aprovecha del estoy sola se aprovecha de la escasez la bestia
se aprovecha del tengo miedo.
La bestia misma tiene miedo.
Ahora lo sé. Así que ahora vigilo su rastro, enuncio
dulces palabras, me acerco,
ven aquí, no voy a hacer nada salvo mirarte, no voy
a hacer nada solo verte, no hace falta que corras y te escapes, no
te domesticaré, no hace falta que hagas todas esas bestialidades
en mis manos y en mi cabeza, mi
palabra.
Te voy a dejar en paz.
Eres libre.
Eso es lo que la bestia quiere escuchar, quiere ser libre de mí. Y que
su cabeza descanse en una roca.
Traducción Omar Pérez
Marije Langelaar nació en Goes, Países Bajos, en 1978.
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Monólogo
Uno va perdiendo el hábito de hablar
y se vuelve más hablador consigo mismo
El problema de hablar para sí
es que, poco a poco, la intimidad
se torna en extrañeza
Y el hablador que no habla para nadie
termina hablando para otro
que nace ya maduro o agonizante
Eso de hablar con uno es, sin embargo
un hábito en el que se ocupan todas las sillas
de una mesa vacía
Jonatan Echeverri nació en Caldas, Antioquia, Colombia, en 1989. Ha publicado tres libros de poemas.
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La luna de América Latina
La pólvora de la luna roja dejó rodar los ejes de la vergüenza
mañana nos levantaremos vivos
Me despertaron los copos de nieve de tu voz
retorcí el sol arrugado y bebí de un sorbo
el polen de una patria
el verano es un paraíso sin la desesperación del milagro
Los pinos fijan las sílabas del azul
los pájaros lanzan piedras a la voz de los autos
los rayos del sol se clavan en el agua por la cruz del día
Las flores miden la luz con precisión decimal
y los niños en el balcón de madera juegan a imitar las nubes
A los guijarros inmóviles les falta el coraje
que no se adhiere al amor húmedo
Debo haber caído mil veces. Me levanté una vez
en tus cenizas, tu piel brillante
sésamo en los labios, islas en el vino oceánico
lengua que vacila, cuerpo que tantea el agua.
Hay mujeres como los números primos: se dividen
solo con ellas mismas y con la unidad de la belleza.
Christos Koukis es poeta, ensayista, autor de letras de canciones y gestor cultural. Dirige el Festival Internacional de Poesía de Creta. Algunos libros de poemas suyos: Después de la belleza, 2011; La gran paradoja del sol, 2013; Diario de un amante, 2014, y Culpa moderna, 2018.
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Primer Canto
Señora
de la más limpia sonrisa
señora del pie pequeño
y blanco
del dulce nombre
dueña de todo
o dueña de nada:
de las extrañas estaciones
urdidas con cabellos
blanca y erguida
señora
este pequeño ser
la nombra
y se extiende
como una alfombra
como un odre vacío
Javier Naranjo nació en Medellín, Colombia, en 1956. Es poeta, gestor cultural y
docente de escritura creativa para niños.
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Lectura de niños del Proyecto Gulliver
El sol que soy, es amigo de la paz
Cuando un poema nace en mi corazón yo siento paz
Mi lengua, es amiga de la poesía que lucha por la paz
Quiero una palabra que se parezca a la paz
que nunca he conocido en mi país.
Quiero una palabra
que todos los colombianos pronunciemos en contra de la guerra
y otra en favor de la paz.
Miro la paz y la conquisto
Las lecturas que hago, son amigas de la justicia
Las lecturas que hago, son ajenas a la guerra, tratan de música y poesía
Las lecturas que hago, son socias de la paz
Mis oídos, son amigos de la palabra paz
Mi lengua, es amiga de la música que habla de paz
Texto colectivo de niños participantes del Proyecto Gulliver.
La página del Proyecto Gulliver -que trabaja por la educación de los niños de Medellín en situación de riesgo y vulnerabilidad-, arranca con una frase del filósofo austriaco Ludwig Wittgenstein, que vale la pena traer a colación: “los límites de mi mundo, son los límites de mi lenguaje.” Dicho de otro modo, mis palabras determinan mi realidad.