Los líderes resilientes mantienen la calma y actúan con proactividad, dice Melanie Amaya, experta en liderazgo organizacional. | Foto: fotografía_ iStock

GESTIÓN

Liderazgo en tiempos de crisis

La pandemia plantea un gran desafio para los líderes. Ellos más que nunca necesitan promover el cambio positivo para acompañar a sus equipos. Melanie Amaya, CEO de Amayaco, describe esas herramientas para salir adelante en tiempos difíciles.

30 de abril de 2020

La situación generada por el Sars-cov-2 es un gran desafío para los líderes, pues deben acompañar a sus colaboradores en medio de la ansiedad y el miedo a perder el trabajo. El reto es enfrentar la resistencia a un cambio para el cual muchos no estaban preparados; facilitar los procesos de adaptación de las organizaciones y sus equipos; tomar decisiones difíciles; hacer frente a un incremento en la carga de actividades; reorganizarse para trabajar desde casa, y liderar equipos virtualmente. Como nunca, los líderes deben ser agentes de cambio positivo y saber autoliderarse, reinventarse y acompañar a sus equipos a transitar con éxito la crisis. En tiempos difíciles necesitan tener en cuenta lo siguiente:

1. Comunicación de calidad. En medio de la incertidumbre, mantener a los equipos informados es crucial para evitar el chisme y el miedo. Los líderes deben demostrar que están disponibles para guiar, acompañar y, además, comunicar qué están haciendo para enfrentar la situación y apoyar a sus colaboradores. Deben abrir espacios para escuchar, responder preguntas y transmitir calma y confianza. En otras palabras, necesitan una comunicación asertiva en conversaciones productivas con sus equipos, en las que utilizan técnicas como la escucha activa, las preguntas poderosas, la realimentación constructiva, y un lenguaje verbal y no verbal apreciativo.

2. Mucha inteligencia emocional. Un líder que no sabe regular sus emociones no podrá comunicarse asertivamente con su equipo. Por eso, debe mirarse a sí mismo y comprender cómo la situación lo afecta emocionalmente, cuál es su reacción ante el cambio, y qué pensamientos o creencias le impiden adaptarse. Además, necesita realizar actividades que le permitan liberar de forma sana sus emociones, recargarse de energía y construir estados de claridad y paz mental. El bienestar mental, emocional y físico son garantía de productividad y liderazgo efectivo.

3.Empatía. Primero hacia sí mismos, lo cual implica dejar a un lado el perfeccionismo y reconocer que es normal atravesar distintos estados emocionales durante la crisis, cometer errores, y no tener todas las respuestas. Luego, hacia los colaboradores al escucharlos activamente; con preguntas para comprender las condiciones particulares que presenta cada miembro del equipo, y con una postura flexible. Mostrar empatía es comunicarse con respeto y comprensión, con palabras y acciones que denoten interés genuino por el bienestar de los colaboradores. Los líderes que comparten con apertura y autenticidad cómo se sienten y que le preguntan a sus colaboradores cómo están y cómo apoyarlos, generan mayor conexión con sus equipos, que así estarán más comprometidos.

4. Más confianza que microgerencia. Ante la incertidumbre, la reacción automática de muchos líderes es controlar. Sin embargo, para liderar con efectividad ellos deben reconocer que no todo está bajo su control y que si no aceptan la situación y se resisten al cambio, va a ser muy difícil que puedan apoyar a sus equipos. Los jefes que no confían asumen responsabilidades operativas que no les corresponden y microgerencian al imponer excesivos mecanismos de supervisión para sus colaboradores. Por eso, durante las crisis los líderes deben fortalecer eso capacitando, empoderando, delegando y acompañando a sus equipos a encontrar e implementar estrategias para enfrentar los desafíos.

5.Liderazgo resiliente. La actitud del líder frente a la crisis impactará la adaptación del equipo. En momentos de adversidad, los más efectivos son resilientes y ven las crisis como oportunidades de aprendizaje. Reconocen lo positivo en las situaciones, en sí mismos y en sus equipos. Toman perspectiva, ven lo importante y deciden de acuerdo al propósito, la visión y los valores del equipo. Por esa claridad priorizan; transmiten esperanza; inspiran con sus palabras y acciones, y permanecen en el presente sin perder el norte. Para lograrlo necesitan desarrollar su propia resiliencia; reconocer y celebrar los avances y logros; realizar actividades que mantengan al equipo cohesionado; utilizar los errores como oportunidades de aprendizaje; mantener una perspectiva positiva, y un clima de trabajo saludable, respetuoso y constructivo.

6. Liderazgo, trabajo y aprendizaje virtual. Hay que aprender a trabajar, liderar y operar virtualmente. Así como algunos miembros del equipo están cansados de trabajar desde casa, otros tienen miedo de volver a la oficina y ser contagiados por el Sars-Cov-2. Por eso, los líderes deben abrir su mente y desafiar creencias que impiden la innovación (como “no es posible” o “así se ha hecho siempre”) y buscar formas de reinventar sus negocios, satisfacer las necesidades de sus clientes y liderar y capacitar a sus equipos virtualmente. Los líderes resilientes aprovechan la crisis para trabajar en desarrollarse a sí mismos y a sus colaboradores, utilizando entretenimientos virtuales y trabajando de forma digital con coaches ejecutivos que los ayuden a potenciar su capacidad de liderazgo y a mejorar sus habilidades de comunicación, inteligencia emocional, toma de decisiones y logro de resultados.