Especial Costa Caribe
Caribe en obra: estos son los megaproyectos que están cambiando el rumbo de siete capitales colombianas
Infraestructura que conecta, energía limpia, agua digna y turismo de alto impacto marcan el inicio de una nueva era. Saldar deudas históricas es uno de los desafíos clave que la región enfrenta si aspira construir un futuro más justo y sostenible

Impulsadas por una ambiciosa agenda de desarrollo, las capitales del Caribe colombiano avanzan en proyectos que prometen cambiar el rumbo de la región. Nuevas rutas aéreas, acueductos, soluciones energéticas limpias y espacios públicos de alto impacto forman parte de un plan que combina sostenibilidad, equidad y modernización. Las obras, lideradas por las actuales administraciones, buscan saldar deudas históricas, cerrar brechas sociales y convertir a la región en un modelo de desarrollo urbano, ambiental y social.
Cartagena: malecón y aeropuerto de talla mundial

Cartagena les apuesta a dos obras de alto impacto que podrían marcar un punto de inflexión en su desarrollo turístico y urbano. La primera es el Gran Malecón del Mar, una intervención costera de 8,7 kilómetros entre La Boquilla y La Tenaza, que será financiada con recursos propios del Distrito. “Vamos a construir el malecón más bello del mundo, y va a quedar en Cartagena”, aseguró el alcalde Dumek Turbay. Con una inversión de 200.000 millones de pesos, la obra aspira a mejorar el espacio público en una ciudad en la que actualmente hay apenas 1,15 metros cuadrados por habitante, y a atraer a más de 25.000 visitantes diarios con espacios peatonales, deportivos y comerciales, incluyendo un mirador con una rueda de la fortuna.
El segundo gran proyecto de la Heroica despega con una inversión ciento por ciento privada y proyección internacional: el nuevo aeropuerto de Bayunca, que será el primer greenfield construido en Colombia en medio siglo; es decir, desde cero en un terreno sin infraestructuras previas. Con una inversión cercana a los 1.000 millones de dólares, la terminal tendrá capacidad inicial para 17 millones de pasajeros y podrá expandirse a más de 40 millones. Su pista de 3.100 metros permitirá vuelos transoceánicos y su diseño bioclimático la convierte en un hito de infraestructura sostenible. Es una oportunidad para que Cartagena se consolide como un hub turístico y logístico del Caribe y del país, destacan desde el Distrito. Su entrada en operación está prevista para 2034.
Barranquilla: pionera en transición energética

Barranquilla, por su parte, avanza en su transformación como ciudad sostenible. Con una inversión superior a los 100.000 millones de pesos, la capital del Atlántico lidera en transición energética en el Caribe gracias a dos proyectos: el parque solar Apbaq I, en Juan Mina, que ya genera el 40 por ciento de la energía del alumbrado público; y la planta de biogás en el relleno sanitario Los Pocitos, la más grande del país en su tipo. “Con las toneladas de basura que antes eran un problema contaminante, hoy Barranquilla produce energía limpia”, destacó el alcalde Alejandro Char.
La planta podría abastecer entre 7.000 y 10.000 hogares, generando hasta 35 millones de kWh anuales, mientras que el parque solar evitará la emisión de más de 1.500 toneladas de CO₂ al año. Estas iniciativas no solo benefician a la ciudad, sino que también la convierten en un modelo replicable para otras urbes del Caribe.
Montería: ecoturismo y urbanismo verde

En Montería, la visión de ciudad gira en torno al ecoturismo, la movilidad sostenible y la infraestructura verde. “Proyectamos transformar la ciudad en un destino turístico clave del Caribe. La estrategia busca impulsar proyectos innovadores capaces de conectar nuestras tradiciones culturales con la naturaleza y el urbanismo sostenible”, afirmó el alcalde Hugo Kerguelén.
Con una inversión que supera los 250.000 millones de pesos, se avanza en la consolidación de un nuevo eje ambiental con obras como el paradero turístico de la ciénaga de Betancí, que tendrá un muelle turístico con pabellones gastronómicos y arqueológicos, espacios para deportes náuticos y avistamiento de aves; el Parque Botánico Las Lagunas, concebido como un gran pulmón verde en antiguos terrenos de oxidación, y la Vía de la Biodiversidad, un corredor que conecta lo urbano con el Bosque de los Libros y promueve el transporte limpio.
A estos proyectos se suman apuestas como un tranvía turístico por la Avenida Primera, la construcción de una gran noria en la Plaza Cultural del Chino, un puente peatonal transparente e iluminado sobre el río Sinú y el Mercado de los Cuatro Patios, que tendrá más de 200 locales de artesanías y gastronomía local.
Santa Marta: saldar la deuda histórica con el agua

Pocas ciudades del Caribe han sufrido tanto por el desabastecimiento de agua como Santa Marta. Por eso, el Plan Maestro de Acueducto, Alcantarillado Sanitario y Pluvial, con inversiones que superan los 600.000 millones de pesos, representa una verdadera revolución. “Es una deuda histórica que se está saldando”, aseguró el alcalde Carlos Pinedo Cuello.
Las obras incluyen redes hidráulicas, pozos electromecánicos, una planta desalinizadora en Taganga y la rehabilitación de estaciones de bombeo y de la Ebar Norte, con beneficios para sectores como Pescaíto y El Boro. Este modelo, que prioriza la continuidad del servicio y el uso eficiente de los recursos hídricos, podría replicarse en otras zonas costeras, según su alcalde, donde el acceso al agua sigue siendo una brecha estructural.
Valledupar: conectividad para convertirse en nodo logístico

Valledupar, por otro lado, apuesta por el desarrollo vial para integrarse al mapa logístico del Caribe. El Plan de Inversión 2025, con recursos por cerca de los 100.000 millones de pesos, contempla cerca de 10 kilómetros de nuevas vías que mejorarán la movilidad interna y la conexión con departamentos vecinos como La Guajira, Magdalena y Bolívar.
Entre las obras más destacadas, se encuentra la vía que conectará el aeropuerto Alfonso López con la salida a San Juan del Cesar, reduciendo los tiempos de desplazamiento. “Quien llegue en avión podrá estar en la vía hacia San Juan del Cesar en menos de 15 minutos”, afirmó el alcalde Ernesto Orozco Durán. También habrá una conexión entre el suroccidente y el anillo vial, y un corredor hacia Sabana Crespo que beneficiará a comunidades indígenas arhuacas y campesinas. Según el alcalde, Valledupar quiere ser un eje estratégico del Caribe, con infraestructura pensada para dinamizar el comercio y facilitar el acceso a reservas naturales como Los Besotes.
Riohacha: el agua como derecho y motor de cambio
En una región donde el agua escasea, el Proyecto de Optimización Hidráulica del Sistema de Distribución de Riohacha (POHSD) representa una intervención de impacto profundo. Con una inversión que supera los 80.000 millones de pesos, y con apoyo del BID y de la cooperación suiza, esta obra busca reemplazar 100.000 metros lineales de tuberías obsoletas para garantizar una distribución eficiente y continua. Con un avance del 73,85 por ciento, ya se han instalado 21,6 kilómetros de nuevas redes y regularizado 1.724 conexiones. “Representa un antes y un después para Riohacha. Por décadas, nuestros ciudadanos han sufrido por la falta de agua potable continua y de calidad. Estamos avanzando significativamente en esta deuda histórica”, afirmó el alcalde Genaro Redondo Choles.
La intervención beneficiará a más de 200.000 personas, y su impacto regional se sentirá a medida que el sistema garantice un caudal continuo y eficiente, reduzca la dependencia de plantas desalinizadoras y mejore las condiciones para el desarrollo económico, turístico y social de la capital guajira y su entorno.
Sincelejo: alimentación escolar con cobertura total

En el corazón del Caribe, Sincelejo avanza un innovador megaproyecto social: la implementación de un Programa de Alimentación Escolar (PAE) con cobertura total, continuidad multianual hasta 2028 y enfoque diferencial para comunidades indígenas. Bajo esta nueva estrategia, liderada por el alcalde Yahir Fernando Acuña, la ciudad se convierte en referente para la región al romper con la lógica de la contratación intermitente y garantizar, desde el primer día del calendario académico, alimentación diaria para más de 45.000 estudiantes. “Se adjudicó con un contrato multianual, lo que garantiza que ningún niño vuelva a quedar sin alimento por demoras administrativas”, aseguró Acuña. El modelo, que incluye raciones calientes transportadas y atención a más de 4.000 estudiantes indígenas, no solo impacta la permanencia escolar en zonas vulnerables, sino que plantea una hoja de ruta replicable para otras capitales de la región.