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¿Cómo prepararse económica y estratégicamente para una catástrofe natural?
Compañías de seguros, reaseguradores, gobiernos y grandes tenedores de riesgos catastróficos alrededor del mundo hacen uso de una serie de herramientas diseñadas para medir con precisión cuál podría ser el impacto de una catástrofe natural en sus activos.
Una de las grandes incertidumbres y preocupaciones de cualquier ciudadano en el mundo es el impacto que pueda causar un terremoto de alta magnitud. Como es de esperarse, las pérdidas humanas y materiales de este tipo de eventos son significativas y en la actualidad, cuantificables con antelación.
Recientemente en Acapulco, México, se produjo un sismo de gran magnitud (7.1 en escala de Richter), sin pérdidas económicas significativas. Colombia no está ajena a este tipo de eventos, porque se encuentra rodeada de varias zonas de subducción y en el medio de tres placas tectónicas. Por lo tanto, el país está expuesto de manera importante a este tipo de catástrofes naturales.
El último evento sísmico de alta magnitud que se presentó en Colombia fue hace más de 20 años: el terremoto de Armenia en 1999, con una magnitud de 6.2 en la escala de Richter. El suceso tuvo más de mil víctimas fatales y generó miles de millones de pesos en pérdidas económicas.
A pesar de los avances de la tecnología, hasta ahora no es posible predecir los sismos y esta es la razón por la que los esfuerzos se deben concentrar en generar concientización en la mitigación y cuantificación del impacto sobre sismos futuros.
De hecho, en Colombia, la industria aseguradora, uno de los principales afectados en caso de un evento natural, lleva años trabajando de la mano con el Gobierno nacional y expertos en geología y modelaciones catastróficas para cuantificar y establecer tarifas adecuadas de acuerdo al riesgo de terremoto en el país.
Guy Carpenter, líder mundial en gestión de riesgos complejos, ha desarrollado herramientas de tecnología específicas para medir y gestionar el impacto de catástrofes naturales. “A través de esos recursos, los usuarios pueden visualizar sus portafolios de riesgos, simular escenarios reales de pérdidas y hasta monitorear en tiempo real terremotos e inundaciones”, explica Juan Camilo Betancurt, su vicepresidente asistente.
Compañías de seguros, reaseguradores, gobiernos y grandes tenedores de riesgos catastróficos alrededor del mundo hacen uso constante de estas herramientas para medir con precisión cuál podría ser el impacto de una catástrofe natural en sus activos. “Una de ellas es GC Merlin, de vital importancia para determinar cuál sería la máxima pérdida probable de un portafolio de riesgos de vida y asociados en caso de una catástrofe natural o provocada por el hombre como pueden ser actos terroristas y vandálicos, entre otros”, precisa Betancurt.
Para Luis Daniel Alba, broker en Guy Carpenter, “este tipo de análisis se ha vuelto la norma por parte de entes reguladores en múltiples países dentro de los cuales Colombia no es la excepción, pues se encuentra en proceso de requerir a las compañías para que realicen este análisis de manera obligatoria”.
Poder determinar la magnitud económica de estos eventos no solo permite un mejor monitoreo y gestión del riesgo, sino que hace más eficiente la compra de reaseguro por parte de compañías de seguros, gobiernos o tenedores de estos importantes portafolios.
Otra herramienta es Advantage Point®, que demostró sus capacidades al ser determinante en cuantificar con precisión las pérdidas por el paso de los huracanes ETA y IOTA en el Caribe colombiano. Esto les permitió a los usuarios con riesgos expuestos en las islas, adelantar planes de acción eficientes y hacer seguimiento en tiempo real del comportamiento de los huracanes y su afectación. Incluso, con el ánimo de prepararse ante cualquier escenario, el instrumento permitió realizar simulaciones en las que se podía modificar la trayectoria e intensidad de los huracanes y hasta combinar con la materialización de eventos adicionales como inundaciones.
Según los expertos de Guy Carpenter, la magnitud de un terremoto en Colombia depende altamente del epicentro y profundidad del movimiento de ajuste de capas tectónicas. “Teniendo en cuenta lo anterior, la mejor forma de prepararse económica y estratégicamente es a través del empleo de estas herramientas tecnológicas que permiten la realización de múltiples simulaciones y análisis cuantitativos”, concluye Alba.