Entrevista
Conozca al genio colombiano de la inteligencia artificial y uno de los 200 investigadores más influyentes del mundo
El próximo 30 de noviembre, este reconocido investigador de la Universidad de los Andes participará en un evento en el que se esperan más de 5.000 egresados. En esta entrevista da detalles de sus proyectos para prevenir el cáncer y el Alzheimer con ayuda de la tecnología.
Lo que comenzó como una fascinación de Pablo Arbeláez por los libros de ciencia ficción, se transformó, más de veinte años después, en una carrera investigativa sin precedentes. Hoy, Arbeláez, profesor del departamento de Ingeniería Biomédica de la Universidad de Los Andes y Ph.D. en Matemáticas Aplicadas de la Université Paris-Dauphine, es uno de los investigadores más influyentes en el área de visión por computador del mundo.
En su trabajo, que articula la inteligencia artificial para analizar datos y abordar problemas médicos, figuran múltiples soluciones para afrontar problemáticas de salud pública como el cáncer de pulmón o el Alzheimer, además de herramientas para la conservación de la biodiversidad. Arbeláez confía firmemente en el alcance que esta tecnología puede tener para el bienestar de la humanidad.
De hecho, este fin de semana participó en la COP16, el evento de biodiversidad más importante del mundo, presentando una aplicación de IA que busca mitigar la deforestación en la Amazonía. Los ministerios de Ambiente de Colombia, Perú y Ecuador ya están vinculados.
Enlistar todas sus investigaciones y logros es casi imposible. Dirige el Centro de Investigación y Formación de Inteligencia Artificial (CinfonIA) de la Universidad de Los Andes. Ha sido galardonado con el Premio de Investigación de Google para América Latina en cuatro ocasiones y seleccionado en 2020 como uno de los 100 investigadores más influyentes en inteligencia artificial de la última década. Una mente brillante.
En 1997 se graduó como Matemático de Los Andes y emprendió una carrera que lo llevó hasta Francia y Estados Unidos. Luego, regresó a Colombia y eligió la docencia. Admira a sus estudiantes y cree en el poder de la investigación para “soñar el futuro”.
Arbeláez será uno de los invitados especiales del evento Volver a Los Andes, que se realizará el próximo 30 de noviembre en el campus universitario. Liderado por la institución y por la Asociación de Egresados Uniandinos, se espera la asistencia de más de 5 mil egresados para reavivar el sentido de pertenencia y enaltecer su historia.
SEMANA: La ciencia ficción fue un detonante en la escogencia de su carrera profesional. ¿Qué películas o libros le gustaban?
Pablo Arbeláez: Todos los que estamos en esta disciplina tenemos una obsesión con la ciencia ficción. Es una fuente de inspiración y de reflexión. Yo admiro profundamente libros y películas como 2001: odisea del espacio o el trabajo de Arthur C. Clarke o de Frank Herbert, los grandes autores de la ciencia ficción. Ellos han moldeado nuestra percepción colectiva de la IA.
SEMANA: ¿Por qué es tan apasionante para usted trabajar con la IA?
P.A.: Llevo trabajando con la inteligencia artificial más de 25 años y hasta hace 10 años era tan solo una promesa recluida en los ámbitos académicos y la ciencia ficción. Es el mayor problema del conocimiento humano. Es poder desarrollar una máquina que tenga la capacidad de generar nuevo conocimiento. Es un sueño de la humanidad. Siempre ha sido una tarea urgente, porque nos transformaría como especie, además de transformar el planeta.
La IA trae consigo la promesa de resolver los grandes problemas de la humanidad a través de capacidades analíticas y de inmensos volúmenes de datos; mucho más de lo que el ser humano puede entender. Con esa capacidad podremos afrontar retos como el cambio climático, la seguridad alimentaria y la salud.
SEMANA: Precisamente, su trabajo se centra en abordar problemáticas médicas y biológicas. ¿Cuáles son los resultados que más lo enorgullecen?
P.A.: El énfasis de mi trabajo han sido las aplicaciones de la inteligencia artificial por el bien común. Hoy en día, en CinfonIA el foco es la investigación en tres grandes áreas: cirugía robótica, diagnóstico de enfermedades y Alzheimer.
Con la cirugía robótica hemos sido campeones de más de 10 retos internacionales. El último de ellos fue el mes pasado en la Conferencia Internacional Mexicana de Inteligencia Artificial, que es la principal a nivel mundial dedicada a la salud y a la IA. El equipo de la Universidad de Los Andes participó en estos retos y quedó de primeras en uno de ellos. Fue un gran mérito. Uno de mis principales motivos de orgullo es que la universidad y Colombia sean líderes mundiales en este tipo de investigación.
También hemos trabajado en el diagnóstico de enfermedades de corazón en niños, incluso antes del nacimiento, con un proyecto que financió el Ministerio de Ciencias y que tiene la ambición de transformar el tratamiento de enfermedades genéticas del corazón. Son fatales, algunas hay que operarlas antes del parto. Con la IA podemos diagnosticar de forma más oportuna y hacerles un mejor seguimiento en el sistema de salud.
El tercer foco es el Alzaheimer. En Colombia hay una variante del alzhéimer, que nos hace propensos a la enfermedad. Por eso estamos trabajando con una farmacéutica y con la Universidad de Antioquia para desarrollar métodos de diagnóstico temprano, tratamientos para los síntomas y nuevos fármacos que prevengan estas enfermedades neurodegenerativas.
SEMANA: ¿De qué se trata el proyecto que adelanta con Meta Research?
P.A.: Este proyecto se hace con 15 universidades de todo el mundo y nosotros representamos a Latinoamérica. Llevamos cuatro años. Lo que hacemos es recolectar con gafas de realidad aumentada datos acerca de las actividades humanas, desde cocinar hasta realizar un experimento en un laboratorio. Con esos datos desarrollamos asistentes de inteligencia artificial para la realidad aumentada. En el futuro, nuestras gafas tendrán embebido un asistente IA para todo lo que necesitemos.
SEMANA: Este fin de semana presentó en la COP16 un proyecto que vincula IA y conservación medioambiental...
P.A.: Es el proyecto Guacamaya; llevamos dos años con él. Hemos consolidado una alianza alrededor de la IA y la conservación. La idea es desarrollar métodos de inteligencia artificial que permitan proteger la Amazonía del cambio climático. En particular, modelar y prevenir fenómenos como la deforestación. Además de nosotros, está vinculado Microsoft AI For Good (el laboratorio filantrópico de la empresa) y todo un consorcio de instituciones públicas interesadas en la conservación: IDEAM, Ministerio de Ambiente, Instituto Humboldt y el SINCHI. Lo presentaremos el domingo en la Zona Azul y la Zona Verde. Se han vinculado los ministerios de medio ambiente de Ecuador y Perú.
SEMANA: ¿Cómo ha vinculado su trabajo con la inteligencia artificial al diagnóstico del cáncer?
P.A.: Hemos trabajado mucho en cáncer de pulmón, que es una enfermedad terrible: su tasa de mortalidad es altísima. La tasa de supervivencia en cinco años es del 15%. El problema es que se diagnostica demasiado tarde, porque las personas no sienten cuando se está desarrollando el tumor y empiezan a tener síntomas cuando hay metástasis. En ese momento, los medicamentos no son efectivos.
Sin embargo, estos medicamentos sí son efectivos si se toman en los estadíos 1 y 2. Nuestro interés es desarrollar métodos para ver los pequeños granulitos en el pulmón, algo que para el especialista es prácticamente imposible de ver. Hacer que la IA analice la tomografía y la información clínica del paciente, pues el contexto clínico es fundamental. Gracias a esto nos ganamos un premio de investigación de Google para Latinoamérica.
El proyecto es de ciencia abierta; los códigos, los datos y las adaptaciones son públicos. Las personas pueden reproducir los resultados y construir lo que hemos hecho. Esto garantiza que el trabajo tenga un gran impacto.
SEMANA: ¿Qué consejo le daría a sus estudiantes?
P.A.: Mis trabajos y publicaciones son el fruto de su esfuerzo. Son ellos quienes lideran los proyectos y tienen una influencia verdadera en la realidad. Llevo 10 años en Los Andes y en ese tiempo he tenido el gusto de formar 50 estudiantes de maestría y 10 estudiantes de doctorado. Sin duda, eso me ha permitido crear una escuela en Colombia. Mi consejo es que crean en sí mismos. Las maravillas que hacemos en CinfonIAI las hacen estudiantes universitarios como muchos otros. Pero lo determinante es la capacidad de soñar el futuro.
SEMANA: ¿Qué le hace falta por investigar?
P.A.: La ventaja del auge de la inteligencia artificial es que nos permite ser más ambiciosos cada día. Ahora podemos desarrollar métodos para mejorar nuestra vida en el planeta. Desde proteger la naturaleza, mejorar la salud de las personas, hasta generar una energía limpia y hacer de la agricultura algo sostenible. Hay mucho trabajo por hacer.