El árbol que devoró el mundo: los rumbos del caucho en La vorágine es una de las exposiciones más sobresalientes, pues se realiza en el marco del centenario de la novela.
El árbol que devoró el mundo: los rumbos del caucho en La vorágine, es una de las exposiciones más sobresalientes, pues se realiza en el marco del centenario de la novela. | Foto: Cortesía

Cultura

COP16 | Esta es la fascinante exposición que conmemora los 100 años de ‘La vorágine’

Con un circuito itinerante de ocho exhibiciones, esta y otras siete muestras buscan despertar reflexiones en torno a la bioculturalidad, la conservación del medioambiente y los derechos humanos.

Redacción Semana
28 de octubre de 2024

Hace 100 años, los talleres gráficos de la Editorial de Cromos publicaron la primera edición de La vorágine, una novela insigne de la literatura colombiana firmada por José Eustasio Rivera. Su prosa, modernista y de versos pulidos, narraba la historia del poeta Arturo Cova y su amante Alicia, quienes, al escapar hacia los Llanos y la selva amazónica, se enfrentaban a un panorama siniestro. Más que una novela, La vorágine fue una denuncia. Un llamado sobre la violencia.

Su cúspide narrativa fue retratar los crímenes cometidos durante la fiebre de la explotación del caucho en Colombia, un episodio conocido como el ‘Holocausto del caucho’. Por más de 30 años, esta industria esclavizó a los pueblos de la Amazonia y La vorágine lo expuso en papel. La primera frase de Rivera es contundente: “Antes que me hubiera apasionado por mujer alguna, jugué mi corazón al azar, y me lo ganó la violencia”.

“Alicia es enganchada por el traficante de gente Narciso Barrera para trabajar en las caucheras del Vichada. El trayecto del poeta lo lleva a conocer y a temer la selva. La búsqueda febril de ella en las profundidades de la selva es, a la vez, la caída de Cova en un remolino implacable que todo lo absorbe, en la vorágine”, explicaron desde la Biblioteca Nacional de Colombia.

Más que ilustrar la novela o reconstruir un pasado, la muestra busca las resonancias en un presente en el que la región orinoco-amazónica enfrenta desafíos.
Más que ilustrar la novela o reconstruir un pasado, la muestra busca las resonancias en un presente en el que la región Orinoco-Amazonia enfrenta desafíos. | Foto: Cortesía

Un siglo después, el argumento de La vorágine funcionó como semilla para que la exposición El árbol que devoró el mundo: los rumbos del caucho en ‘La vorágine’, se pudiera consolidar. La muestra, curada por Ximena Gama y Erna von der Walde, y con el diseño y la museografía de Piedra Tijera Papel, indaga en las consecuencias de la fiebre del caucho para crear una ruta de explotación que corrobora la magnitud del holocausto.

“Entre ese material se encuentra, por ejemplo, el registro fotográfico realizado por Roger Casement, cónsul británico en Pará, durante su investigación de las atrocidades cometidas por la Casa Arana contra los indígenas del Putumayo. También tenemos imágenes del fotógrafo Silvino Santos, cuyo propósito fue el de desmentir las acusaciones”, comentó Gama.

Esta y otras siete exposiciones más conforman el circuito cultural itinerante de la COP16, la cumbre de biodiversidad más importante del mundo que se celebra en Cali hasta el primero de noviembre. Liderado por el Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes, este circuito museístico se enmarca en una agenda cultural que incluye más de 280 eventos artísticos en 25 escenarios diferentes.

El árbol que devoró el mundo: los rumbos del caucho en ‘La vorágine’ es una de las exposiciones más sobresalientes, pues se realiza en el marco del centenario de la novela. Después de su paso por la Feria Internacional del Libro de Bogotá, la Bienal del Libro de São Paulo (Brasil) y la Biblioteca Nacional, la muestra se expondrá en la Sala Subterránea del Museo La Tertulia de Cali e incluirá varios componentes académicos.

A través de mapas, fotografías, ilustraciones, artículos de prensa, dibujos, videos y materiales documentales de instituciones nacionales, la muestra presenta la trazabilidad de esta historia.
A través de mapas, fotografías, ilustraciones, artículos de prensa, dibujos, videos y materiales documentales de instituciones nacionales, la muestra presenta la trazabilidad de esta historia. | Foto: Cortesía

A través de mapas, fotografías, ilustraciones, artículos de prensa, dibujos, videos y materiales documentales de instituciones nacionales, la muestra presenta la trazabilidad de esta historia. Asimismo, los archivos dialogan con obras de artistas contemporáneos y con un material de memoria de los pueblos amazónicos afectados.

Esta muestra, además, está planteada a través de cinco secciones, dispuestas por tres elementos simbólicos de La vorágine.

“El tronco del árbol de caucho, el invernadero de Kew Gardens como metáfora de la domesticación de la naturaleza y, finalmente, una maloca del pueblo bora, donde presentamos materiales de memoria de los pueblos indígenas”, señaló von der Walde.

Ambas curadoras subrayan que “más que ilustrar la novela o reconstruir un pasado, buscamos las resonancias en un presente en el que la región Orinoco-Amazonia enfrenta viejos y nuevos desafíos”. De forma que la exposición vincula poemas, cartas y citas de Rivera, en los que se exploran las preocupaciones del autor sobre la “trascendencia sociológica” de su obra.

Esta muestra, además, está planteada a través de cinco secciones, dispuestas por tres elementos simbólicos de La vorágine.
Esta muestra, además, está planteada a través de cinco secciones, dispuestas por tres elementos simbólicos de 'La vorágine'. | Foto: Cortesía

Entre las demás exposiciones del circuito itinerante COP16 están El jaguar y la mariposa: Chiribiquete, patrimonio natural y cultural de la humanidad; Los santos bajan y la sierra baja; Gentes del Putumayo narran; 100 años de La vorágine: La selva dual, madre y devoradora a la vez; Oh, naturaleza ¿inmarcesible? y La civilización ecológica de Qinghai, que se presentarán en la Biblioteca Departamental Jorge Garcés Romero.

La muestra de dibujos, diseños arquitectónicos, cartografías y videos de Casas Bioculturales: cuando la arquitectura está viva, una exposición que dialoga sobre los procesos de socialización y diseño de los sistemas arquitectónicos del Chocó y Vaupés se presentará en la Fundación Lugar a Dudas.