Transformación social

Cuando el impacto social es parte del modelo de negocio

Su modelo remoto, inclusivo y socialmente responsable ha impactado a cientos de jóvenes y mujeres en Cazucá, Soacha.

4 de julio de 2025, 9:11 p. m.
La empresa liderada por mujeres, demuestra que la sostenibilidad empresarial puede transformar comunidades vulnerables y proyectar servicios desde Colombia al mundo.
Su modelo remoto, inclusivo y socialmente responsable ha impactado a cientos de jóvenes y mujeres en Cazucá, Soacha. | Foto: SEMANA

En un país donde las brechas sociales y económicas siguen siendo un reto estructural, Natalia Zerda, CEO de Naez decidió construir una empresa con propósito. Desde Naez, firma que fundó y dirige, ha logrado combinar sostenibilidad, impacto comunitario y excelencia operativa con una visión centrada en el talento colombiano y la transformación desde lo local.

“Para nosotros, la sostenibilidad se define en un triple balance: impacto social, económico y ambiental”, afirma Zerda. Este enfoque se materializa en una operación 100 % exportadora que ofrece servicios remotos, principalmente a Estados Unidos, y que no solo posiciona a Colombia como proveedor de talla mundial, sino que transforma realidades en territorios marginados.

Desde hace cuatro años, Naez trabaja con comunidades vulnerables en Cazucá, Soacha. Inició con actividades para 30 niños y hoy impacta a más de 150 jóvenes, gracias a alianzas con organizaciones locales e internacionales. “Queremos mostrar otra forma de vida a esos jóvenes, romper con la idea de que una profesión define tu trabajo. Muchos de nuestros colaboradores aprendieron inglés jugando videojuegos y hoy son referentes en sus comunidades”, dice Zerda.

Además de los programas con jóvenes, han desarrollado procesos con mujeres líderes del territorio, quienes hoy impulsan los proyectos sociales más relevantes en la zona. “Los proyectos en Cazucá son liderados principalmente por mujeres, y para las niñas, es poderoso ver una empresa dirigida también por mujeres”, destaca.

Con un equipo que creció de cinco a casi 150 personas trabajando remotamente, Naez ha consolidado una cultura de sostenibilidad dentro de los hogares de sus colaboradores. Desde allí, promueven prácticas ambientales responsables y modelos de trabajo que dignifican sin importar los títulos académicos.

El mayor desafío, admite Zerda, ha sido ganarse la confianza de la comunidad. “Entrar a un territorio como Cazucá implica demostrar que no vienes a regalar cosas, sino a construir relaciones de largo plazo, a convertirte en un referente real”, concluye.

Desde Soacha hasta Silicon Valley, el mensaje es claro: las empresas lideradas por mujeres no solo pueden competir en el mercado global, sino también sembrar esperanza donde más se necesita.