Moda

Del campo a la pasarela más importante de Colombia. Estas son las marcas que llevan la tradición artesanal a otro nivel

Tejidos Rebancá y Palma Canaria brillaron en la pasarela de Bogotá Fashion Week con piezas auténticas y muy colombianas.

24 de mayo de 2025, 2:50 a. m.
Palma Canaria fue una de las marcas que desfiló por la Pasarela Colectivo Artesanal, una presentación que rindió homenaje a los artesanos colombianos.
Palma Canaria fue una de las marcas que desfiló por la Pasarela Colectivo Artesanal, una presentación que rindió homenaje a los artesanos colombianos. | Foto: Cortesía Palma Canaria

Este año, durante la décima edición del Bogotá Fashion Week, más de 140 marcas se destacaron por sus propuestas originales y una puesta en escena llena de color y brillo. Entre ellas sobresalieron Tejidos Rebancá y Palma Canaria, que compartieron pasarela gracias a un propósito común: la moda artesanal sostenible.

En la Pasarela Colectivo Artesanal se modelaron más de 70 prendas en una presentación que, además, hizo homenaje al talento artesanal en las regiones. Fueron dos colecciones inspiradas en la naturaleza, que invitan a valorar la tradición artesanal y los productos hechos a mano.

Ambas marcas hacen parte del Slow Fashion, una tendencia que permite adquirir prendas únicas e irrepetibles de alta calidad.

Silvino Patiño y Francisco Gómez fundaron Tejidos Rebancá e instalaron su taller en Iza, Boyacá.
Silvino Patiño y Francisco Gómez fundaron Tejidos Rebancá e instalaron su taller en Iza, Boyacá. | Foto: Cortesía Tejidos Rebancá

La ruana, una prenda de alta costura

En Izá, Boyacá, un pueblito a dos horas de Tunja, se encuentra la sede de Tejidos Rebancá, una empresa que durante ocho años ha transformado la ruana en una prenda que simboliza lujo y tradición.

“La idea surgió hace 15 años, cuando vi la necesidad de intervenir el paño de la ruana para convertirlo en algo mucho más versátil. Sin perder la esencia de esta prenda, que nos identifica en el plano cundiboyacense, la hemos llevado hasta las grandes pasarelas del país. Incluso hemos llevado este ‘lujo boyacense’ hasta otros países”, explicó Silvino Patiño, cofundador y maestro tejedor de la marca.

Patiño, como buen izano, aprendió desde pequeño cómo trabajar la lana. Siendo hijo y nieto de tejedores, asumió la responsabilidad de mantener viva esta actividad, que poco a poco ha ido desapareciendo del municipio, considerado el pueblo tejedor de Boyacá. “Hace unos años, en cada casa había uno o dos telares para hacer cobijas. Y para rescatar esta labor proponemos un modelo de alta costura con la capacidad comercial de generar trabajo para los hiladores de la región”, aseguró.

Tejidos Rebancá genera más de 60 empleos: 10 maestros tejedores en el taller y 50 familias hilanderas de distintas veredas de la Provincia de Sugamuxi, de municipios como Sogamoso, Cuítiva, Tota, Aquitania, Pesca, Corrales y Betéitiva. Debido a su impacto en la región fue premiado por el Banco Caja Social como La Mejor Microempresa en 2023.

La marca no sólo involucra a las comunidades locales, también garantiza el cuidado de las ovejas que proveen la lana. “Cada familia cuida dos o tres ovejas, no como un rebaño, sino en calidad de mascotas”, aclaró Patiño.

En el Bogotá Fashion Week se destacó la colección de Tejidos Rebancá, inspirada en la ruana, una prenda tradicional del altiplano cundiboyacense.
En el Bogotá Fashion Week se destacó la colección de Tejidos Rebancá, inspirada en la ruana, una prenda tradicional del altiplano cundiboyacense. | Foto: Cortesía Tejidos Rebancá

Cada parte del proceso de transformación está cuidadosamente pensado. Desde la crianza de la oveja, que tarda 9 meses en generar aproximadamente 2 mil gramos de lana virgen, hasta la esquilada, el lavado, el momento de hilar la lana y por último, tejer la pieza. Por todo esto cada prenda requiere aproximadamente un año de trabajo.

“Es nuestro cuarto año consecutivo en Bogotá Fashion Week. Este año llegamos a la pasarela con una colección inspirada en el glaciar de Boyacá, El Cocuy. Son 38 prendas que reflejan la versatilidad de la lana, pues son ideales para el ambiente laboral, para asistir a reuniones e, incluso, destacar en las galas”, afirmó Patiño.

Las técnicas ancestrales están de moda

Palma Canaria es otra de las marcas que desfiló por esta pasarela con su colección Duna, conformada por 32 looks inspirados en los colores del atardecer en el desierto. Desde 2016, cuando se fundó la empresa, su propósito ha sido claro: trabajar con técnicas ancestrales, como el macramé, para ofrecer una amplia gama de accesorios y ropa de alta costura.

“Participar en esta pasarela es una oportunidad para visibilizar y cambiar la manera en que se perciben las artesanías, porque no son solo las mochilas o los sombreros que el turista compra, sino que hacen parte de la moda colombiana que está dando la vuelta al mundo”, detalló Juliana Quintero, cofundadora y gerente de Palma Canaria.

Palma Canaria brilló con su colección Duna, basada en técnicas tradicionales de los artesanos colombianos, como el macramé.
Palma Canaria brilló con su colección Duna, basada en técnicas tradicionales de los artesanos colombianos, como el macramé. | Foto: Cortesía Palma Canaria.

Quintero puntualizó que la marca ha sido un completo éxito en 19 países, como Estados Unidos, Honduras, Perú, México, Australia, Emiratos Árabes y Arabia Saudita. La razón de ese reconocimiento internacional es la capacidad de la marca para transmitir la identidad colombiana. Un claro ejemplo son los materiales que utiliza, ya que provienen de plantas endémicas como la Palma de Iraca, el Bejuco, Esparto e Hilo de Cobre.

Otro de sus atributos son los procesos sostenibles: trabaja con más de 40 familias de Santander, Boyacá, Nariño y Atlántico. Además, la empresa acompaña a las comunidades a diseñar estrategias de protección de las plantas y sus ecosistemas.

Buscamos aportar a la dignificación de la artesanía en el país. Estamos trabajando con más de 40 mujeres artesanas cabeza de familia que tejen para sacar a sus familias adelante. Es una manera de otorgar valor a los productos hechos a mano, a la técnica ancestral y a las historias detrás de cada prenda o accesorio”, concluyó Quintero.