Especial Villavicencio y Meta

El mejor cacao del mundo está en el Meta. Esta es su historia

Galardonado como uno de los mejores del mundo, el cacao del Meta se cultiva bajo un modelo que impulsa la sostenibilidad ambiental, la equidad de género, los emprendimientos familiares y la excelencia del grano. 

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5 de noviembre de 2025, 3:52 p. m.
La cacaocultura en el Meta comenzó en 1930 con la llegada de campesinos de diferentes regiones del país, desplazados por la violencia bipartidista.
La cacaocultura en el Meta comenzó en 1930 con la llegada de campesinos de diferentes regiones del país, desplazados por la violencia bipartidista. | Foto: Óscar Medina

En su cultivo de cacao en Guamal, Meta, en medio de los ‘conciertos’ de los pájaros y los monos, Fernando Coy todavía siente la presencia de sus abuelos y sus padres. De todos esos ‘viejos’ que forjaron más que un cultivo, un legado familiar. Su padre cosechaba el cacao. Luego llegaban hasta cuñados y primos para desgranar las mazorcas ya maduras, amarillas. Entre todos apostaban, pero nadie superaba a la madre, la más rápida en desgranar o, como dicen ellos, “desengrullar” el cacao. Era tan rápida que fue ‘guamaluna de oro’, es decir, campeona municipal en “desengrullado” de cacao.

Tras el procesamiento y la selección, llegaba el secado y la fermentación, y así el cacao quedaba listo para la venta. De eso se encargaba su padre los domingos. Ese día, por la tarde, celebraban con una buena carne con papas. “Era la felicidad nuestra”, recordó Fernando, quien hoy hace parte del grupo que recuperó una tradición que estuvo cerca de perderse.

Freddy Díaz, gerente de la cooperativa Workakao –que articula el trabajo de cinco organizaciones y 900 familias en Cubarral, El Dorado, El Castillo, Guamal, Granada y un punto de acopio en Lejanías– explicó que la cacaocultura en el Meta comenzó en la década de 1930, con la llegada de campesinos desplazados de diferentes regiones de Colombia debido a la violencia bipartidista. La producción se expandió.

Sin embargo, hacia los años ochenta el conflicto armado y la propagación de un hongo, la moniliasis, afectó los cultivos. Y pasó de producir 5.000 toneladas en 1985 a 460 en 2004, según cifras de la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos en la revista Semillas. Pero familias como la de Fernando no solo se limitaron a recuperar la tradición de los ‘viejos’. También lograron llevarla a lo más alto en febrero de 2024, cuando Workakao recibió el galardón ‘Cacao de Oro’ durante el Festival Chocoa y los premios Cacao of Excellence Awards, el certamen cacaotero más prestigioso del mundo, celebrado en Ámsterdam, en donde recibió el reconocimiento como el mejor cacao del mundo.

Cultivos sostenibles

El cultivo que tiene Fernando Coy con su esposa, Enith Sanabria, se sustenta en un sistema agroforestal que promueve la variedad y la regeneración de las áreas cultivadas, con el fin de garantizar la recuperación y el bienestar de una diversidad de plantas, monos, aves e insectos que prestan servicios invaluables como la retención de CO2, la polinización y la dispersión de semillas.

Meta es el quinto mayor productor de cacao en el país. Sin embargo, más que volumen el objetivo es producir cacao de la más alta calidad.
Meta es el quinto mayor productor de cacao en el país. Sin embargo, más que volumen el objetivo es producir cacao de la más alta calidad. | Foto: Óscar Medina

Al lado de los árboles de cacao hay árboles de mandarinas, naranjas, mango, zapote, tamarindo y rambután, entre otras frutas. “Esto nos ayuda a que nuestra calidad en sabor y aroma tenga unas notas diferenciadas en las muestras de cacao”, explicó Coy.

Este cultivo es el sustento del emprendimiento familiar, encabezado por Enith y María Fernanda, su hija. Todo surgió en 2021. María Fernanda ganó un concurso de emprendimiento en el colegio con una marca llamada Chocolove. Y a Enith le pareció tan buena la idea que se propuso hacerla realidad. “Lo hicimos por ella y por los jóvenes”, confesó Enith. Cuando fueron a realizar el registro comercial se dieron cuenta de que ya había una marca registrada con ese nombre. Pero eso no las detuvo. Decidieron agregarle una ‘r’ al nombre: Chocolover. Y calzó a la perfección. “Somos apasionados por el chocolate”, aseguró Enith.

Hoy, Chocolover produce chocolate de mesa, granulados y dulces como trufas. Alrededor de la marca buscan crear un proyecto de avistamiento de aves. “Estamos pensando en tener un segundo piso en la parte de atrás de la casa, para que la gente pueda venir, observar aves y tomarse un chocolatito al aire libre”, aseguró.

Empezar de nuevo

Para Yesenia Moreno el cacao también es una herencia de sus ‘viejos’. Fue víctima del conflicto armado y desplazada. Por ese motivo no pudo terminar sus estudios. “Aunque claro que los voy a acabar”, aseguró. Las cicatrices de la violencia, sin embargo, no fueron impedimento para que se empoderara de su cultivo de cinco hectáreas y aprendiera todos los secretos y los tecnicismos de la producción cacaotera. A tal punto que se inscribió a un programa de mujeres mentoras rurales y respondió tan bien las pruebas que le preguntaban si era ingeniera o técnica.

Ese programa la ha llevado a diferentes regiones del país e incluso a Ghana, África, el segundo productor de cacao del mundo, para intercambiar experiencias y buenas prácticas; un trabajo que le ha permitido consolidar y promover ese principio que ha marcado su trayectoria: la equidad de género. “Porque como hombres y mujeres podemos trabajar unidos y tener los mismos derechos”, añadió.

Primero la calidad

El Meta produjo 3.104 toneladas de cacao, que representan el 5 por ciento de la producción colombiana, según Fedecacao, ubicándose como el quinto mayor productor de cacao del país. Pero las familias, y especialmente la cooperativa Workakao, no buscan posicionar al departamento como el productor más grande. El objetivo es otro. “Estamos pasando de una cacaocultura de volumen a una de calidad”, precisó Freddy Díaz, gerente de Workakao.

El Meta produjo 3.104 toneladas de cacao, que representan el 5 por ciento de la producción colombiana, según Fedecacao.
El Meta produjo 3.104 toneladas de cacao, que representan el 5 por ciento de la producción colombiana, según Fedecacao. | Foto: Óscar Medina

La cacaocultora Nidia Acosta explicó que los bajísimos registros de cadmio en los suelos del Meta son un factor crucial, pues este elemento –que genera preocupación por sus efectos tóxicos en la salud– puede estar presente en los suelos de algunas plantaciones. Nidia es presidenta de la Asociación de Productores de Cacao de Acacías (Asprocao), que articula el trabajo de 90 familias. Este año exportaron cinco toneladas de cacao para Japón. “Quiero ser ejemplo para muchas mujeres que a veces dicen que solas no podemos”, afirmó.

La ciencia también hace su parte. Actualmente Workakao está apostando por un vivero, Aromas del Ariari, que ya tiene incorporado un sistema de trazabilidad que certifica el origen y la calidad del grano. Además, implementa un sistema de riego tipo israelí de microaspersión aérea. Pero para Freddy Díaz hay algo aún más importante. “El cariño y el amor con que trabajan nuestras familias. Esa energía también se transmite”, señaló. Porque ese espíritu de los abuelos, de los padres, de los ‘viejos’, sigue vivo. Y hasta se ha convertido en un motivo para la reconciliación.

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