Especial Pacífico
En Bahía Solano crece el primer cultivo de vainilla a gran escala del país. La especie exótica de la que se extrae solo se encuentra en México, Madagascar y China
Expedicionarios de la Universidad Nacional encontraron Vanilla Planifolia, un producto muy apreciado en la industria gastronómica y cosmética debido a su agradable aroma.
En las selvas del litoral pacífico, enredada en árboles de hasta 12 metros, y creciendo en medio de la humedad del bosque tropical, un grupo expedicionario de la Universidad Nacional de Colombia (Unal), sede Palmira, encontró Vanilla Planifolia, un tipo de orquídea que está en camino de convertirse en una oportunidad económica real para los habitantes de esta región.
Aunque no es exclusiva de la zona, porque ya se había descubierto en México, Madagascar y China, países que, a propósito, son los mayores productores de vainilla en el mundo, las características ambientales particulares de esta parte del territorio sí hacen que crezca más rápido y su fruto sea más potente.
En promedio, la Vanilla Planifolia tarda tres años para dar la primera floración y nueve meses más para los primeros frutos. No obstante, en el Pacífico la planta da sus primeros frutos al año y ocho meses. Entonces, al igual que los cafés especiales, cuya producción lidera a nivel mundial Colombia, estamos ante una nueva ventaja competitiva que desde ya se está explorando.
El hallazgo se dio en Bahía Solano hace siete años, sin embargo, solo hasta hace un par de meses empezaron a verse los primeros resultados de un proyecto social que involucró a toda la población. De la mano de expertos de la Agencia de Cooperación Suiza para el Desarrollo, comunidades indígenas y afro de las zonas rurales han aprendido a cultivar este producto de manera sostenible.
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Aromas y sabores
Luego de que los expertos identificaron las áreas silvestres donde estaba la vainilla y caracterizaron las especies, iniciaron un trabajo de domesticación en territorio, sembrándola en parcelas. Para establecer sus cultivos fue necesario asignar árboles tutores porque, al tratarse de una trepadora, debe tener sus raíces superficiales para florecer. De esta manera, las plantas se sembraron en sistemas agroforestales y en huertos habitacionales mixtos donde hay frutales y maderables. Para que el cultivo dé resultado, debe recibir 40 por ciento de sombra y 60 por ciento de luz solar, además de conservar distancias de siembra de cuatro metros entre cada árbol tutor, lo que equivale a una densidad de siembra de 600 plantas de vainilla por hectárea.
Cuando se obtienen los frutos, que en un principio son de color verde, los agricultores inician un proceso que tarda aproximadamente unos dos meses y que consiste en sacarlos al sol durante un tiempo determinado y luego cubrirlos con telas para lograr un curado que, finalmente, termina afinando el contenido aromático de la vainilla.
En la actualidad, este producto es el sustento de 200 familias en Bahía Solano. De hecho, el Consejo Comunitario del Río creó la empresa comunitaria Aromas y Sabores, que rápidamente logró la comercialización del producto a nivel nacional en cadenas de restaurantes y compañías que fabrican helados y pasteles. Además, se tiene previsto abrirse a mercados internacionales debido a su alta demanda.
Hasta el momento, la iniciativa ha contado con el empuje y compromiso de los productores, el apoyo de las universidades y la receptividad de la industria. Sin embargo, hace falta colaboración del Gobierno, que podría sacarle provecho a la vainilla en zonas como Tumaco, donde hay presencia de cultivos ilícitos. Allí, este producto puede ser una alternativa de sustitución para las comunidades, porque las condiciones climáticas así lo permitirían.
Por el momento, el respaldo obtenido ha servido también para conocer en detalle cómo se produce la vainilla en el estado de Veracruz, en México, y trasladar ese conocimiento a los cultivos locales. Así mismo, investigadores de ese país han visitado Colombia para estudiar las condiciones y los ecosistemas en los que la planta crece.
Justamente, la experiencia vivida en México, donde las zonas silvestres de vainilla se han ido perdiendo por la apertura de fronteras agrícolas, es un llamado para Chocó, que hoy tiene el compromiso de preservar estos territorios para que no solo no se pierda una especie de orquídea, sino que se pueda aprovechar una oportunidad económica que surge una vez en un millón.
Características únicas
En las selvas colombianas como las de Chocó y Amazonas, y en los valles interandinos se han descubierto 20 especies de vainilla, incluso, muchas de ellas han dado vida a híbridos que, a pesar de producir frutos aromáticos, son difíciles de conservar porque no tienen las características particulares de la Vanilla Planifolia.
* Investigadora de la Agencia de Cooperación de Suiza para el Desarrollo y miembro de la expedición en Bahía Solano.