Educación
En lanchas y subsidiando la gasolina. Esta es la odisea que se vive en El Charco, Nariño, para garantizar que los niños vayan a estudiar
Cerca de mil millones de pesos invierte, anualmente, la Alcaldía del municipio para garantizar que 7.000 estudiantes puedan movilizarse hasta la escuela. Además participa en un programa que financia la educación superior, beneficiando a más de 200 jóvenes bachilleres.
Para los niños en El Charco, Nariño, ir a la escuela representa, literalmente, una travesía. La única forma que tienen de movilizarse es a través de dos ríos, el Tapaje y el Sequihonda. Por el trayecto más cercano a una institución educativa una familia debe pagar 2.000 pesos, pero como en promedio tienen mínimo dos hijos, esa cifra se duplica. “Son hogares que, además, viven del diario, y esto tiene un impacto en la asistencia a clases”, explicó Víctor Candelo, alcalde del municipio.
El 75 por ciento de la población vive en la ruralidad y la limitante económica de las familias para enviar a los niños a estudiar ha tenido un impacto significativo en el índice de deserción del municipio, en donde hoy hay en total ocho instituciones educativas: cuatro en el casco urbano y cuatro en el área rural.
Esta realidad motivó a la actual administración a priorizar el transporte escolar y aumentar el número de estudiantes a los que se les cubre este servicio, pasando de 5.126 a 7.000. La alcaldía le entrega a cada motorista, de cada centro educativo, el combustible para que se preste el servicio de forma gratuita.
“Esto también nos permitió contrarrestar una situación muy desfavorable que se registra en el municipio. Niños de entre 10 y 12 años que se dedican a otras actividades, entre ellas de raspachines. La deserción escolar los hace vulnerables a los grupos armados. Por eso facilitar el acceso a la educación se convirtió en una tarea prioritaria; debemos minimizar ese riesgo”, aseguró el mandatario local, Víctor Candelo.
Tendencias
En total se designaron 44 motoristas que realizan trayectos en el área urbana y rural del municipio, con operaciones desde las 5:00 de la mañana. El servicio de transporte escolar no paró ni en pandemia, y vía fluvial se le enviaban las tareas a los estudiantes.
Adicionalmente, se creó un Comité de Búsqueda Activa, conformado por consejos comunitarios, cabildos indígenas, docentes y madres comunitarias, para trabajar de manera articulada con la alcaldía “para identificar aquellos niños, niñas y adolescentes que no están accediendo a la oferta educativa del municipio”.
Obtención de recursos
De acuerdo con Candelo, en principio, la mayor preocupación fue conseguir los recursos para poder prestar ese servicio a los estudiantes de las comunidades que habitan en el territorio. Antes, El Charco recibía 2.700 millones de pesos en calidad educativa, pero a raíz del censo del 2018, hubo una reducción sustancial de esta cifra “y pasamos a recibir 550.000 millones de pesos al año, en vista de que se reportó que la población se redujo de 42.000 habitantes a 22.505″, precisó Candelo.
En vez de desistir del propósito de brindarles a los niños, niñas y adolescentes del municipio transporte escolar, diseñaron una estrategia para conseguir los fondos. “Se hicieron ajustes, y se proyectó la obtención de recursos propios, especialmente con la sobretasa a la gasolina, para conseguir el apoyo”, explicó el alcalde. Hoy el gasto del transporte escolar supera los 550 millones de pesos, por semestre.
Educación superior
La alcaldía también ha concentrado esfuerzos para garantizar el acceso de los jóvenes nariñenses a la educación superior. Por eso se adhirieron al programa Camino a la Universidad, dirigido a jóvenes bachilleres menores de 28 años, a través de la financiación de Generación E - Equidad. En 2020 sólo participaron 50 jóvenes, el 98 por ciento fue matriculado en la Institución Universitaria Antonio José Camacho de Cali y el resto en otras instituciones del departamento. La participación se incrementó en los años siguientes.
De la Antonio José Camacho se graduaron 64 licenciados en pedagogía infantil, y de la Universidad Autónoma de Nariño 24 contadores públicos.
En 2021 esta iniciativa recibió un nuevo nombre: “Laboratorio de Paz, Convivencia y Seguridad Humana”, y la cifra de estudiantes inscritos aumentó a 217. En 2022, El Charco logró establecer un convenio con la Universidad Tecnológica del Chocó. “Hoy tenemos en el casco urbano la carrera de Educación Física, Recreación y Deportes, con la participación de 30 jóvenes en modalidad presencial, beneficiados con gratuidad en la matrícula”, señaló el alcalde.
De acuerdo con Jhon Alexander Córdoba, representante de la Universidad Tecnológica del Chocó, El Charco demanda la articulación de instituciones como la alcaldía, Infantería de Marina, Ministerio de Educación, Instituto de Bienestar Familiar y Ministerio de Cultura “para generar estrategias conjuntas que les facilite a los niños tener un proceso de formación que los conduzca a la educación superior. Hay que reducir las brechas de movilidad que son bastante complicadas. Si la Marina apoya en la movilización con embarcaciones más seguras y el Ministerio con una planta de docentes más robusta será más probable estimular la disciplina, la personalidad y los valores”, precisó.
Próximamente, se tiene proyectada en Quibdó la firma de un convenio que dará paso a la incorporación de dos carreras más a la oferta académica, entre ellas, Trabajo Social, con un alto interés y una gran demanda en el territorio.
*Contenido elaborado con apoyo de la Alcaldía de El Charco.