Feria de la ganadería rompió récord de asistencia. Así benefició la economía de Córdoba

Con una asistencia sin precedentes, una derrama económica superior a los 150 mil millones de pesos y un impacto visible en todos los sectores productivos, la 63ª Feria Nacional de la Ganadería en Montería se consolidó como el evento ferial más importante del Caribe colombiano. Durante 10 días, Córdoba vivió una celebración que unió cultura, economía, tradición ganadera y conocimiento técnico, convirtiéndose en un motor de desarrollo para la región y en una vitrina nacional para sus emprendedores, productores, campesinos y empresarios.

“El evento ferial ha sido supremamente exitoso”, aseguró Humberto Lora, presidente de la Federación Ganadera de Córdoba (Ganacor), al destacar que más de 135 mil personas asistieron al Coliseo de Ferias Miguel Villamil y a los eventos paralelos, incluyendo el reinado, los desfiles, las muestras culturales y los conciertos gratuitos. “La feria no solo se vivió en el Coliseo; fue una celebración que se tomó toda Montería y cada rincón del departamento”, dijo.

Desde el punto de vista económico, el impacto ha sido rotundo. Según Iván Náder, secretario de Desarrollo Económico y Agroindustrial de Córdoba, la feria superó todas las expectativas, con una ocupación hotelera del 100 % y más de 12.000 empleos generados. “Estimamos una derrama económica de más de 150 mil millones de pesos, lo que representa una variación superior al 30 % frente al año anterior”, afirmó. Además, recalcó que esta versión logró articular toda la cadena productiva del departamento, desde los campesinos hasta las grandes empresas.

Los testimonios de los emprendedores dan cuenta de esa oportunidad. Mauricio Ramírez, coordinador de la multinacional agrícola Adama —que comercializa herbicidas y otros productos agrícolas para la protección de cultivos—, afirmó: “Este tercer año para nosotros ha sido inmejorable en cuanto al número de personas que nos han visitado en nuestro stand. Las ventas han sido muy grandes y los negocios, bastante importantes”.

Por su parte, Alex Antonio Ayala, productor de chocolate artesanal de Valencia, Córdoba, señaló con orgullo: “Para nosotros, la Feria es una vitrina única; aquí mostramos lo que somos, lo que hacemos con amor en nuestras tierras. Gracias a este espacio, el cacao de Córdoba ha empezado a ser reconocido dentro y fuera del país”.

La feria también fue una vitrina técnica y de transferencia de conocimiento. Con más de 40 charlas y conferencias en las carpas académicas, se promovieron prácticas ganaderas sostenibles, el uso de tecnología agropecuaria, la trazabilidad y la apertura a nuevos mercados. “Hemos hablado de drones, software ganadero, mercados internacionales, y las carpas han estado a reventar”, expresó Humberto Lora. “El objetivo es claro: que los productores del departamento y del país puedan producir más con menos”.

En ese sentido, el secretario departamental de Competitividad y Cooperación Internacional, Boris Zapata, fue enfático: “Esta feria es una gran rueda de negocios. Desde el que vende agua en la calle hasta el gran ganadero participan. Aquí todo el mundo encontró un espacio para rebuscarse, para mostrar sus productos y para hacer parte de la cadena turística y económica”.

En esa lógica de inclusión, el sector turístico también vivió un auge notable durante la feria, especialmente en espacios como la Ronda del Sinú y los recorridos fluviales por el río. José Luis Díaz, operador turístico de Lorenza Tour, destacó cómo la integración de la ronda al circuito oficial de la feria permitió dinamizar la economía de múltiples actores: “Tuvimos cerca de 150 personas navegando por día y es porque este año se incluyó la ronda del Sinú como parte de la feria, con figuras icónicas y decoración que atrajo a miles de visitantes. Eso impulsó nuestros recorridos y benefició a comerciantes, pilotos, vendedores, guías y sus familias”. Cerca de 150 personas al día navegaron el río con este operador.

“Esta es la feria de todos”, resumió Humberto Lora. “El gobernador ha dispuesto distintos escenarios para que tanto pequeños emprendedores como grandes empresas posicionen sus marcas y digan ‘aquí estamos apoyando al departamento’”.

Los ganaderos, por su parte, destacaron la relevancia técnica del evento. Juan Fernando Santamaría, de Agropecuaria Francia, explicó que “es la oportunidad de mostrar toda la genética que tenemos para aportar a una mayor producción de proteína animal. Córdoba siempre ha sido el corazón ganadero del país”.

La feria incluyó por primera vez el juzgamiento oficial de razas como el Nelore y una nacional de Romosinuano —raza criolla patrimonio del departamento—, así como exhibiciones de búfalos y alianzas cárnicas (con juzgamiento). En total, participaron más de 230 ganaderías y se exhibieron cerca de 1.800 animales.

Además, se realizó un hackatón con jóvenes desarrolladores cordobeses, impulsando la innovación y el emprendimiento tecnológico. “Estamos entendiendo que hay que darle valor agregado a la actividad agropecuaria para poder tener mayores ingresos, basados en productividad y competitividad”, explicó el secretario Náder.

En síntesis, la feria fue mucho más que un evento tradicional. Fue una apuesta integral por el desarrollo de Córdoba, por visibilizar su potencial agroindustrial, por generar riqueza local y por demostrar que, con planificación, articulación y visión, es posible convertir una celebración cultural en una plataforma estratégica de crecimiento.

“Cada feria nos deja la vara más alta”, concluyó Humberto Lora. “Esta ha sido una feria mejor distribuida, más ordenada y mucho más concurrida. Y lo más importante: nos dejó enseñanzas para seguir mejorando”. La versión 63 de la Feria Nacional de la Ganadería no solo fue histórica por sus cifras, sino por haber demostrado que el campo, la cultura y la economía pueden caminar juntos hacia un futuro más próspero para todos.