Turismo
Fútbol, trap y tango: así conquista Buenos Aires a los colombianos. “Somos más parecidos de lo que creemos”
La ciudad se consolida como uno de esos destinos que todo turista debe conocer al menos una vez en la vida, y los colombianos lo saben bien: solo en 2024, más de 140 mil llegaron a la capital bonaerense atraídos por su cultura y gastronomía.

En Buenos Aires, todo suena. Por eso es una ciudad que hay que visitar con el sentido del oído muy despierto. Suena un bandoneón en San Telmo a cualquier hora del día; suena la voz de Gustavo Cerati o Fito Páez en los buses turísticos que recorren la ciudad; suena Matador de los Fabulosos Cadillacs en un taxi; también suena a una discusión futbolera en un café de Palermo, y a una carcajada que se escapa de un patio con parrilla encendida en Recoleta.
Todo ese sonido, ese pulso tan propio, resuena también en el imaginario colombiano: hay algo en Buenos Aires que, sin ser nuestro, es posible sentir muy cercano.
De hecho, la conexión entre Argentina y Colombia no necesita explicación: se siente. Vive en las canciones de Carlos Gardel, que aún estremecen a generaciones de ambos países. Clásicos como El día que me quieras, Volver, Mi Buenos Aires querido o Por una cabeza suenan con la misma nostalgia en Caminito, en el barrio de La Boca, que en una cantina de algún pueblo antioqueño, donde las melodías todavía se eligen en rockolas o se escuchan en vitrolas.
En Gala Tango, donde es posible disfrutar de uno de los espectáculos más icónicos del género musical y baile de la ciudad —recinto donde la misma Madonna hizo una parada durante una visita en 2012 a Buenos Aires—, el repertorio del show incluye Se dice de mí, la canción del poeta argentino Ivo Pelay, que fue concebida como milonga en los años 40, y que se popularizó 50 décadas después con la telenovela colombiana Betty La Fea.
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Sin embargo, en tiempos donde el éxito se mide en reproducciones, Paulo Londra, Duki, Emilia Mernes, Trueno, Milo J, CA7RIEL & Paco Amoroso amplifican la banda sonora de Buenos Aires y cruzan fronteras hasta Bogotá, donde llenan escenarios como el Movistar Arena y encabezan festivales como Megaland o Estéreo Picnic. Hoy, sus voces dominan los rankings de Spotify y acompañan a la nueva y joven generación de turistas colombianos, que también recorre -y reconoce- a La Ciudad de la Furia a través de su música.
Esa energía cultural, que se escucha en cada rincón, también se manifiesta en otras pasiones que definen a Buenos Aires. Por ejemplo, para cualquier amante de la literatura, basta recorrerla para sentir el eco de Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, Adolfo Bioy Casares, Ernesto Sabato o Alejandra Pizarnik. Al caminar por sus calles, surge la necesidad de releer sus obras; y de este impulso un destino obligado: El Ateneo Grand Splendid, una librería que no solo es la más grande de Sudamérica, sino que también ha sido reconocida como la segunda mejor del mundo y una de las más hermosas.

De esta misma conexión entre ambos paìses, se pueden encontrar influencias que se reflejan en objetos cotidianos. En el mercado de Recoleta, entre antigüedades y arte local, la tejedora porteña Nora Isabel Rossi ofrece mochilas hechas a mano que evocan las de la Sierra Nevada de Santa Marta.
“Las hacía parecidas, pero cuando vi la serie Cien años de soledad, me inspiré en los colores y formas que aparecían allí”, cuenta, en referencia a la producción de Netflix basada en la novela de Gabriel García Márquez. “Leí el libro hace años y me encantó. Cuando vi las mochilas en la serie, dije: ‘Vamos a intentar por ahí’”.

El fútbol, lenguaje universal
Al igual que la literatura y la música, el fútbol es otro lenguaje universal que une a ambos países. Desde Colombia es natural imaginar a los argentinos como rivales, luego de más de 40 partidos cargados de historia. Sin embargo, al llegar a cualquiera de los dos aeropuertos principales de Buenos Aires: el Ministro Pistarini de Ezeiza o el Aeroparque Jorge Newbery, las diferencias se desvanecen; porque el deporte rey es una pasión compartida. Figuras como Messi y Maradona son ídolos sin fronteras, presentes tanto en las calles porteñas como en las canchas de cualquier barrio colombiano.
Además, los argentinos son naturalmente hospitalarios, conversadores y reciben muy bien a los turistas. “Lo que pasa en la cancha se queda en la cancha”, aseguran.
En particular, con los colombianos, comparten, además de la pasión por el fútbol, el amor por el buen café —aunque obviamente prefieran el mate— y celebran sin prejuicios lo que llega del otro lado de los Andes.

No sorprende entonces que artistas como Shakira hayan echado raíces allí. Durante once años de relación con Antonio de la Rúa, la barranquillera vivió varias temporadas en Buenos Aires, ciudad que dejó huella en su obra. De ese período nacieron piezas como Días de enero, y Te aviso, te anuncio, con su claro guiño al tango: si bien no es una canción sobre Argentina, fue hecha bajo su influencia cultural.
En paralelo, Shakira forjó un vínculo musical con Argentina. El reconocido director Gustavo Garzón trabajó en varios de sus videoclips más recordados: ¿Dónde estás corazón?, Pies descalzos, Sueños blancos, Inevitable, Un poco de amor, No creo y Ciega, sordomuda, este último destacado por Rolling Stone como el mejor de su carrera.
Más recientemente, el productor, compositor y DJ argentino Gonzalo Julián Conde, conocido como Bizarrap, fue clave en su regreso a los escenarios con el éxito global BZRP Music Sessions Vol. 53.

Cada vez más cerca
La cercanía emocional entre Argentina y Colombia se refleja en la creciente conexión aérea entre ambos países. En los últimos años, la demanda de viajeros ha impulsado un aumento significativo en los vuelos entre Buenos Aires y Bogotá. Este aumento en las frecuencias ha facilitado un flujo constante de personas entre las dos ciudades, lo que ha contribuido a consolidar aún más la relación entre ambas naciones.
Este estrechamiento de lazos se refleja en las estadísticas. Según la Secretaría de Turismo, Ambiente y Deportes de Argentina (SINTA), en 2024 llegaron a Buenos Aires 147.423 viajeros colombianos, lo que representa un aumento del 5% respecto al año anterior. Su estadía promedio fue de 17 días. La cultura y la gastronomía continúan siendo sus principales motivaciones.

Desde el lado argentino, los viajeros también encuentran en Colombia un punto estratégico para conectar con el mundo. Avianca ha ampliado su oferta entre El Dorado y Ezeiza, con tres nuevas frecuencias (martes, jueves y sábado), lo que eleva a 17 el total de vuelos semanales entre ambas ciudades a partir de abril de 2025. Además, mantiene los 7 vuelos semanales desde el José María Córdova de Rionegro, que sirve a la ciudad de Medellín. Adicionalmente, la ruta Bogotá-Aeroparque ofrece la ventaja de contar con una terminal dentro de la ciudad, que le facilita el acceso a quienes buscan una experiencia más directa.
David Alemán, director de Ventas para Colombia y Sudamérica de Avianca, destaca que Buenos Aires, junto con las operaciones desde Colombia y Ecuador, es una de las rutas más importantes para la aerolínea. “está entre las 10 más importantes. Lo que resulta muy relevante teniendo en cuenta que la aerolínea tiene 160 rutas, en 80 destinos de 28 países”, aseguró.
Esta relevancia no es casualidad: Argentina es clave para Avianca no solo por la conexión con Sudamérica, sino también por su impacto con el Caribe (Punta Cana, Cancún, Aruba, Curazao) y Estados Unidos, especialmente Miami. “Este es uno de los pocos mercados que combina con éxito los segmentos turístico, corporativo y educativo”, precisó Alemán. Según explicó, la ruta hacia la capital colombiana fortalece la posición de Bogotá como el nuevo hub aéreo del sur del continente.
Aliados en hospitalidad
En este contexto, Buenos Aires y Bogotá comparten un espacio clave dentro del portafolio de la cadena estadounidense Wyndham Hotels & Resorts en América Latina. Fieles a su principio de hacer que hospedarse en un hotel sea posible para todos, han desarrollado una oferta diversa que satisface las necesidades de distintos tipos de turistas y presupuestos.
Sus opciones en Buenos Aires incluyen Dazzler by Wyndham Buenos Aires Polo, en el conurrido barrio de Palermo; Hotel Esplendor Plaza Francia, en el corazón de La Recoleta; Esplendor by Wyndham Buenos Aires Tango, a pasos de la avenida 9 de Julio, y Esplendor by Wyndham Buenos Aires, una joya para los amantes del arte.

Uno de los aspectos más atractivos de su oferta es la variedad de estilos y ubicaciones, con opciones pensadas para cada tipo de viajero. Sin embargo, aunque cada marca tiene su sello propio, todas comparten una experiencia hotelera con estándar internacional: seguridad, limpieza, buena conectividad, desayuno completo y una excelente ubicación.
“Después, cada una tiene, de acuerdo a su estilo, un toque diferencial. Por ejemplo, Esplendor ofrece arte y la cultura en sus habitaciones, mientras que Dazzler va a ser 100% ubicación y calidad del desayuno, además del internet más rápido, para poder trabajar desde cualquier lugar del hotel”, precisó Jimena Faena, vicepresidenta de Mercadeo, Operaciones de Marca y Gestión de Ingresos para Latinoamérica y el Caribe en Wyndham Hotels & Resorts.

El vínculo de la cadena hotelera con Colombia ha crecido a lo largo de los años, especialmente con la expansión de proyectos hoteleros en el Caribe. Wyndham planea duplicar su portafolio en el país en los próximos dos años, con marcas como Esplendor y Dazzler; y el año pasado, cerró un acuerdo con Decameron: nueve de sus hoteles en destinos como Jamaica, Panamá y México ahora pertenecen a la familia Wyndham. Esta relación de largo plazo refleja una conexión que va más allá de los negocios.
“Hablamos con ellos todo el tiempo y nos encanta, porque encontramos muchas semejanzas en nuestra idiosincrasia laboral. Además, cuando uno se reúne con colombianos, siente que está entre personas de Buenos Aires. Somos más parecidos de lo que creemos”, comentó Maria Carolina D´Elio, directora de Marca y Comunicaciones para Latinoamérica y el Caribe en Wyndham Hotels & Resorts.
Para Faena, esta cercanía cultural también se traduce en una creciente atracción mutua. “La juventud argentina tiene hoy a Colombia como un destino que hay que hacer en algún momento. Ya no es solo playa, hay un interés real por conocer Bogotá, Medellín o Cartagena, ciudades que han evolucionado muchísimo”.
Bogotá, asegura, ha pasado de ser una simple escala a convertirse en un destino en sí mismo: “Antes era una parada, ahora muchos quieren quedarse a descubrir qué está pasando en esta ciudad”, concluyó la representante de Wyndham Hotels & Resorts.
*Reporte especial Buenos Aires, Argentina.