Inversiones, obras y nuevas rutas: así se preparan los aeropuertos del país para seguirle el paso a la reactivación

El sector aeroportuario ha sido uno de los más golpeados por la pandemia. No obstante, con la reapertura de la economía el año pasado, los indicadores empezaron a mejorar de forma notable. Según la Aeronáutica Civil, en 2021 se movilizaron 30,5 millones de pasajeros en Colombia, de los cuales 22,5 millones fueron nacionales. Este comportamiento significa una recuperación del 83 por ciento de los viajeros domésticos registrados en 2019. Y aunque la recuperación de los pasajeros internacionales no avanza al mismo ritmo, con cerca de 8 millones de viajeros este indicador mostró una recuperación del 56 por ciento.

Para Juan Martín Caicedo, presidente de la Cámara Colombiana de la Infraestructura (CCI), este acercamiento a una “normalidad” ha sido posible gracias al trabajo conjunto entre aerolíneas, aeropuertos, entidades de salud y control del Gobierno. “En este sentido, uno de los grandes retos es sostener la senda de recuperación, en especial frente a la aparición de nuevas variantes del virus que modifican o instauran nuevos protocolos, demoran los procedimientos establecidos y pueden, momentáneamente, disminuir la confianza del pasajero para viajar”, agrega.

Pero ese no es el único reto. La modernización y la ampliación de varios aeropuertos es fundamental para que el país esté a la altura de la demanda en los próximos años. “Hasta ahora se ha recorrido un camino importante con la renovación de los principales aeropuertos y es necesario que no se detenga el proceso”, precisa Caicedo.

Al respecto, Juan Francisco Arboleda, vicepresidente de Gestión Contractual de la ANI, destaca uno de los proyectos de actualización que está en el radar de las entidades involucradas: el aeropuerto José María Córdova, en Rionegro, Antioquia. “Hace poco estuvimos revisando la posibilidad de modernizarlo y ampliarlo, puesto que la reactivación ha demostrado que su capacidad no es suficiente”, asegura.

De hecho, desde 2016 la Aerocivil consolidó un plan maestro que plantea una nueva pista de aterrizaje, un nuevo edificio terminal y un sistema de transporte entre terminales, pero ahora es necesario actualizarlo y, según Arboleda, revisar con el concesionario qué tanto de esas obras se pueden atender. De acuerdo con cálculos de la ANI, el costo de las ampliaciones asciende a 2,7 billones de pesos, de los cuales un billón estaría destinado a compra de predios.

Por su parte, el presidente de la CCI también destaca la necesidad de ampliar el aeropuerto El Dorado como otro de los proyectos fundamentales en la competitividad del país. “Se han propuesto varias iniciativas, entre ellas Iniciativas Privadas (IP), para ampliar el aeropuerto a su máxima capacidad, tanto en terminales y vías de acceso, como en su campo de vuelo (pistas de aterrizaje) y así poder atender de forma eficiente la creciente demanda de los próximos 15 a 20 años”, explica.

Aeropuertos 5G

Hay varios proyectos aeroportuarios de quinta generación que se están desarrollando. Dentro de estos se destaca la ampliación del Rafael Núñez en Cartagena y la construcción del Nuevo Aeropuerto de la ciudad Heroica, dos proyectos complementarios.

“Ampliar la capacidad de la infraestructura existente soportaría el incremento de tráfico a corto plazo mientras se desarrolla el nuevo aeropuerto, el cual atendería la demanda a mediano y a largo plazo e impulsaría las proyecciones de crecimiento de la ciudad y su potencial turístico y de negocios”, detalla Caicedo.

Otros proyectos que están en curso son el aeropuerto Gustavo Rojas Pinilla, en San Andrés, que incluye diseño, construcción y modernización de la infraestructura, y que se calcula generaría unos 8.400 empleos; y los aeropuertos del Suroccidente en Palmira, Buenaventura y Neiva, que según la ANI generarían unos 40.000 empleos.

¿En qué va el aeropuerto de Barranquilla?

Otro de los proyectos aeroportuarios claves en la región Caribe es la remodelación del aeropuerto Ernesto Cortissoz, en Barranquilla. Sin embargo, estas intervenciones, que incluyen obras como el edificio de recibo de maletas nacionales, el corredor estéril del ala internacional y la renovación de pasarelas de embarque, entre otras, no fueron entregadas a satisfacción por el concesionario encargado, según explicó la ANI.

A raíz de ello, la entidad impuso una sanción por 3.000 millones de pesos. “La ANI ha adelantado todo lo que permite la ley; estamos esperando definiciones de un tribunal arbitral para que se materialice la sanción”, dijo Arboleda. El funcionario agregó que, paralelamente a esa disputa, la entidad continúa revisando propuestas con el concesionario para mantener vivo el contrato y lograr que se cumpla.