Educación

La mujer que llevó a sus estudiantes de Chía a la NASA

Con una visión de ayuda y esperanza, Elizabet Barrera, la rectora del Liceo Lunita de Chía, ha construido un modelo educativo que combina ciencia, tecnología, arte e inclusión. Hoy, su colegio es ejemplo de innovación y transformación social en Cundinamarca.

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24 de octubre de 2025, 10:19 p. m.
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Elizabet Barrera, rectora y fundadora del Liceo Lunita de Chía | Foto: Círculo de Mujeres

El Liceo Lunita de Chía pasó de ser un colegio rural para niños de bajos recursos a convertirse en sede del NASA Space Apps Challenge. Su enfoque educativo, llamado STHEAMI, combina ciencia, arte e inclusión para cambiar el destino de cientos de estudiantes.

El colegio que nació en la sala de una casa en el municipio de Chía (Cundinamarca) ha logrado conectar a hijos de familias vulnerables con la NASA, con científicos del mundo y con una visión educativa que cruza fronteras. Es la materialización de un largo sueño de Elizabet Barrera Sierra, su rectora y fundadora, quien desde el año 2000 ha trabajado para transformar la educación de su comunidad.

“El Liceo Lunita de Chía fue fundado con una visión de ayuda a aquellas familias que realmente lo necesitaban –cuenta, orgullosa, Barrera–. Somos raizales del municipio y la mayoría de nuestros estudiantes pertenecen al resguardo indígena muisca”. Desde sus primeros días, el colegio se propuso abrir caminos distintos para los niños del sector, muchos de ellos hijos de hogares con pocos recursos. “Junto con los padres de familia empezamos a trabajar actividades para darles a nuestros niños una oportunidad diferente: viajar al exterior”, recuerda.

Fue, precisamente, en esos viajes cuando el equipo del Liceo Lunita conoció de cerca el enfoque STEM –un modelo educativo que combina ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas– y decidió adaptarlo a su propio contexto. Hacia 2016 comenzaron a implementarlo, pero pronto sintieron que debía ir más allá. “Ya no era un STEM, sino un STHEM, con H de humanidades, y después llegó la parte artística, el STHEAM”, detalla Barrera. Esa combinación de áreas del conocimiento se convirtió en el corazón de su modelo educativo, que une rigor académico con sensibilidad social y cultural.

Sin embargo, el camino no se detuvo ahí. En un viaje a China, la rectora y su equipo encontraron una nueva inspiración. “Nos chocamos con la realidad y dijimos: ‘A esto le falta la inclusión’”, relata. Desde entonces, el colegio adoptó el enfoque STHEAMI, convirtiendo la inclusión en eje transversal. El resultado ha sido un proyecto educativo que no solo forma a estudiantes en ciencia y tecnología, sino también en empatía, diversidad y colaboración.

En 25 años, el Liceo Lunita de Chía ha avanzado a pasos agigantados, convirtiéndose en escenario de encuentros nacionales e internacionales. “Hemos podido traer científicos a nuestras aulas”, cuenta Barrera. Entre ellos menciona a Michio Kaku, uno de los padres de la teoría de cuerdas, que compartió con los estudiantes y caminó por los corredores del colegio. “Una institución de bajos recursos, del sector vulnerable, rompiendo la desesperanza aprendida”, dice con emoción.

El impacto del colegio no se limita a sus aulas. Lunita fue seleccionada como sede oficial del NASA Space Apps Challenge, uno de los hackatones más importantes del mundo, en el que los retos son planteados directamente por la agencia espacial estadounidense. Además, ha impulsado proyectos ambientales, de movilidad sostenible y culturales, como el Festival de Bandas Nacionales, que en 2025 celebró su primera edición internacional con la participación de cinco países.

Cada iniciativa busca sembrar esperanza y demostrar que la educación puede ser una herramienta de transformación social. “Vale la pena soñar, la educación sí transforma y nos lleva mucho más allá de lo que nosotros imaginamos”, concluye la rectora del Liceo Lunita, institución que hasta el momento tiene 130 egresados, muchos de ellos han podido acceder a becas universitarias.