Especial Villavicencio y Meta

La vía al Llano pide soluciones estructurales: esto dicen los expertos

Los cierres en la vía al llano continúan afectando la productividad del oriente del país. Gobierno, concesionarios y gremios comparten soluciones estructurales y de fondo para garantizar una mejor conectividad.

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5 de noviembre de 2025, 9:45 p. m.
Los cierres en la vía generan pérdidas cercanas a los 50.000 millones de pesos diarios para la economía del Meta, según el Concejo de Bogotá.
Los cierres en la vía generan pérdidas cercanas a los 50.000 millones de pesos diarios para la economía del Meta, según el Concejo de Bogotá. | Foto: Felipe Pinzón MinTransporte

La conectividad entre Bogotá y los Llanos Orientales ha sido un calvario permanente. A pesar de las millonarias inversiones ejecutadas por el Gobierno para el adecuamiento de la vía, especialmente de la 4G Chirajara-Fundadores, las complicaciones persisten. Los problemas geológicos de la zona y las temporadas invernales han ocasionado múltiples cierres en los últimos años, lo que ha afectado el comercio, la conectividad y el turismo del Meta y la región.

Diferentes organizaciones como la Cámara Colombiana de la Infraestructura (CCI), la ANI y el Ministerio de Transporte han impulsado soluciones para ponerles punto final a estos cierres, que generan pérdidas cercanas a los 50.000 millones de pesos diarios para la economía del Meta, según cifras del Concejo de Bogotá.

El concesionario y el gremio de la construcción realizaron recientemente un nuevo recorrido por la zona. Su reporte confirmó la existencia de 130 puntos riesgosos en los 88 kilómetros de la vía, de los cuales 35 tienen una mayor gravedad. Ricardo Postarini, gerente general de Coviandina, señaló que la intervención definitiva de estos últimos 35 puntos implicaría una inversión cercana a los 2,5 billones de pesos. “Y realizar los estudios para conocer el valor real de la situación podría costar 800 millones de pesos; tardarían cerca de seis meses”, recalcó.

Por eso, la inversión estatal es una medida urgente. “Vale la pena reconocer la gestión de la concesión”, aseguró Juan Martín Caicedo, presidente de la CCI. “Pero en los puntos críticos de la vía se requiere que el Estado, a través del Invías, provea los recursos necesarios para avanzar en soluciones estructurales”, añadió.

Soluciones de fondo

Además de los retos inmediatos, expertos coinciden en que el país debe asumir una visión a largo plazo. José Manuel Restrepo, exministro de Hacienda y de Comercio, actual rector de la Universidad EIA, señaló que para mejorar la conectividad entre el interior del país y los llanos se necesita de una estrategia integral que combine infraestructura física, digital y productiva.

En el plano vial, Restrepo aseguró que es prioritario consolidar la Transversal de la Orinoquia, garantizar la doble calzada Bogotá-Villavicencio con trazados alternativos más resilientes a deslizamientos y desarrollar una red férrea y fluvial que conecte con el Magdalena Medio y los puertos del Caribe.

“A esto debe sumarse la ampliación de la conectividad aérea y digital para facilitar educación, emprendimiento y servicios públicos. En lo productivo, urge impulsar clústeres agroindustriales sostenibles, zonas económicas especiales y proyectos energéticos limpios. Todo articulado bajo una gobernanza regional robusta que integre a los departamentos de la Orinoquia y garantice participación comunitaria y sostenibilidad ambiental”, subrayó.

El kilómetro 18 es uno de los puntos más críticos de la carretera. Por eso, los equipos de Invías han efectuado trabajos para habilitar un nuevo carril antes del 15 de noviembre y así restablecer la movilidad de este corredor. “Nuestro compromiso es claro: abrir el primer carril del kilómetro 18 en noviembre. Estamos avanzando con rigor técnico, articulación institucional y diálogo con las comunidades para recuperar la movilidad del llano lo más pronto posible”, afirmó María Fernanda Rojas, ministra de Transporte.

Sin embargo, desde Coviandina advirtieron que la sola reparación del kilómetro 18 requeriría de una inversión que costaría hasta 100.000 millones de pesos, dependiendo de los hallazgos de los estudios técnicos. También explicaron que las problemáticas de la zona están relacionadas con el mal uso del suelo y el inadecuado manejo del agua y de los sistemas de riego sin control.

Ante este panorama, el Ministerio de Transporte anunció nuevas medidas. La estructuración del primer tercio de la ruta entre Boquerón y El Tablón, que permitirá superar los puntos críticos que históricamente han generado cierres, es una de las más destacadas. Se trata de un proyecto que contempla la construcción de 32 kilómetros de nueva calzada, intersecciones y mejoramientos que garantizarían una conexión más segura, moderna y permanente.

“Este corredor no puede depender más de la suerte del clima ni de respuestas temporales. Avanzamos en la solución estructural que la región lleva esperando años. Esta nueva ruta es un paso decisivo hacia una conectividad segura y permanente para los llanos”, puntualizó Rojas, resaltando que Invías impulsará pronto la ejecución de caminos comunitarios en los municipios más afectados: Chipaque, Une y Cáqueza. La inversión superará los 18.000 millones de pesos.

La fuerza del turismo

Aunque el turismo ha sido un sector fuertemente impactado, desde Anato se ha trabajado de manera articulada con las agencias de viaje para diversificar y fortalecer la promoción de la región, instando a su vez a la colaboración público-privada. “Hemos trabajado en la visibilidad del destino en la Vitrina Turística de Anato para mostrar su oferta de turismo de naturaleza, cultura llanera y gastronomía a nivel nacional e internacional, además de atraer operadores, compradores y medios de comunicación para que promuevan sus atractivos”, destacó Paula Cortés, presidenta del gremio.

Pero los esfuerzos del sector también dependen de la conectividad aérea. Avianca, por ejemplo, ha implementado medidas especiales para mantener su ruta Bogotá-Villavicencio durante la contingencia en la vía al llano. Entre ellas sobresalen la operación de tres vuelos diarios de la ruta a través de su aliado Clic, alcanzando 21 frecuencias semanales ida y vuelta. “Entre el 9 de septiembre y el 14 de octubre de 2025 se tuvo un incremento del 52 por ciento de la capacidad de la ruta, lo que representó más de 1.500 asientos adicionales durante la contingencia, reafirmando el compromiso con la movilidad y la productividad de la región”, aseguraron desde Avianca.

El sector agroindustrial y productivo no ha sido ajeno a estos efectos. A la fecha, las afectaciones sectoriales –en ganadería, caucho, palma, arroz y frutas– superan los 20.000 millones de pesos por día, según el más reciente informe del Concejo de Bogotá.

“La región concentra gran parte del potencial agrícola no explotado del país; aporta más de la mitad de la producción petrolera nacional y posee un enorme potencial para la transición hacia energías limpias como la solar, el biogás y el hidrógeno verde”, concluyó Restrepo, resaltando que, gracias a su ubicación y extensión, el departamento también será clave para garantizar a futuro la seguridad alimentaria, dinamizar las exportaciones agrícolas y promover el turismo de naturaleza con valor agregado.

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