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Habitantes de El Copey pavimentan las vías y ahorran así el 90 por ciento de los recursos del municipio
La alcaldía de esta población ubicada en el departamento del Cesar empoderó a la ciudadanía para que participe activamente en el mejoramiento de la infraestructura vial. A través de un novedoso modelo de control social, se garantiza la eficiencia de los recursos.
Hace unos meses las comunidades del barrio Las Delicias y del corregimiento Chimila, en el municipio de El Copey, Cesar, se organizaron para pavimentar sus calles. La actividad fue parte de una prueba piloto que le permitió a la administración municipal constatar que era viable trabajar de la mano con la gente. El alcalde Francisco Meza avanzó en la idea de convertir la participación comunitaria en la base de un megaproyecto de alto impacto que pudiera beneficiar a todo el casco urbano del municipio, además de los corregimientos Caracolicito y San Francisco De Asís.
Meza explica que al inicio de la gestión recibió un municipio con alto endeudamiento “y con pereza fiscal para el recaudo”. Entre las principales necesidades estaba el mejoramiento de la infraestructura vial urbana. “De los más de 70 kilómetros de vías con los que cuenta el territorio urbano, actualmente tenemos solo 20 kilómetros pavimentados”. El alcalde precisa que, según registros de la administración que lo antecedió, para 2019 un kilómetro de vía urbana le costaba a El Copey entre 1.600 millones y 2 mil millones de pesos, dependiendo de las características de la obra.
Por tal motivo, al llegar a la alcaldía, Meza y su equipo revisaron los indicadores, buscaron alternativas para aprovechar la maquinaria que había adquirido el municipio, así como el material de arrastre como la grava y la arena con los que cuenta el territorio, “más las posibilidades que representaba el proceso de inclusión social de los mineros de subsistencia y la actitud proactiva que caracteriza a los copeyanos, y que ha estado al servicio de los proyectos de infraestructura “, explica.
Como resultado, crearon un modelo de control social con participación comunitaria, complementado con un programa de ahorro que les permitiera evidenciar que el manejo de recursos públicos podía ser eficiente. “La estrategia se centró en la ejecución de obras de infraestructura desatendidas desde hace más de 10 años y con solo el 10 por ciento de la inversión de lo que gobiernos anteriores destinaban para este fin”, explica Meza. Con una partida de 850 millones de pesos iniciaron la primera fase de pavimentación de 4 kilómetros de vías, “que en 2009, por ejemplo, hubiesen costado entre 6 mil y 8 mil millones de pesos”. La meta es alcanzar los 10 kilómetros de vías pavimentadas durante la vigencia fiscal.
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“Para la ejecución del proyecto hemos contado con el apoyo de instituciones públicas y privadas, entre ellas ISA Transelca y Drumond, que nos han dotado de acero y cemento”, comentó Andrés Camilo Fernández, secretario de Infraestructura de El Copey.
De la mano de las comunidades
Fortalecer la participación ciudadana es una las prioridades del Plan de Desarrollo de El Copey, así que el modelo de control social con contribución comunitaria resultó estratégico para esta administración. La primera medida fue convocar a los presidentes de 22 barrios, quienes tenían bajo su responsabilidad socializar el plan. Luego se destinaron los recursos para iniciar el programa de pavimentación en 45 calles del municipio.
Adicionalmente, la alcaldía buscó beneficiar al gremio de mineros de subsistencia, quienes de forma manual se dedican a la extracción de material de arrastre; a este sector el gobierno local le demanda los insumos para la ejecución del proyecto. “También es una invitación a que hagan parte de esta oportunidad de construir entre todos; además, de forma simbólica, su esfuerzo quedará sembrado en las calles de El Copey”, señaló Meza.
Para el alcalde lo más importante de este ejercicio es la participación ciudadana, “que, por cierto, ha sido mayor en aquellos sectores de El Copey donde nunca hubo presencia institucional con obras de infraestructura de alto impacto”. Anteriormente, rememora, una obra de infraestructura significaba la posibilidad de robarse la grava, la arena o el hierro, “hoy la comunidad cuida hasta las bolsas de dónde se saca el cemento”, concluye.
El proyecto de pavimentación urbana busca fomentar la cultura tributaria, al exigir el pago de impuestos a la ciudadanía y destinar lo recaudado a programas que como este impacten las comunidades.