Sostenibilidad
Más allá de la sostenibilidad: la economía climática como estrategia para el desarrollo de Colombia
¿Cómo puede Colombia hacer de la sostenibilidad su eje de desarrollo a largo plazo? La respuesta está en la economía climática. Un concepto que invita a gestionar de mejor manera los recursos del planeta.
No es casual que los términos economía y ecología compartan la raíz griega oikos, que significa hogar o casa. Mientras la primera se refiere a la gestión de los recursos de la casa, la segunda se ocupa de su estudio y comprensión. Se podría decir que para administrar los recursos de una casa eficientemente hay que conocerla, a partir de la dinámica que constituye su funcionamiento.
Entendiendo esto, la crisis climática global muestra que hemos gestionado los recursos del Sistema Tierra, nuestra casa, de espaldas a las dinámicas naturales que garantizan su estabilidad. Este sistema, cerrado y con recursos limitados, depende de una fuente externa de energía: el Sol.
Como cualquier sistema cerrado, el sistema Tierra tiene límites físicos de operación, llamados límites planetarios. Mientras funcione dentro de esos límites, podrá mantener sus funciones a lo largo del tiempo. De lo contrario, su operatividad estará en riesgo.
El cambio climático es el límite planetario más conocido y estudiado. Está vinculado al ciclo biogeoquímico del carbono y su alteración por la actividad humana. La liberación de energía solar acumulada durante millones de años, en apenas un par de siglos, mediante la quema de combustibles fósiles, ha generado un exceso de gases de efecto invernadero.
Tendencias
Esto ha afectado los principales reservorios de carbono, la atmósfera y los océanos, superando los umbrales de seguridad del límite planetario y elevando la temperatura media global.
El concepto de economía climática surge para abordar las dinámicas económicas que han transgredido este límite planetario. El concepto plantea la necesidad de una nueva economía que, comprendiendo los límites de la casa, reoriente sus metas en consonancia con la capacidad limitada de los reservorios de carbono.
En la práctica, la economía climática se materializa en medidas de mitigación y adaptación al cambio climático. La primera se refiere a la reducción de gases de efecto invernadero, mientras que la segunda busca aumentar la resiliencia de regiones frente a los efectos del cambio climático global.
La economía climática analiza los beneficios y costos de implementar estas medidas de acción climática y cómo se distribuyen entre diferentes grupos. De esta forma, se convierte en un puente entre la economía ecológica y la economía ambiental, dos ramas que, aunque a menudo antagonistas, resultan complementarias al volver a la idea original de gestionar los recursos del hogar.
De la economía ecológica, la economía climática adopta una visión global del ecosistema y reconoce los límites planetarios, especialmente el del cambio climático y su relación con otros límites, como la integridad de la biosfera y los ciclos del nitrógeno y fósforo, también transgredidos.
Desde la economía ambiental, la economía climática introduce la necesidad de internalizar los costos ambientales y considerar los costos de oportunidad, cruciales para la toma de decisiones en políticas públicas y privadas. Es importante contrastar los costos a largo plazo de la acción climática con los de la inacción climática.
En este contexto, Colombia debe integrar la economía climática en su planificación estratégica, no solo para cumplir con la Agenda 2030, sino para hacer de la sostenibilidad el eje del desarrollo a largo plazo.
Colombia, siendo vulnerable a los efectos del cambio climático y con un gran potencial en bioeconomía, necesita una visión de desarrollo que apunte a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), pero que también esté alineada con los límites planetarios. Los principios de la economía climática son clave para guiar la toma de decisiones, así como para el seguimiento y evaluación de políticas y programas.
Una barrera para avanzar en esta dirección en Colombia es la visión fragmentada de la sostenibilidad. En el país no se ha comprendido que la sostenibilidad no es un componente más, sino el eje central alrededor del cual deben alinearse todos los sectores del desarrollo. Los sectores económicos operan dentro de un subsistema regional que forma parte del sistema Tierra, donde la sostenibilidad es la propiedad que ha guiado su dinámica evolutiva.
Hay que conferirle a la sostenibilidad el estatus de eje del desarrollo, un propósito general al cual deberían tributar todos los componentes y sectores. Otra barrera que cada vez se hace más notoria es que el sustantivo sostenibilidad y el adjetivo sostenible han sido vaciados de sus significados y se usan indiscriminadamente para denotar un sinnúmero de cosas.
No todo vale cuando se trata de sostenibilidad, ni todo lo etiquetado como sostenible lo es realmente. ¿Son los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) verdaderamente sostenibles? La economía climática es una herramienta poderosa para superar estas barreras, al ofrecer una visión integral de la sostenibilidad y criterios claros para identificar qué es realmente sostenible y qué no. La economía climática invita a gestionar los recursos de la casa global conforme a su propiedad fundamental: la sostenibilidad.