Entrevista
“No haremos vías nuevas porque favorecen la deforestación”: Luis Ruiz, gobernador del Caquetá
Luis Francisco Ruiz asegura que el plan es mejorar las vías terciarias. Ya se han intervenido 100 kilómetros que benefician principalmente a San Vicente del Caguán.
Lo que más le preocupa a Luis Francisco Ruiz, gobernador del Caquetá, son las finanzas del departamento: “Al llegar nos encontramos con una reducción del 33 % en los impuestos que recaudamos y de un 67 % en las estampillas, recursos que tradicionalmente se destinan a adulto mayor, seguridad, cultura, electrificación rural y desarrollo en general”.
Aun así, se propuso intervenir la infraestructura y dotación de 300 escuelas rurales y construir tres hospitales. Uno para San Vicente del Caguán, otro en Solita y otro en Cartagena del Chairá. Todos ya se encuentran en fase de contratación. También se fijó la meta de adecuar 20 puestos de salud rurales durante estos cuatro años.
SEMANA: ¿Qué planea priorizar con los recursos que tiene hoy la administración departamental?
Luis Francisco Ruiz (L. F. R.): Con respecto a esto hay un tema importante, pues todas las obras que se iniciaron en la administración anterior están sin terminar y necesitan adiciones de recursos; de los encuentros con las comunidades para el plan de desarrollo, se presentaron más de 3.000 iniciativas, de las que priorizamos 1.000. Esto supone un gran desafío, pues si le inyecto lo poco que tengo disponible a lo que recibí inconcluso, me quedo sin ejecutar las obras con las que me comprometí.
SEMANA: ¿Qué fue lo que más pidieron los caqueteños en esas mesas de trabajo?
L. F. R.: Que se intervengan las vías terciarias. Este es un departamento agroforestal que tiene 89.000 kilómetros cuadrados, de los cuales 8.000 son vías terciarias. Por eso, uno de los esfuerzos más grandes que estamos haciendo en estos primeros meses se ha concentrado en intervenir la mayor cantidad de vías terciarias con soluciones reales hacia la comunidad.
De hecho, al corte de los 100 días habíamos logrado intervenir, no pavimentar, alrededor de 300 kilómetros, beneficiando principalmente a San Vicente del Caguán. Estamos convencidos de que solo así vamos a poder agroindustrializar. ¿De qué sirve tener un cultivo de cacao o de productos maderables o no maderables a 30 kilómetros del centro urbano, si solo el flete vale más de lo que pagan por la producción?
Lo que sí tenemos claro es que no vamos a hacer vías nuevas. Entre otras cosas, porque las vías nuevas favorecen la deforestación.
SEMANA: A propósito de la deforestación, ¿cómo planea combatir este fenómeno?
L. F. R.: Tenemos cinco parques nacionales naturales en el Caquetá. Entre ellos, el más grande de Colombia y el más antiguo; también, uno de los que reporta mayor deforestación, y eso se debe a los cultivos ilícitos y a la ganadería extensiva. Planeamos hacer un trabajo articulado para mejorar la genética de los animales de los pequeños y medianos productores, y disminuir el número de hectáreas que se tumban al año; para lograrlo se necesita una mayor articulación institucional y nacional, incluso desde el Congreso, que permita mejorar las leyes.
La meta que nos trazamos es de 15.000 hectáreas entre reforestación y restauración. Con el Instituto Sinchi se va a iniciar un proceso de 12.000 hectáreas de restauración comunitaria. El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible destinará 100.000 millones de pesos, que debe ejecutar el Sinchi en tres años. Para nuestra meta del cuatrienio, quedarían faltando más de 3.000 hectáreas. Lo fundamental es que sea una acción coordinada con las comunidades y también con la institucionalidad.
SEMANA: ¿Cómo articular estas acciones con los recursos que recibe la Amazonia de cooperación internacional?
L. F. R.: Creemos fundamental activar la mesa de cooperantes internacionales, porque la Amazonia recibe muchos recursos internacionales, pero todos totalmente desarticulados con el gobierno departamental y con los gobiernos municipales. A eso yo le he denominado ‘el cartel del chaleco’, porque ni los alcaldes ni el gobernador tienen conocimiento de los recursos internacionales que llegan. La idea es que todos esos recursos se articulen a los planes de desarrollo departamental y municipal, con acciones reales. Hasta ahora, ninguno de esos recursos internacionales ha servido para controlar realmente la deforestación y la contaminación en la región.
SEMANA: ¿Para qué otros proyectos estratégicos están buscando recursos?
L. F. R.: Para el puente sobre el río Caguán y el de Cartagena del Chairá, la vía Morelia-Valparaíso-Solita, y la vía a La Unión Peneya, además de la vía a Milán. Esas son las prioridades que, claramente, no podemos hacer solo con nuestros recursos.
SEMANA: Usted también se ha mostrado preocupado por la seguridad…
L. F. R.: La verdad, el deterioro de la seguridad es notable, en comparación con lo que se había logrado en los últimos años, cuando se estabilizó después de la firma del Acuerdo de Paz. Hoy está disparada la extorsión y la presencia en el territorio de grupos armados. Por supuesto, eso ha impactado la inversión, que reporta una caída considerable; adicionalmente al éxodo de los jóvenes del campo, que, entre otras cosas, están huyendo del reclutamiento.
El turismo también se ha visto muy afectado. Yo pudiera dedicarme a exponer la riqueza turística que tiene el departamento de Caquetá, pero si la gente no tiene la percepción de seguridad, no vendrá. Lo mismo pasa con las inversiones que se requieran para la agroindustria, que es lo que más necesitamos. Urge volver a tener ese control territorial que se tuvo durante muchos años.
El Gobierno cometió un error al disminuir el pie de fuerza en un territorio tan grande; esto y el cese al fuego han contribuido al fortalecimiento militar, político y económico de las disidencias de las Farc.
SEMANA: ¿Cómo está el empleo?
L. F. R.: En Caquetá, el índice de desempleo es alto. Hoy, uno de los mayores generadores de empleo es el sector comercial en municipios como San Vicente del Caguán, Florencia, Cartagena del Chairá, Puerto Rico; sigue el sector agropecuario; luego, el ganadero y lechero, principalmente. Como en el resto del país, la caída de la construcción ha impactado la generación de puestos de trabajo. Aquí estábamos disparados en la construcción nueva. Por eso nos ha afectado tanto la actual recesión del sector.
SEMANA: ¿Cuál es el plan para mejorar el empleo a través de la agroindustria?
L. F. R.: Parte de nuestro plan es construir un frigorífico con recursos públicos. Una planta pulverizadora de leche. Además, queremos seguir trabajando en nuestros procesos de transformación del queso, en lo que hemos avanzado mucho. Sin embargo, necesitamos que la inversión llegue para garantizar la cadena productiva, no solamente desde el trabajo en el campo, sino la comercialización. Esto nos ayudará a mejorar, con la premisa, claro, de que sea una agroindustria sostenible con el medioambiente, porque no podemos olvidar que, con el departamento del Amazonas, somos los guardianes de la Amazonia colombiana. Ahí queremos enfocarnos.
SEMANA: ¿Dónde se va a construir el frigorífico?
L. F. R.: En San Vicente del Caguán, porque económicamente este municipio es la primera despensa ganadera de Colombia: es el que tiene el mayor inventario ganadero del país. Allí es donde debemos explotar nuestro sector agropecuario, seguido de Cartagena del Chairá. Sin embargo, hay otros municipios como La Montañita o El Paujil, en donde por su ubicación estratégica, cerca de Florencia, se podría pensar en la construcción de otras plantas procesadoras. Hoy, la vía Florencia-Suaza-Neiva es la única transitable para el resto del interior del país. Todo lo que entra y sale del departamento debe pasar por allí.