Biodiversidad
¿Por qué el reciente avistamiento de un puma en Antioquia es una buena noticia?
Un ejemplar felino fue visto hace poco en el Oriente Antioqueño y lejos de ser una amenaza para las comunidades debe ser motivo de orgullo ecológico.

En los bosques, montañas y áreas rurales de Colombia habita el segundo felino más grande de América: el puma. Esta especie es esencial para mantener el equilibrio trófico y su presencia es un indicativo del estado ecológico de un territorio, de allí la importancia de protegerlo.
Su reciente aparición en zonas rurales en Montebello, en los límites con El Retiro, municipios del Oriente Antioqueño, ha sorprendido a la comunidad. Y lejos de ser una amenaza, es una oportunidad para entender y valorar la riqueza de la fauna silvestre que aún habita cerca de los centros urbanos.
El puma, al ser un animal en la cúspide de la cadena alimenticia, mantiene el equilibrio de las especies y además, su presencia es señal de altos niveles de biodiversidad. Según el Instituto Humboldt, su aparición en estas zonas confirma que Antioquia alberga una valiosa riqueza natural. Frente a los avistamientos, el instituto envió un mensaje claro a la población local: este gran felino no es un visitante ocasional, sino un habitante natural de los bosques andinos, y protegerlo es responsabilidad de todos.
De hecho, este ejemplar es el mismo que el instituto ha monitoreado desde hace varios años. En 2023, siguieron su pista hasta los Bosques de Berlín, cerca de los municipios de Envigado y Sabaneta, para colocarle un dispositivo que permitiera su rastreo.
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“Este puma no se escapó de ningún lugar ni fue liberado por intervención humana, sino que se trata de un animal silvestre que ha sido marcado como parte de los programas de conservación y monitoreo”, explicaron investigadores de esta organización.
El puma, señal de una naturaleza viva y equilibrada
El Humboldt, reconocido por ser el centro oficial de investigación sobre biodiversidad en Colombia, promueve la protección de las especies mediante alianzas con las autoridades locales. Entre sus iniciativas en Antioquia se destaca el seguimiento al puma, un proyecto que busca trazar un mapa de su movimiento en la región y comprender sus dinámicas poblacionales.
Precisamente, conocer el desplazamiento de estos grandes felinos permite entender mejor el estado, siempre cambiante, de los ecosistemas. El puma es uno de los depredadores que más se desplaza para alimentarse y su rango geográfico es el más amplio de cualquier mamífero terrestre en el hemisferio occidental.
“Desde Canadá hasta el sur de Chile, el puma está presente”, afirmaron los expertos. Y aunque globalmente está clasificado como especie de preocupación menor (LC), sus poblaciones enfrentan amenazas preocupantes como la pérdida del hábitat, la caza y los conflictos con los seres humanos, factores que arriesgan su permanencia en muchos territorios.
En el caso del ejemplar que recorre las tierras antioqueñas, su desplazamiento es clave para hacer un diagnóstico del departamento y trazar rutas de acción. Gracias a los resultados del Humboldt, se concluyó que este puma puede recorrer más de seis kilómetros por día, con mayor actividad entre las 8:00 de la noche y las 4:00 de la madrugada.
Aunque es común que esta especie se desplace para cazar, los investigadores advirtieron que la disminución de sus presas habituales podría estar motivando su presencia en zonas donde no suele habitar, lo que representa un reto ambiental para una parte de la región y, al mismo tiempo, indica que El Retiro y Montebello cuentan con hábitats favorables.

¿Qué hacer al encontrarse con un puma?
Los expertos del Humboldt explicaron que el puma no representa una amenaza directa para las personas. “La recomendación es evitar acercarse, tomar fotos o intentar ahuyentarlo. En caso de avistamiento de este o de los otros pumas, lo mejor es no intervenir ni tomar acciones por cuenta propia, sino contactar de inmediato con las autoridades ambientales locales”, puntualizaron.
El llamado es a convivir de manera respetuosa con esta especie. El grupo de pumas suele desplazarse por el Valle de Aburrá y en parajes donde predominan los bosques altoandinos, como la parte alta de Envigado, Sabaneta, La Estrella, Caldas, El Retiro, Montebello, Santa Bárbara y Fredonia. Además, se mueven por zonas del norte de la cordillera central, cerca de ciudades superpobladas como Medellín.
“La presencia de este animal debe ser motivo de orgullo para la comunidad, ya que evidencia la riqueza natural y silvestre del territorio, así como una biodiversidad valiosa que merece ser protegida”, señalaron investigadores del instituto.