Cultura
Woolf: una librería de mujeres y para mujeres en el corazón de Bogotá
Se trata de un espacio que promueve la lectura y los encuentros de voces femeninas a través de la literatura.
En el segundo piso de una casa amplia en pleno corazón del Park Way se encuentra la primera y única librería en Bogotá dedicada exclusivamente a leer mujeres: Librería Woolf. Este espacio que abrió sus puertas desde el 8 de marzo de este año dedica sus días a producir encuentros de escritoras de todas partes del mundo y a impulsar la literatura femenina.
Marian Rodríguez es la mujer detrás de Librería Woolf. Esta ingeniera química bogotana, que se autodenomina lectora y feminista, soñaba con jubilarse para cumplir el sueño de abrir su propia librería. Así, pasa sus días en busca de fortalecer la red de autoras, editoriales y obras independientes que llegan a este rincón de la ciudad con ganas de abrirse espacio dentro de sus estanterías, en donde hoy hay una colección de 2.412 libros.
Librería Woolf es administrada en compañía de su hermano Alex y Claudia, la librera. Este lugar convoca de domingo a domingo a mujeres y hombres interesados en consumir más literatura femenina y en construir “Una Habitación Propia” como la de la escritora Virginia Woolf, obra que sirvió de inspiración para hacer realidad el sueño de Marian luego de que este libro llegara a sus manos hace un año y cambiara su visión por completo.
“No es mi catálogo, es de todos. La riqueza de esta selección se basa en la diversidad porque ha sido nutrida por obras de amigos de Chile, Argentina, Estados Unidos, Holanda. Lo interesante de esta selección es encontrar lo típico, pero también lo alternativo, aquello que en las grandes librerías quizás no estaría en una vitrina”.
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Una de ellas es Lucía Vargas, una escritora argentina radicada en Colombia hace ocho años, quien llegó a Librería Woolf a inicios de este año. Tuvo dos encuentros: uno sobre literatura y maternidad; otro sobre literatura de viajes.
“Gracias al apoyo de editoriales independientes colombianas he empezado a publicar y ese es un enfoque muy particular que Woolf también apoya y defiende: visibilizar el trabajo de las editoriales pequeñas, compartiendo y difundiendo sus catálogos. Este tipo de librerías representa espacios de lucha, diálogo y reflexión”, precisó.
Librería Woolf no solo tiene una representativa colección de literatura, también libros de ciencia, artes, filosofía, economía, ambientalismo, estudios de género, literatura infantil, dramaturgia, ciencias políticas, periodismo, crónica, y feminismo; así como productos de emprendimientos femeninos.
María Antonia León, escritora y ganadora del Premio de Novela Corta ‘Roberto Burgos Cantor’, es una de las invitadas más frecuentes que tiene Woolf en los “astro clubes”; un espacio para estudiar la carta astral de autoras a partir de la fecha de su cumpleaños y analizar sus obras.
“La importancia de tener estos nuevos espacios de lectura es que están llenos de complicidades y revelaciones, en donde surgen muchos elementos valiosos para encontrar las expresiones de la personalidad de cada autora y a su vez de las mujeres que asisten a los clubes”:
María Antonia, al igual que Lucía y Marian insisten en que esta es una era de luz para las escritoras, ya que antes no existían los espacios ni los recursos para que las mujeres se desempeñaran en el campo de la escritura y de las artes, sino que estaban en oficios dedicados al cuidado, tanto del hogar como de los hombres.
Marian cuenta que los hombres que entran a Woolf se suelen intimidar o incomodar, sienten que son intrusos, pero después de un rato se hace notoria su intención de aprender y escuchar. En cambio, para las mujeres es una revelación. “La parte más linda es cuando una mamá viene con su hija y le empieza a contar quién es la autora de una foto o cuál fue el primer libro que leyó de ella. Solo con generar estas conversaciones ya sé que ha valido la pena”.
Librería Woolf se proyecta a largo plazo como un espacio móvil que pueda llegar a otras poblaciones, a la periferia, para que cada vez la literatura se convierta en una costumbre dentro de los barrios colombianos y las mujeres puedan sentir que no solo deben tener “Una Habitación Propia, sino un mundo para ellas y sus ideas.