Entrevista
Así es la historia de la colombiana que se destaca como una de las 20 mejores abogadas jóvenes y que triunfa en EE.UU.
María del Pilar Rubio es una destacada abogada en Miami, además de ser destacada como una de las 20 mejores profesionales menores de 40 años por la revista Brickell. También fue nominada a Best Lawyer: Ones To Watch, por la publicación regional e internacional Best Lawyers.
SEMANA: ¿Cuáles fueron esos mayores retos que tuvo a la hora de ejercer la carrera en el exterior?
Pilar Rubio: Llevo mucho tiempo acá, ya como 25 años, entonces como que uno siente un poco que es de acá y de allá, como si tuviera un pie en los dos sitios. Aunque Miami es una ciudad que le abre los brazos a los latinos, somos muchos latinos y la mayoría de la gente habla español. Sin embargo, uno siempre sigue siendo inmigrante. Además, en mi industria, que está dominada por hombres mayores y americanos, ser mujer y latina hace que uno se sienta como una minoría dentro de la minoría. Aunque esto ha mejorado con el tiempo, al principio, era un reto significativo.
SEMANA: Hablando de esto, ¿cuáles cree que son los estigmas que como colombianos tenemos respecto a ir a trabajar a Estados Unidos?
P.R.: Esa es una pregunta que inclusive yo misma me he hecho muchas veces. Conocí a personas que en sus países de origen habían sido médicos, abogados, ingenieros y llegan acá muchas veces sin el mismo estatus y empiezan a trabajar en lo que sea. Creo que hay una combinación de factores que lo hacen difícil, como la legalización del estatus migratorio, aprender un segundo idioma y la falta de un sistema de soporte como el que tenemos en nuestros países. Además, la vida aquí va muy rápido y a veces uno se enfoca en el día a día, olvidando la planificación a largo plazo.
SEMANA: Sabemos que es mamá. ¿Cómo fue el reto de ejercer su carrera en el exterior mientras era madre?
P.R.: Tengo un hijo que ya tiene 24 años. Antes de empezar a estudiar leyes aquí, hice de todo como todos los inmigrantes. Empecé a estudiar inglés en 2006 para poder entrar a la universidad. Era complicado, porque estudiaba una carrera pesada y mi hijo estaba pequeño. No tenía el sistema de soporte que se tiene en nuestros países, como dejar al niño con la abuelita o la mamá. Sin embargo, él fue un motor importante que me impulsó a esforzarme más. Quería ser abogada no solo por mí, sino también para que él tuviera un futuro mejor.
SEMANA: ¿Por qué decidió ejercer su carrera en Estados Unidos y no en Colombia?
P.R.: Cuando me vine de Colombia, era una época complicada, al final de los 90, y la inseguridad me tenía cansada. Después, uno va echando raíces en el nuevo lugar. No ejerzo en Colombia, porque no soy abogada allí; soy abogada acá. La mayoría de mis clientes son colombianos, así que siento que puedo prestar un mejor servicio desde aquí.
SEMANA: ¿Qué consejo le daría a una joven que está terminando la carrera y quiere buscar nuevas oportunidades, ya sea en el exterior o en Colombia?
P.R.: Primero que todo, uno tiene que atreverse a soñar y a soñar en grande, pero con compromiso. Nada es imposible si uno tiene disciplina y está dispuesto a trabajar duro. Es importante soñar en grande, pero también entender que las cosas cuestan trabajo y sacrificio. Uno tiene que estar dispuesto a seguir adelante a pesar de las dificultades. Con un destino claro y trabajando duro, eventualmente se llega.