Opinión
Ciberseguridad en 2025, el mayor desafío empresarial del siglo
Los ciberdelincuentes no buscan entrar por la puerta principal, encuentran caminos ocultos y engañan a los guardianes. Las organizaciones que implementen modelos de seguridad proactivos, con análisis continuo de vulnerabilidades y simulaciones de ataques estarán un paso adelante en la defensa de sus activos digitales.

El mundo avanza a una velocidad en la que la tecnología se ha convertido en el eje de nuestras vidas, transformando la manera en que operamos las empresas, los gobiernos y nuestras interacciones cotidianas. En este entorno hiperconectado cada transacción, cada clic y cada dato compartido puede ser una oportunidad o un riesgo. La ciberseguridad ya no es solo un tema técnico, es una prioridad estratégica que define la continuidad de los negocios y la estabilidad de los países.
El 2024 nos ha dejado una advertencia clara: los ataques cibernéticos evolucionan más rápido que las defensas. En Colombia se registraron más de 36 mil millones de intentos de ciberataques en los primeros 11 meses del año, según un informe de Fortinet. No se trata de una estadística aislada; es una señal de que el riesgo es cada vez mayor y más sofisticado. Infraestructuras, bancos y entidades gubernamentales han sido blanco de ataques que buscan no solo robar información, sino también desestabilizar sistemas completos. ¿Estamos preparados para enfrentar esta nueva realidad?
El problema es que muchas empresas creen que sus sistemas son seguros porque tienen antivirus y contraseñas, pero es como pensar que una ciudad sin murallas puede resistir un ataque solo con candados en las puertas. Los ciberdelincuentes no buscan entrar por la puerta principal, encuentran caminos ocultos, engañan a los guardianes y, cuando menos lo esperamos, ya han tomado el control.
IA y computación cuántica: punto de inflexión para la ciberseguridad
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Bajo ese contexto, en Accenture hemos identificado que la inteligencia artificial (IA) es uno de los cinco aspectos clave a considerar en ciberseguridad este año. Su impacto ha transformado por completo el panorama digital, si bien permite detectar y mitigar amenazas en tiempo real, también ha potenciado ataques sin precedentes. Hoy, los deepfakes (imágenes o audios generados por inteligencia artificial) pueden falsificar identidades con precisión quirúrgica, y algoritmos avanzados analizan patrones de comportamiento para lanzar ataques personalizados.
En el sector financiero, los intentos de fraude en tiempo real han escalado con técnicas que manipulan transacciones mediante IA para evadir controles. Esto obliga a las empresas a reforzar sus mecanismos de autenticación y monitorear constantemente su infraestructura digital.
Pero el mayor punto de inflexión aún está por llegar, y es la computación cuántica. Esta tecnología, capaz de procesar información a velocidades sin precedentes, podría dejar obsoletos los sistemas de cifrado actuales. Los expertos advierten que en pocos años la criptografía que hoy protege datos financieros, gubernamentales y personales podría ser vulnerable. La única respuesta posible es adelantarse con estrategias de criptografía poscuántica para garantizar la protección de la información a largo plazo.
Y en un mundo donde la manipulación de información se ha convertido en una nueva arma, garantizar la confianza digital es clave. La proliferación de contenido sintético y la dificultad para diferenciar lo real de lo manipulado exige mecanismos de validación sólidos. Empresas líderes han comenzado a implementar tecnologías basadas en blockchain para certificar la autenticidad de documentos y transacciones, reduciendo los riesgos de fraude.
Pero no basta con reaccionar después del daño. La ciberseguridad no puede ser un parche, debe ser una estrategia preventiva, integrada y asumida desde la alta dirección; no es solo una cuestión de proteger datos, sino de garantizar la continuidad y sostenibilidad de las empresas. Las organizaciones que implementen modelos de seguridad proactivos, con análisis continuo de vulnerabilidades y simulaciones de ataques, estarán un paso adelante en la defensa de sus activos digitales.
La pregunta ya no es si seremos blanco de ciberataques, sino qué tan preparados estaremos para enfrentarlos. En un mundo donde la confianza digital es la moneda más valiosa, la ciberseguridad no es un gasto, es la única forma de garantizar continuidad, competitividad y resiliencia empresarial. No esperemos a ser la próxima víctima. El momento de actuar es ahora.
Carolina Botero, presidenta de Accenture Colombia