Opinión

La belleza de ser uno mismo

La cirugía plástica, el maquillaje o los cambios físicos no implican la promoción de un ideal de perfección. Se trata de fomentar un entorno donde cada persona se sienta libre para tomar decisiones sobre su cuerpo sin temor al juicio, a la vez que se comprende que la verdadera belleza está en la valentía de ser uno mismo.

María Angélica Bula Nader
8 de abril de 2025, 4:44 p. m.
Mujer en el espejo en busca de su belleza auténtica.
La autenticidad nos invita a reconocer y celebrar nuestra singularidad | Foto: 123rf

En un mundo en el que la imagen y la estética a menudo definen nuestras relaciones y autoimagen, la búsqueda de la belleza ha adoptado múltiples matices y significados. A lo largo de esta trilogía de mis más recientes columnas, he explorado las complejas realidades de la cirugía plástica y la dualidad moral que frecuentemente la rodea, cuestionando normas arraigadas y reflexionando sobre las presiones que enfrentamos al definir nuestra identidad. Hoy quiero cerrar este ciclo reflexionando sobre un principio fundamental: la autenticidad.

La autenticidad nos invita a reconocer y celebrar nuestra singularidad, en lugar de dejarnos moldear por cánones impuestos por la sociedad. La verdadera belleza no reside en una perfección superficial, sino en la valentía de ser quienes realmente somos. La búsqueda de la autenticidad no solo enriquece nuestras vidas, sino que también nos abre a la hermosa y genuina realidad que todos llevamos dentro. Este viaje, lejos de ser simplemente personal, es un llamado colectivo a reconocer el valor de la aceptación y el amor propio como pilares de una belleza auténtica.

La belleza auténtica va más allá de conformarse con los estándares sociales; se trata de un viaje de exploración y redescubrimiento personal. Si bien este recorrido puede incluir cambios físicos, es fundamental entender que la verdadera belleza proviene de un equilibrio entre cómo nos vemos y cómo nos sentimos. El aspecto físico, sin duda, es una parte importante de esta ecuación. Sentirnos bien con nuestra apariencia puede elevar nuestro estado de ánimo y autoestima, nutriendo la confianza.

Sin embargo, también existe otra cara de la moneda: la sensación de ser capaces y de lograr metas trazadas. El placer de alcanzar un objetivo, ya sea personal o profesional, alimenta nuestra autoestima de formas profundas y significativas. Cuando nos sentimos útiles y capaces, esa confianza se traduce en una nueva percepción de nuestra belleza. Así, invertir en nuestro físico es valioso, pero es igualmente esencial dedicar tiempo y esfuerzo a nuestras mentes y habilidades. La educación, el desarrollo personal y el crecimiento emocional forman parte integral de este camino hacia el autoconocimiento.

Cambios físicos: ¿vanidad o autocuidado?

La confianza en uno mismo no es un destino, sino un viaje en constante evolución que se redefine cada día. A medida que enfrentamos las diversas circunstancias que nos presenta la vida, nuestras inseguridades fluctúan en direcciones impredecibles. En este camino hacia la aceptación, los cambios físicos pueden convertirse en puentes valiosos que nos conducen hacia un estado más profundo de bienestar y autoaceptación.

Así, lejos de ser un simple capricho, la cirugía plástica puede desempeñar un papel significativo en esta exploración personal, actuando como herramienta que permite a las personas sentirse más cómodas en su propia piel. A menudo, la cirugía estética es vista bajo el prisma del juicio y la superficialidad, pero es esencial resaltar que, según datos de la Asociación Americana de Cirugía Plástica, estos procedimientos pueden ofrecer un camino hacia la reconexión con uno mismo, recuperando confianza y priorizando el autocuidado.

Es crucial que nuestra sociedad adopte una visión más inclusiva y comprensiva respecto a los cambios físicos. Fomentemos un entorno donde cada persona se sienta libre para tomar decisiones sobre su cuerpo y rostro, sin temor al juicio. Esta reflexión colectiva no solo contribuye a desmantelar los estigmas asociados a la cirugía plástica, sino que también crea un espacio para respetar y celebrar la diversidad en las experiencias humanas.

Hablar sobre cirugía plástica, maquillaje y cambios físicos en el contexto de la belleza y la autenticidad no implica promover un ideal de perfección. Al contrario, se trata de un reconocimiento de que cada individuo tiene el derecho de moldear su propia imagen de una manera que les haga sentir plenos y auténticos.

Reflexionemos sobre cómo cada elección, ya sea un cambio físico o no, debe ser vista como una celebración de nuestra singularidad. Al final del día, la belleza reside en ser fiel a nosotros mismos, independientemente de las decisiones que tomemos en nuestro camino. Cierro este ciclo compartiendo la esperanza de que cada lector pueda encontrar, en su propia búsqueda de autenticidad, la más brillante de las bellezas: la de ser uno mismo.

María Angélica Bula Nader, gerente general Dr. Andrés Durán Plastic Surgery