Opinión
La transformación de la banca llegó con modelos más humanos, ágiles y justos
El cliente ya no compara a su banco con otros. Lo mide con cada experiencia digital que vive. Por ejemplo, si recibe soluciones personalizadas en tiempo real, con lenguaje natural y asesoría que comprende totalmente sus necesidades.

Durante más de un siglo, los bancos han sido pilares de estabilidad económica, custodios del ahorro y motores del crédito. Hoy, nos encontramos ante un punto de inflexión. Ya no se trata solo de si los bancos están evolucionando, sino de si pueden seguir siendo relevantes en su forma tradicional. El modelo que conocemos está en el umbral de una transformación profunda, inevitable y urgente.
El cliente ya no compara a su banco con otros bancos. Lo mide con cada experiencia digital que vive, una compra en línea ágil, una app que soluciona problemas en segundos; un servicio que no solo responde, sino que anticipa lo que necesita antes de pedirlo.
Aquí es donde la inteligencia artificial generativa juega un papel fundamental, ya que no solo automatiza, sino que transforma el panorama al permitir pasar de productos financieros estándar a soluciones completamente personalizadas en tiempo real, con lenguaje natural y asesoría que comprende al cliente en su totalidad.
Imaginemos una plataforma que no solo te diga cuánto ahorrar, sino cuándo hacerlo, en qué invertir y por qué, todo basado en tus hábitos, contexto y metas. Y lo mejor es que ya no es una promesa, sino una realidad para todos.
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Muchas entidades ya están dando ese paso; algunas están rediseñando la interacción con el cliente, dejando atrás el modelo de trámites y sucursales físicas, para ofrecer experiencias más fluidas y cercanas. Otras están transformando su infraestructura tecnológica, liberando a sus equipos de tareas repetitivas y permitiéndoles enfocarse en lo que realmente agrega valor, criterio, empatía e innovación.
Pero este cambio no ocurre de manera automática. Requiere de una mirada valiente hacia el futuro, dejando atrás modelos que funcionaron en el pasado, y apostando por una banca que no espere al cliente, sino que esté presente donde él está. Una banca que no vea la inclusión financiera como un objetivo lejano, sino como una práctica diaria, fundamentada en tecnología accesible, transparente y segura.
En Colombia, lo que está en juego no es solo la competitividad del sector bancario. Es un nuevo pacto entre la banca y la sociedad, un modelo más humano, ágil y justo, que construya confianza, use los datos de manera responsable e impacte positivamente las decisiones financieras y emocionales de millones de personas.
En Accenture trabajamos con quienes comprenden que no se trata solo de adoptar tecnología, sino de redefinir el papel de la banca en la vida de las personas, pues al final, la decisión más poderosa que puede tomar este sector hoy no es simplemente adaptarse al cambio, sino liderarlo. Se trata de inspirar esa transformación, de ser un agente activo en el futuro, y, lo más importante, de ganarse la confianza de una nueva generación que exige un modelo de banca más cercano, transparente y humano.
Carolina Botero, presidenta de Accenture Colombia