Opinión
Liderar sin imitar: lo que la visión femenina aporta a la logística
¿Puede una mujer liderar sin perder su esencia? Mi historia, como empresaria que creó un negocio a los 20 años, puedo decir que sí. Pero esa conclusión llegó después de años de imitar modelos perpetuados de culturas empresariales verticales.

Recuerdo claramente la primera vez que compartí una mesa de trabajo con líderes del sector logístico. Yo tenía poco más de 20 años y acababa de fundar mi compañía. Ellos eran mayores, tenían experiencia, hablaban con seguridad. Yo también tenía ideas. Tenía visión, compromiso, ganas.
Pero por un momento dudé. Pensé que, para que me tomaran en serio, debía imitarlos: hablar más fuerte, ser más firme, esconder cualquier atisbo de duda.
¿Te ha pasado? ¿Has sentido que para ser escuchada necesitas parecerte a alguien más? ¿Qué hay un molde invisible que define cómo debe comportarse una líder para ser legítima? A mí sí. Por años.
Pero hoy, después de más de 15 años dirigiendo mi compañía de logística nacional —en un sector masculinizado— puedo decirte con certeza algo que me costó años comprender: no tengo que parecerme a nadie, tomé la decisión de liderar desde lo que soy. Y eso hizo la diferencia.
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En este sector, hablar de liderazgo, en su gran mayoría significa hablar de control, mando, rapidez, eficiencia a cualquier costo. Se repiten modelos que nacieron de estructuras que se heredaron en culturas empresariales verticales y se han perpetuado como si fueran los únicos posibles.
Pero ¿qué pasa cuando una mujer entra al sector con una perspectiva diferente? ¿Qué ocurre cuando en lugar de competir en fuerza, decide colaborar desde el propósito? ¿Puede una mujer liderar sin perder su esencia? Mi historia es prueba que sí es posible.
Desde Alianza Logística he construido una compañía que sigue expandiéndose, pero que también cuida a sus colaboradores, que los forma, que dignifica y prioriza al ser humano. No tuve que renunciar a mi empatía ni a mi sensibilidad. Las convertí en herramientas de gestión. La escucha activa se volvió estrategia. La cercanía, una ventaja. El propósito, nuestra guía.
Después de una pandemia, bloqueos portuarios, crisis de abastecimiento y cambios radicales en el mercado laboral, ¿seguimos creyendo que la única forma de liderar es con voz de mando y decisiones en solitario? Yo creo que no.
Hoy, la logística necesita mucho más que mover mercancías a tiempo. Necesita personas que sepan tejer redes humanas, que generen confianza en los equipos, que entiendan el valor del bienestar, la sostenibilidad y la flexibilidad. Necesita líderes que sepan mirar el mapa, pero también leer lo que hay fuera de él.
Ahí es donde el liderazgo femenino tiene tanto que aportar. No porque seamos mejores, sino porque miramos distinto. Porque en lugar de repetir, podemos renovar.
Durante años se ha hablado de “incluir mujeres” en posiciones de liderazgo. Pero muchas veces esa inclusión viene con condiciones no escritas: puedes estar, puedes decidir, siempre y cuando te comportes como los demás.
Perder la esencia desde el liderazgo hace que perdamos innovación, diversidad de pensamiento y nuevas formas de enfrentarnos a los retos.
Hoy quiero decirles algo, especialmente a las mujeres que sienten que por su manera de ver el mundo no encajan: no están solas y no están equivocadas. Permitir que su esencia acompañe sus decisiones con profesionalismo y responsabilidad, harán que los resultados impacten positivamente las organizaciones y sus entornos.
El liderazgo tiene muchas formas de construirse. La tuya puede ser justamente la que alguien más necesita ver para atreverse.
Yo no lidero alzando la voz. No lidero con imposiciones. Lidero con propósito, con estrategia. Y sí, también con alma.
Si diriges una compañía, si formas parte de una cadena de decisiones, si tienes la posibilidad de abrir puertas para otros, hazlo. No solo por equidad. Hazlo por visión.
Porque el futuro de esta industria no se moverá solo por velocidad. Se moverá por sentido. Por humanidad. Por coherencia.
Y para eso, necesitamos más mujeres liderando. Pero, sobre todo, necesitamos más mujeres liderando como mujeres.
Alejandra Salazar Quiceno, founder & CEO – AL Alianza Logística S.A.S.