Innovación
Lizbeth Robayo, motor de la transformación digital en Colombia
Su experiencia en telecomunicaciones se remonta a la niñez. Hoy, certificada por el prestigioso MIT, acompaña a empresas y entidades públicas en su evolución tecnológica.
Desde muy pequeña, entendió que la tecnología no solo conecta dispositivos, sino también sueños. Acompañar a su papá a instalar antenas y equipos en Bituima, un pequeño municipio de Cundinamarca, no era una tarea: era una aventura. Entre montajes, cables y conversaciones técnicas, nació su amor por la electrónica.
Nadie se sorprendió cuando esa niña —nacida en La Calera y amante de las matemáticas— se convirtió en una de las tres mujeres entre 27 estudiantes que se inscribieron en Ingeniería Electrónica en la Universidad San Buenaventura, en Bogotá. Esa niña curiosa es una líder con más de 25 años de experiencia en el sector de las telecomunicaciones.
Lidera un equipo de más de 500 personas que diseñan e implementan soluciones para acelerar la transformación digital del país en Tigo Colombia. Su carrera combina la formación técnica con la pasión por las ventas, que la ha llevado a ocupar cargos directivos en el relacionamiento B2B (Business to Business) en Tigo y otras compañías como ETB. A su formación como ingeniera le sumó una especialización en Teleinformática, una maestría en Gestión de telecomunicaciones, un Executive MBA del Inalde Business School y una certificación en transformación digital del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT).
Pero más allá de los títulos, cree que el camino se construye generando confianza y siendo coherente. “Alcanzar un rol como el mío es un reconocimiento; mantenerlo requiere coherencia, credibilidad y responsabilidad en cada decisión”, asegura. Sabe que liderar en tecnología es liderar el cambio. Por eso, fortalece constantemente a su equipo al promover una cultura de aprendizaje, velocidad y visión estratégica.
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También se ha enfocado en su propio crecimiento, pues sabe que el aprendizaje continuo es esencial para afrontar los retos actuales, incluido el fortalecimiento de las habilidades blandas. Vive entre Medellín y Bogotá. En Antioquia está el equipo directivo de su compañía, mientras que en la capital se encuentra una buena parte de sus clientes.
Entre vuelos, reuniones y decisiones, se da tiempo para lo que más la llena de energía: la naturaleza, su familia, los viajes y el gusto por explorar nuevas culturas y sabores. Y ahora, más que nunca, dice que ha aprendido a reconectarse con algo tan simple como valioso: su sonrisa, que a veces se pierde en la rutina, pero que indudablemente es fundamental en las diferentes facetas de la vida.
