Opinión
Rompiendo techos, levantando muros
Aunque la participación de las mujeres en la construcción aún es baja, existen iniciativas que están transformando el sector al promover su inclusión, derribar estereotipos y demostrar que el talento femenino es clave para una industria más equitativa, innovadora y sostenible.
Cuando era niña, me fascinaba observar una obra en construcción. Me asombraba ver cómo, a partir de unos planos y un terreno vacío, surgían estructuras firmes y espacios llenos de propósito. Con el tiempo entendí que construir va más allá de ladrillos y concreto: también implica derribar barreras invisibles, esas que nos hacen creer que ciertos espacios no son para nosotras.
A pesar de los avances en equidad de género, la participación femenina en el sector de la construcción sigue siendo baja. Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), entre julio y agosto de 2023, 131.000 mujeres trabajaron en este sector en Colombia, lo que representa apenas el 6,9 % de los 1,5 millones de trabajadores. Aunque la cifra ha aumentado en la última década, como destaca la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol), todavía queda un largo camino por recorrer.
Incluir a más mujeres en la construcción es como levantar una gran obra: se necesitan bases sólidas de oportunidades, educación y confianza. En Homecenter y Constructor creemos en esta transformación. Por eso creamos Yo Creo, un programa diseñado para cerrar la brecha de género en el sector desde dos frentes: inspirando a más mujeres a descubrir las oportunidades que ofrece la construcción y visibilizando el impacto positivo de su participación. Sus habilidades en orientación al detalle, organización y estructuración no solo suman, sino que elevan la calidad del trabajo en la industria.
Este esfuerzo no lo hemos hecho solos. Gracias a alianzas con entidades públicas —como alcaldías y gobernaciones—, empresas privadas, cooperación internacional y cajas de compensación, hemos logrado que más de 300 jóvenes accedan a oportunidades reales de empleo. Muchas de ellas son mujeres que hoy se destacan como ejemplos de superación. Además, trabajamos activamente en sensibilizar a las empresas del sector para que cuenten con la infraestructura, las políticas y los espacios necesarios que promuevan su inclusión.
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Hasta ahora, Yo Creo cuenta con 1.840 egresados, de los cuales el 61 % son mujeres. Cada una representa un ladrillo en la construcción de un sector más equitativo. Su éxito demuestra que, cuando las mujeres reciben las herramientas adecuadas, no solo ingresan a la industria: también brillan en ella.
El impacto de esta transformación ya se siente en diversas regiones del país. En Bolívar, 100 mujeres han recibido formación en violencia de género y empleabilidad inclusiva; en Bogotá, 65 han accedido a empleos en construcción, y en el Valle del Cauca y Cartagena, otras 120 están por incorporarse a la fuerza laboral del sector.
Sin embargo, esto no se trata únicamente de equidad, sino también de desarrollo económico. Estudios del Banco Mundial señalan que cerrar las brechas laborales de género podría aumentar el PIB per cápita en aproximadamente un 20 %. Además, la diversidad en los equipos de trabajo mejora la calidad y eficiencia de los proyectos, aportando nuevas ideas y perspectivas a la industria.
Aun así, el verdadero cambio no se logra solo con capacitación. Es necesario desafiar estereotipos y transformar mentalidades. Así como en la construcción se utilizan andamios para alcanzar nuevas alturas, necesitamos estructuras de apoyo que impulsen a más mujeres a dar el salto.
Construir un futuro con más mujeres en la industria no es solo un asunto de equidad: es una apuesta por el talento y el desarrollo. Cada mujer que entra al sector aporta creatividad, disciplina y una mirada renovada. ¿Cómo sería la construcción si no existieran barreras para su ingreso? Sin duda, sería una industria más sólida, innovadora y sostenible.
Por eso, mi invitación es clara: necesitamos que más empresas, gremios y comunidades se sumen a esta transformación. No basta con abrir una puerta; hay que asegurarse de que existan escaleras, caminos y oportunidades reales.
Las grandes obras no se levantan en solitario. Se construyen con esfuerzo colectivo, con cada ladrillo en su lugar, con cada mujer que toma el martillo y demuestra que también sabe construir.
El futuro de la construcción no puede seguir definido únicamente por quienes históricamente han dominado el sector. Necesitamos más manos, más ideas, más perspectivas. Necesitamos más mujeres construyendo país.
Paola Hernández, Gerente de Sostenibilidad de Homecenter y Constructor.