Opinión
Un llamado a la acción para cerrar la brecha de género en las empresas
Desde la promoción de espacios inclusivos, hasta la implementación de programas de mentoría, las compañías deben tomar medidas significativas para asegurar que las mujeres tengan oportunidades equitativas de crecimiento y liderazgo.

Durante este mes de marzo que termina, hemos reflexionado sobre un tema de gran importancia mundial: el Día Internacional de la Mujer. Este no es solo un momento para conmemorar los logros y avances alcanzados por las mujeres a lo largo de la historia, sino también una oportunidad para pensar en los retos que aún enfrentamos y la responsabilidad de los líderes del sector empresarial en la solución a muchos de ellos.
Este día es un recordatorio de que la lucha por la igualdad de género es un esfuerzo colectivo que requiere compromiso, acción y un cambio cultural arraigado en valores de diversidad, equidad e inclusión (DEI). En un mundo que, a pesar de sus avances, sigue enfrentando disparidades significativas, las empresas tienen la oportunidad y la obligación de ser agentes de transformación.
Recientemente, tuve el honor de participar en la primera Cumbre de presidentes de las 100 empresas más inclusivas de Colombia, organizada por la Cámara de la Diversidad. Durante este evento pude ver el compromiso y la dedicación de los líderes empresariales en este tema. Fue un espacio para dialogar sobre los desafíos y oportunidades que presenta nuestra sociedad y para construir la ruta para transformar nuestras prácticas laborales y culturales.
Es importante que las empresas implementen programas y políticas que promuevan la igualdad de género y empoderen a las mujeres dentro de sus estructuras. Desde la promoción de espacios inclusivos, hasta la implementación de programas de mentoría, las compañías deben tomar medidas significativas para asegurar que las mujeres tengan oportunidades equitativas de crecimiento y liderazgo.
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A través de programas de desarrollo profesional debemos buscar cerrar la brecha de género y crear una cultura donde las voces femeninas sean escuchadas y valoradas. Esto se traduce en un ambiente laboral que reconoce el talento y lo celebra. Debemos aumentar la representación femenina en roles de liderazgo, porque la diversidad no solo es un objetivo ético, sino también un motor de innovación y rendimiento organizacional.
La violencia de género, la brecha salarial y la falta de representación son algunas de las barreras que siguen obstaculizando el avance hacia la igualdad femenina. Para combatir esto, las empresas deben comprometerse a establecer políticas claras y estrategias proactivas que no solo promuevan la diversidad, sino que la incorporen en su ADN corporativo.
Debemos recordar que el cambio positivo requiere tiempo y esfuerzo sostenido. Las empresas que apoyan el desarrollo empresarial femenino e implementan políticas de DEI se benefician de una fuerza laboral más diversa, al tiempo que contribuyen a la creación de sociedades más justas.
La colaboración y el empoderamiento son fundamentales para este proceso, y es a través de ellos que se puede construir un futuro donde tanto mujeres como hombres tengan las mismas oportunidades de alcanzar su potencial.
En conclusión, el Día Internacional de la Mujer es un recordatorio de que la lucha por la igualdad de género está lejos de haber terminado. Debemos celebrar los logros, pero también reconocer los desafíos que persisten. Solo a través de un compromiso genuino y acciones concretas podremos construir un futuro en el que cada mujer pueda aportar su talento y visión sin barreras.
Catherine Hadechini Ramírez, vicepresidenta de Operaciones & Country Manager - Foundever.