Opinión

Volver a lo femenino: la revolución que nos está haciendo falta

Redescubrir la esencia intuitiva y sensible es el nuevo camino hacia un empoderamiento más completo y auténtico.

Claudia Lorena Gómez
3 de junio de 2025, 10:06 p. m.
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Recuperar la energía femenina no es retroceder; es recordar. Es volver a casa. Es permitirnos ser completas, sin pedir permiso, sin tener que probar nada. | Foto: iStock

Durante años, nos han dicho que el empoderamiento femenino es fuerza, independencia, éxito y acción. Y sí, claro que lo es. Lo he vivido en mi piel como mujer que trabaja, emprende y lidera. Pero últimamente, me he preguntado si en ese empoderamiento moderno no estaremos perdiendo algo valioso en el camino.

Veo a muchas mujeres —valientes, brillantes, decididas— que han aprendido a sostenerlo todo solas. Han ganado espacios y voz, pero también han tenido que endurecerse para sobrevivir. Y en ese proceso, muchas se han desconectado de su energía femenina: esa parte intuitiva, sensible, creativa, receptiva que también es profundamente poderosa.

Desde muy joven he trabajado, primero como empleada, luego como emprendedora y después como formadora de equipos. Hoy, además de dirigir una empresa junto a mi esposo, acompaño a mujeres desde mi proyecto Mujer Encantadora. En todo ese recorrido, me he dado cuenta de algo: la verdadera transformación no está en hacer más, sino en ser más nosotras.

La energía femenina no es lo opuesto al poder; es otra forma de ejercerlo. No necesita gritar, ni imponerse. Habita en la capacidad de escuchar, de conectar, de cuidar, de crear con alma. Es esa fuerza que lidera sin aplastar, que construye sin competir, que transforma desde la ternura y la visión.

Pero muchas mujeres la han silenciado, creyendo que para ser tomadas en serio deben masculinizarse: mostrar dureza, controlar todo y moverse solo desde la razón. Y eso, aunque las ha hecho visibles, también las ha hecho vulnerables. Vivir desconectadas de nuestra esencia nos cansa, nos seca, nos aleja de lo que somos.

Hoy quiero proponer algo distinto: que el nuevo empoderamiento no sea una reacción al pasado, sino una integración del presente. Que podamos ser mujeres fuertes, sí, pero también suaves; firmes, pero sensibles; estratégicas, pero conectadas con la intuición. Porque no se trata de elegir entre ser mujer o ser líder, sino de liderar siendo mujeres completas, verdaderas y presentes.

Quiero compartirte tres ideas que a mí me han ayudado a reconectar con mi energía femenina, sin dejar de lado mi poder:

1. Honra tus ciclos. No todos los días tenemos la misma energía. Escúchate, abrázate. No te exijas ser lineal en un cuerpo que es cíclico y sensible.

2. Permítete recibir. No tienes que cargarlo todo. A veces, ser fuerte es saber pedir ayuda, es abrirte a ser sostenida también.

3. Haz espacio para la pausa. El silencio, el autocuidado, la contemplación no son pérdidas de tiempo. Son caminos para volver a ti.

Recuperar la energía femenina no es retroceder; es recordar. Es volver a casa. Es permitirnos ser completas, sin pedir permiso, sin tener que probar nada. Es abrazar la intuición, el ritmo interno, la mirada suave y convertirlo en motor de vida, familia, empresa y comunidad.

Tal vez esa es la revolución que nos está haciendo falta: una que no impone, sino que florece.

Claudia Lorena Gómez, CEO de Can Spa Móvil, coach y speaker en liderazgo.

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