
Opinión
Dejé de disculparme por tomar decisiones difíciles
En un entorno que aún espera suavidad en el liderazgo femenino, asumir decisiones difíciles con convicción, contexto y empatía radical se convierte en una poderosa declaración de integridad y propósito.
Durante años, como muchas mujeres en posiciones de liderazgo, desarrollé el hábito inconsciente de suavizar mis decisiones con frases previas como: “Siento mucho tener que decirte esto, pero...”, “No me gusta ser la portadora de malas noticias, sin embargo...”, o “Perdón por ser tan directa, aunque...”. Creía que estaba siendo empática. En realidad, estaba siendo temerosa.
Dirigir una empresa logística como Transintercargo, con operaciones multiculturales, me ha enseñado que las decisiones difíciles no necesitan disculpas: necesitan claridad, contexto y convicción.
Cuando reestructuramos nuestras operaciones en 2020, no comencé la reunión con un “Lamento comunicarles que tendremos que hacer algunos ajustes dolorosos”. Empecé con: “Hemos identificado tres cambios estratégicos que garantizarán la sostenibilidad de nuestros empleos a largo plazo”.
La diferencia no es semántica. Es fundamental.
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Investigaciones recientes muestran que las mujeres CEO utilizamos un 40 % más de lenguaje de disculpa que nuestros pares masculinos, incluso cuando tomamos decisiones idénticas. Cuando una líder se disculpa por decisiones necesarias, transmite —aunque no lo pretenda— que no está completamente convencida, que el bienestar emocional inmediato pesa más que la sostenibilidad a largo plazo y que liderar es una carga que se lleva con culpa, no una responsabilidad que se ejerce con propósito.
La verdad incómoda es que las conversaciones más difíciles suelen ser las más necesarias. Cuando tomamos la decisión de cerrar una de nuestras sucursales para consolidar operaciones en Bogotá, sabíamos que algunas familias enfrentarían cambios importantes. También sabía que no hacerlo pondría en riesgo los empleos de 70 personas.
No inicié esa conversación con una disculpa. Comencé con transparencia: Esta decisión garantiza que podamos crecer y generar más empleos en los próximos cinco años. Vamos a discutir cómo acompañar a cada persona afectada en esta transición.
Nadie se sintió abandonado, porque nadie fue engañado. Las mejores conversaciones difíciles que he tenido como CEO siguen el mismo patrón:
- Contexto antes que conclusión.
- Decisión antes que justificación.
- Impacto antes que interpretación.
- Apoyo antes que abandono.
Nunca: “Perdón, pero tengo que decirte algo difícil...”
Hace unos meses me enfrenté a la decisión más compleja de mi carrera: elegir entre mantener márgenes altos con un cliente difícil o renunciar a un porcentaje de ingresos para proteger nuestra cultura organizacional. La conversación con el equipo directivo no comenzó con una disculpa. Comenzó con una declaración clara: “Hemos construido una empresa que respeta a su gente. Mantener este contrato contradice ese valor fundamental. Vamos a terminarlo y a construir un plan para recuperar esos ingresos con clientes que compartan nuestros principios”.
Seis meses después, no solo habíamos recuperado esos ingresos: los superamos. Pero más importante aún, recuperamos algo que no se mide en los estados financieros: la confianza del equipo en que las decisiones difíciles se toman por las razones correctas.
Liderar sin disculparse no significa liderar sin empatía. Significa liderar con honestidad radical. Ser CEO no es un trabajo que se pueda ejercer pidiendo perdón. Es un trabajo que exige asumir la responsabilidad total por las consecuencias, comunicar con claridad y ejecutar con integridad.
Las mujeres no necesitamos disculparnos por liderar. Necesitamos liderar de manera que nuestras decisiones hablen por sí mismas.
Así que la próxima vez que enfrentes una conversación difícil, pregúntate: ¿Estoy pidiendo perdón por una decisión correcta, o estoy asumiendo la responsabilidad de comunicar como se debe?
La diferencia no es solo semántica. Es la diferencia entre liderar... y disculparse por liderar. Y hoy más que nunca, las empresas, los equipos y las economías necesitan más de lo primero.
Daissy Amarillo, Co+Founder & CEO Grupo Transintercargo Logística