
Opinión
Maternidad y productividad: el presente que sostiene el futuro
Nos enseñaron que ser mamá era darlo todo por los hijos. Pero nadie dijo que también implicaba sostener la economía, la familia y la salud mental al mismo tiempo. Cuidar a las madres es cuidar al país y dar un paso real hacia el progreso.
Las mamás de hoy no solo cuidan: producen, lideran y crean. Son una de las fuerzas más importantes para el desarrollo del país. Sin embargo, muchas siguen atrapadas entre la culpa y la exigencia, entre el deseo de estar presentes y la necesidad de proveer, ser exitosas profesionalmente y ojalá cumplir con los estándares que la sociedad impone.
Si queremos hablar de productividad, bienestar o futuro, deberíamos empezar a hablar de ellas.
En Colombia, el 51,2 por ciento de la población está conformada por mujeres y representan el 42,9 por ciento de la fuerza laboral formal. Una cifra nada despreciable cuando pensamos en el impacto que tienen sobre la economía, no solo en el presente sino en el futuro. Porque estas mujeres no solo son el motor de la productividad actual: a través de su maternidad y su rol de cuidadoras, también son las principales formadoras del capital humano del mañana: de nuestros niños.
Y aun así, no son el foco de nadie. Ni las políticas públicas, ni la mayoría de las estrategias empresariales, ni siquiera muchas dinámicas familiares reconocen que las madres son una fuerza silenciosa, pero invencible.
La llamada maternidad consciente, esa que invita a criar desde la presencia, la calma y la conexión emocional, no es solo un ideal personal de las madres: es una necesidad social. Numerosos estudios demuestran que los niños que crecen en entornos emocionalmente seguros, con vínculos estables y figuras cuidadoras presentes, desarrollan mejores habilidades cognitivas, sociales y emocionales. En otras palabras, una maternidad consciente no solo construye bienestar familiar, sino que sienta las bases del talento, la creatividad y la salud mental de la fuerza laboral del futuro.
Pero en Colombia, esa idea choca de frente con la realidad. Para ser una madre consciente se necesita algo más que amor: se necesita tiempo, apoyo y estabilidad económica. Y esas tres condiciones siguen siendo un privilegio.
Muchas mujeres, después de ser madres, se ven obligadas a renunciar a sus empleos porque no encuentran espacios de apoyo ni flexibilidad. Otras, en cambio, deben hacer lo contrario: dejar el cuidado de sus hijos en manos de terceros para poder salir a trabajar y garantizar el sustento del hogar. En ambos casos, el costo emocional es alto. En uno, se sacrifica la autonomía; en el otro, la presencia. Y en ambos, se compromete el bienestar de la madre y el desarrollo del niño. Es decir, nuestro presente y nuestro futuro.
La maternidad consciente es difícil de alcanzar, porque implica estar presentes sin culpa, cuidar sin agotarse y criar sin perder la identidad. Esto solo se logra cuando existe una red que sostiene: una pareja corresponsable, una empresa flexible, una familia que acompaña y políticas públicas que respalden la maternidad. Sin ese soporte, el ideal de criar con presencia y equilibrio se convierte en una carga solitaria que la sociedad exige, pero no respalda.
Y aquí es donde entra la conversación que muchas veces se evita: el “elefante blanco” en la sala.
Durante años, el mundo laboral ha visto a la maternidad como un obstáculo: una ausencia de cuatro meses por licencia y dos años de estabilidad que se perciben como un costo. Pero quizá deberíamos mirarla al revés. Una mamá con condiciones favorables y flexibilidad es, en realidad, un talento altamente productivo, leal y comprometido.
Cuidar su bienestar no es un gasto, es una inversión que fortalece la productividad del presente y, gracias a que permite ejercer una maternidad consciente, garantiza la productividad del futuro.
Porque cuidar a las madres es cuidar al país. Y el día que entendamos que bienestar y desarrollo no compiten, sino que se complementan, habremos dado un paso real hacia el progreso.
Pilar Acevedo Figueroa, vicepresidente de Estrategia y Desarrollo de Nuevos Negocios de Correcol
