Catalina Giraldo, CEO y cofundadora de Makler Inmobiliarios

Opinión

Proteger el patrimonio es una responsabilidad, no una opción

En Colombia existen mecanismos legales que blindan el patrimonio ante cualquier escenario. Tomar estas protecciones no significa desconfiar del futuro: es prepararse para enfrentarlo con serenidad.

Por: Catalina Giraldo
7 de julio de 2025

Julián tenía 58 años cuando sufrió un accidente cerebrovascular que le impidió hablar y tomar decisiones por sí mismo. Aunque había trabajado toda su vida para construir un patrimonio sólido —una casa, un par de locales comerciales y una cuenta de ahorros importante—, nunca pensó en lo que podría pasar si un día ya no podía gestionarlo. Su familia, sin protocolos ni instrucciones claras, se enfrentó a discusiones, bloqueos legales y decisiones postergadas por miedo a equivocarse.

Lo que parecía estabilidad, se volvió incertidumbre.

Como esta historia, hay muchas. Personas que han trabajado toda una vida, que con esfuerzo han construido un patrimonio, pero que, por desconocimiento o falta de planificación, lo dejan vulnerable a conflictos, demandas, embargos o simples desacuerdos familiares.

Proteger lo que con tanto esfuerzo se ha construido no es exagerado. Es responsable, inteligente y profundamente humano.

En Colombia existen mecanismos legales que pueden ayudarnos a blindar el patrimonio y prepararnos para cualquier escenario. Tres de ellos, en especial, merecen ser conocidos y utilizados:

1. Afectación a vivienda familiar:

Esta figura protege la vivienda principal de una familia, impidiendo que pueda ser vendida, hipotecada o gravada sin el consentimiento del cónyuge o compañero permanente. Esta protección se activa automáticamente desde el momento del matrimonio o unión marital de hecho, pero también puede hacerse explícita mediante escritura pública. Es una barrera legal frente a decisiones unilaterales y riesgos financieros.

2. Patrimonio de familia

Este mecanismo permite declarar ciertos bienes como inembargables, por ejemplo, la vivienda en la que reside la familia, protegiéndola frente a deudas presentes o futuras. Es especialmente útil para quienes tienen hijos menores de edad o dependen económicamente de un hogar estable. A través de esta figura, el bien queda blindado ante procesos judiciales, garantizando su preservación.

3. Fideicomiso: una solución a la medida

Cuando se trata de gestión integral del patrimonio, el fideicomiso se presenta como una de las herramientas más completas y versátiles. Se constituye mediante un contrato de fiducia mercantil, en el cual una persona natural o jurídica (fideicomitente) transfiere bienes a una sociedad fiduciaria para que los administre conforme a unas instrucciones claras y previamente definidas.

Esta herramienta permite mantener el control sobre los activos incluso en escenarios de incapacidad física o mental, evitar conflictos sucesorales, planificar la distribución del patrimonio a futuro y lograr una optimización tributaria legítima. Es también una vía para asegurar el cumplimiento de la voluntad del titular, aun en su ausencia.

Es fundamental que los propietarios encuentren soluciones fiduciarias personalizadas. En ese sentido, como fundadora y CEO de Makler Inmobiliarios, recomiendo a mis clientes tomar uno o varios de estos mecanismos para proteger su patrimonio. En nuestra organización tenemos alianzas que respaldan a los clientes a partir de fideicomisos que incluyen herramientas como instrucciones irrevocables, protocolos familiares, comités fiduciarios o beneficiarios previamente designados. En otras palabras, esta herramienta se convierte en un traje a la medida, hecho con criterio y sentido.

Además de estas figuras existen otras alternativas complementarias para proteger el patrimonio como las capitulaciones matrimoniales, la constitución de sociedades patrimoniales, los testamentos bien estructurados o los seguros con fines sucesorales. Lo importante es entender que el patrimonio no solo se construye: también se protege con estrategia y anticipación.

Proteger el patrimonio no es desconfiar del futuro: es prepararse para enfrentarlo con serenidad. Es elegir no dejar las decisiones más importantes en manos del azar o la urgencia. Es comprender que, aunque no podemos predecir lo que vendrá, sí podemos tomar el control desde hoy, con herramientas que nos dan paz, orden y previsión.

Una decisión consciente hoy puede evitar angustias mañana. Y no se trata solo de pensar en lo que puede salir mal, sino de planear para que todo lo que hemos construido tenga continuidad, respaldo legal y armonía familiar.

No todos los riesgos se pueden evitar, pero sí se pueden anticipar con inteligencia, empatía y asesoría profesional.

Creo en una forma más consciente de habitar el sector inmobiliario. Una forma donde el conocimiento se transforma en cuidado, y el cuidado en protección real. Como líder, como mujer, como profesional, me mueven los procesos que honran el esfuerzo de las personas. Y proteger el patrimonio —con herramientas legales, con asesoría adecuada, con aliados estratégicos— no es un lujo. Es un acto de amor y responsabilidad por lo que hemos construido y por quienes vendrán después.

Catalina Giraldo, CEO y cofounder de Makler Inmobiliarios