A nosotras, las mujeres, nos enseñaron a cuidar a otros, pero no necesariamente a escucharnos a nosotras mismas. Crecimos con frases como: “eso no es para ti”, “mira cómo naciste”, “mira con qué naciste”, “mejor no te ilusiones”, “eso es muy difícil” o “piensa en algo más realista”.

Opinión

Todos podemos emprender, y es más necesario que nunca

En esta columna, una reflexión sobre cómo, en medio de la incertidumbre económica y social, el emprendimiento sigue siendo un acto de propósito. Una invitación a creer, crear y construir, incluso cuando el panorama parece adverso.

Por: María Paula Cárdenas
29 de octubre de 2025

A veces parece que el mundo se detuviera. Que las noticias, los cambios económicos o la incertidumbre política nos dejarán sin aire. Y, sin embargo, todos los días conozco personas —mujeres y hombres— que siguen soñando, creando, levantando empresas, reinventando las suyas o simplemente dándole una nueva forma a su vida. Entonces recuerdo algo que he aprendido después de tantos años caminando en el mundo del emprendimiento: no existe el momento perfecto para empezar, pero siempre hay una razón poderosa para no rendirse.

Emprender hoy, en este momento del país y del mundo, es un acto de valentía, sí, pero también de amor. Amor por lo que hacemos, por lo que creemos y por lo que queremos construir. Es mirar más allá de los titulares, de las tasas de interés o de la incertidumbre… y enfocarnos en lo que sí depende de nosotros: la actitud, la visión, la comunidad que nos rodea y la convicción de que los sueños se trabajan, no se esperan.

Lo veo todos los días en las mujeres de Mompreneurs Colombia, una comunidad que nació precisamente en tiempos inciertos y que ha demostrado que, cuando hay unión, inspiración y propósito, las cosas florecen. No hay que tenerlo todo resuelto para avanzar; a veces basta con tener claro por qué y para quién lo hacemos.

Hoy, más que nunca, necesitamos rodearnos bien. De personas que nos impulsen, que crean con nosotros, que nos inspiren a ver posibilidades donde otros solo ven obstáculos. Ningún negocio crece solo, ningún sueño se sostiene en soledad. Por eso, tener un entorno que te escuche, te guíe y te recuerde que sí se puede, marca toda la diferencia.

Y claro, no bastan las ganas. También se necesita enfoque, preparación, herramientas, estrategia y una buena dosis de mentalidad. Pero, sobre todo, el corazón. Porque cuando algo nace desde ahí, cuando lo que haces ayuda a otros, mejora vidas o genera impacto, el camino —aunque difícil— siempre vale la pena.

Así que sí, es posible emprender hoy. Incluso —y especialmente— en momentos como este. Porque cuando lo que te mueve es auténtico, cuando te rodeas de la gente correcta y te atreves a creer que estás lista, el futuro deja de ser incierto para convertirse en una oportunidad.

No hay que esperar a que las condiciones mejoren para empezar. A veces el verdadero cambio comienza cuando decidimos movernos, incluso con miedo, incluso sin certezas.

Porque la verdad es que si lo llevas en el corazón, estás lista para arrancar porque el

mismo Dios lo ha puesto ahí. Si nunca lo has hecho, también es buen momento. Si siempre has estado en el mundo corporativo, también puedes hacerlo. Solo toma la decisión, visualiza y da los primeros pasos. Así es como se empieza a construir.

María Paula Cárdenas, directora Mompreneurs Colombia.