Oriente Medio
A dos años de los ataques terroristas de Hamás en Israel, SEMANA revive los atroces episodios que vivieron sus víctimas
Ad portas de un nuevo aniversario de los ataques terroristas de Hamás en Israel que dejaron más de 2.000 muertos, SEMANA recuerda los crueles episodios del grupo yihadista contra la población israelí.
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La masacre del festival Nova
364 personas fueron asesinadas y decenas más secuestradas por Hamás.

Un encuentro de música electrónica y baile como el Festival Nova, en el desierto cerca del kibutz Re’im, se convirtió en uno de los escenarios más sangrientos del ataque terrorista del 7 de octubre de 2023. Más de 3.000 jóvenes asistían a la celebración cuando, al amanecer, comenzó una lluvia de cohetes lanzados desde Gaza.
Minutos después, miembros de Hamás irrumpieron en el área en motocicletas, camionetas y parapentes, rodeando el festival. Los atacantes dispararon contra quienes huían en la carretera principal y lanzaron granadas y dispararon contra los refugios improvisados en los que decenas intentaban resguardarse. Cientos de personas murieron torturadas o calcinadas dentro de las inmediaciones del festival, que se volvió sinónimo de la crueldad de los ataques del grupo terrorista islámico.
Testimonios hablan de personas corriendo descalzas por campos de cultivo, fingiendo estar muertas entre cuerpos o atrapadas en embotellamientos que se convirtieron en trampas donde fueron ultimadas. El resultado final fue devastador: 364 personas asesinadas y decenas raptadas hacia Gaza, donde varias aún permanecen secuestradas por la agrupación terrorista dos años después. Otras cuantas murieron en cautiverio.
“La soledad fue lo más cruel”
Efrat Michikawa, sobrina de Gadi Moses, liberado por Hamás, habló en SEMANA del cautiverio de su tío y su posterior liberación.

“Todo fue confuso, como en una nube de humo. Nos enteramos de que seis familiares habían desaparecido y pasamos más de diez horas sin entender qué había pasado. Fue de noche cuando alguien nos envió desde Estados Unidos una foto publicada en Instagram: dos terroristas enormes llevaban a mi tío, con la camisa mal puesta, aterrado, sin entender nada.
Lo tuvieron aislado durante meses, solo con guardias armados. Le dejaban la comida en un plato, como a un perro. La soledad fue lo más cruel. Para resistir, se hacía preguntas, resolvía problemas matemáticos, repasaba canciones en silencio, inventaba clases para sus estudiantes. Caminaba kilómetros calculando los pasos en un cuarto de cuatro por cinco metros, aplicando teoremas para medir distancias.
Cuando fue liberado, lo trasladaron en helicóptero; lo primero que preguntó fue por la familia. Supo que había perdido a su esposa, pero que sus hijos y nietos estaban vivos. Y dijo: ‘Mi casa fue destruida, pero reconstruiré Nir Oz’. Su comunidad, de apenas 400 personas, perdió a uno de cada cuatro miembros y vio el 95 por ciento de sus casas incendiadas. Aun así, él decidió volver. Trabaja por la reconstrucción del kibutz y por la liberación de los 48 rehenes que aún quedan”.
“Esa cercanía con la muerte me marcó”
Janet Cwaigenbaum, ciudadana uruguaya, habló con SEMANA de cómo sobrevivió al ataque de su kibutz el 7 de octubre.

“Ese día lo tengo grabado. Al comienzo no entendíamos qué pasaba; luego supimos que terroristas habían entrado en ciudades cercanas. Después los escuchamos en nuestro kibutz: tiros, explosiones, las motos de los atacantes. La sensación fue clara: ‘Hoy no puedo morir’. Nadie está preparado para eso. Pasamos horas esperando que irrumpieran en casa. En mi barrio no entraron, y el alivio fue enorme, pero el miedo se quedó para siempre.
Esa cercanía con la muerte me marcó. Desde entonces valoro mucho más lo que tengo y agradezco cada día. Pero también me dejó un agujero en el corazón: la sensación de que la humanidad no ha aprendido nada, que seguimos destruyéndonos con odio. Han pasado dos años de guerra en los que Israel, que fue el atacado, terminó siendo visto como agresor. Israel sufrió el peor ataque de su historia, perpetrado contra población civil: se asesinaron niños, madres embarazadas, familias enteras.
Y tras todo eso, no vimos una condena real del mundo, ni de la ONU, ni de organismos de mujeres o de infancia. Volvimos a vivir al kibutz en enero. El 85 por ciento de las casi 600 personas regresaron, incluso siete familias nuevas llegaron en estos meses. Pero seguimos conviviendo con los ruidos de la guerra a pocos kilómetros”.
Masacre de Be’eri
130 personas fueron asesinadas en sus casas.

El kibutz Be’eri, a pocos kilómetros de Gaza, fue uno de los lugares más golpeados el 7 de octubre. Cerca de 70 terroristas de Hamás irrumpieron al amanecer, atacando con fusiles, granadas y explosivos. Más de 100 civiles fueron asesinados y decenas tomados como rehenes; algunas casas fueron incendiadas y otras reducidas a escombros. Los atacantes entraron incluso en refugios seguros, disparando contra familias que intentaban protegerse.
En total, más de 130 personas del kibutz murieron y unas 100 viviendas quedaron destruidas. Be’eri quedó como símbolo del horror y del trauma profundo que dejó el ataque. De a poco, algunos ciudadanos han querido volver a sus antiguos hogares a pesar de los hechos trágicos de los que fueron víctimas, pero que se han convertido en una muestra de resiliencia.
Familia destruida
El cautiverio de los Bibas se convirtió en un símbolo.

Shiri Bibas, de 32 años, fue secuestrada junto a sus dos hijos pequeños, Ariel, de 4 años, y Kfir, de apenas 9 meses, el rehén más joven, además de su esposo Yarden, quien fue liberado el primero de febrero de 2025, tras 484 días en cautiverio. En noviembre de 2023, el grupo anunció que la madre y los niños habían muerto en un bombardeo israelí, pero nunca presentó pruebas claras.
Durante meses, su destino fue incierto. En febrero de 2025, Israel confirmó que los cuerpos de los niños habían sido devueltos e identificados, y días después se comprobó que también el de Shiri había sido entregado, desmintiendo la confusión inicial sobre otra víctima. Los análisis forenses indicaron que no murieron por bombardeo, como alegaba Hamás, lo que provocó la fuerte condena de Israel.
Los que permanecen
Decenas de secuestrados se encuentran aún en cautiverio.

Tras el ataque del 7 de octubre de 2023, Hamás tomó como rehenes a 251 personas de Israel. De ese total, varios fueron liberados, rescatados o sus cuerpos recuperados. Según informes, actualmente quedan aproximadamente entre 50 y 80 rehenes en Gaza, vivos o muertos, cuyo estado exacto en muchos casos no está claro.
De esos rehenes restantes, al menos 34 han sido declarados oficialmente muertos por las autoridades israelíes. Hay algunos cautivos cuyo paradero se conoce, pero no su condición vital; también hay niños, ancianos y civiles entre ellos. Israel ha solicitado a Hamás que proporcione listas claras de quiénes están vivos, quiénes están muertos y bajo qué condiciones. La gran incertidumbre rodea a varios nombres: para algunos se han visto videos, para otros no existen pruebas de supervivencia.