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A las monjas rebeldes excomulgadas les piden que abandonen el convento en España. Ellas dicen que el papa es un “usurpador”
“Al no ser ya religiosas, no pertenecen a los monasterios y no deben estar en ese lugar”, dijo el arzobispo de Burgos.
El arzobispo de la ciudad española de Burgos pidió el lunes a diez monjas clarisas excomulgadas, y en abierta rebelión contra el Vaticano, que abandonen su convento. “Ante la excomunión y expulsión de la vida consagrada, las diez religiosas carecen de título legal para permanecer en los monasterios y dependencias anejas; por lo tanto, deberán abandonarlos”, declaró monseñor Mario Iceta en una conferencia de prensa en la ciudad del norte de España, dos días después de la excomunión oficial de las religiosas.
“De no producirse una salida voluntaria en fechas próximas, los servicios jurídicos no tendrán más remedio que iniciar las acciones legales a las que haya lugar”, avisó el arzobispo, sin dar un plazo a las monjas. “No hemos establecido un plazo, un plazo prudencial, no queremos actuar de modo precipitado, queremos ser muy respetuosos y esperemos que ellas se den cuenta de que, al no ser ya religiosas, no pertenecen a los monasterios y no deben estar en ese lugar”, añadió.
“Me siento respaldado por la Santa Sede. Estos días hemos estado muy en comunicación. Esta no es una cuestión del arzobispo de Burgos. La tarea es de la Santa Sede. Los monasterios como los de Belorado dependen de la federación, pero el superior último es la Santa Sede. Respecto al santo padre, tendrá muchas cosas a las que dedicarse y no me consta si sí o si no está informado de este tema”, dijo también el arzobispo de Burgos, según reseña ABC de España.
Estas diez hermanas viven en el convento de Santa Clara en el pueblo de Belorado, un recinto del siglo XV en el corazón de un pueblo de 1.800 vecinos a 50 kilómetros de Burgos. Las religiosas decidieron a mediados de mayo abandonar la Iglesia y ponerse bajo la autoridad de un sacerdote excomulgado, Pablo de Rojas Sánchez-Franco. “No reconocemos al papa” y “el Vaticano es una farsa”, le dijeron hace poco a la cadena Telecinco.
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Las monjas han sido claras en rechazar la autoridad de la Iglesia. “Nos hemos ratificado todas y cada una de nosotras, unánimemente, en no personarnos a este juicio eclesiástico al no reconocer la autoridad de ese tribunal, ni su jurisdicción sobre las almas, y menos aún sobre nosotras –tras habernos separado voluntariamente para adherirnos a la fe católica– ni, por ende, las penas canónicas que deriven de él”, indicaron, según reseña el diario El Mundo de España.
El asunto estalló en un contexto de disputas por la propiedad y acusaciones de pertenencia a una secta. Fundador de la “Pía Unión de San Pablo Apóstol”, Pablo de Rojas Sánchez-Franco, expulsado de la Iglesia católica en 2019, afirma pertenecer al “sedevacantismo”, movimiento que considera herejes a todos los papas que sucedieron a Pío XII (1939-1958). Según el arzobispo de Burgos, él y otra persona no identificada llevan en el convento alrededor de un mes.
Fue la anulación de la compra de un convento en el País Vasco español lo que hizo saltar el conflicto. En 2020, las monjas llegaron a un acuerdo con el vecino obispado de Vitoria para comprar el convento de Orduña, pero la venta finalmente fracasó. La transacción fue “bloqueada desde Roma”, dijeron las religiosas.
También afirman ser perseguidas por su jerarquía. A principios de junio, el arzobispo de Burgos, al que el Vaticano había pedido que zanjara el asunto, envió a varios representantes, acompañados de un agente judicial, para exigir, en vano, la entrega de las llaves de su convento.
*Con información de la AFP.