A menos de un mes de las elecciones, la rivalidad entre Lula y Bolsonaro está más encendida que nunca

Los brasileños están a semanas de las elecciones más polarizadas de su historia reciente, pues se enfrentan dos maneras totalmente opuestas de gobernar el país. Una marejada de ataques personales, desinformación, multitudinarias manifestaciones, dudas contra las autoridades electorales y las firmas de encuestas anticipan un final de película para los comicios del 2 de octubre.

En una esquina está Jair Bolsonaro, el actual mandatario del país y conocido mundialmente por ser un polémico líder de extrema derecha sin ningún tapujo para expresar lo que piensa. Durante su mandato tuvo que enfrentar la pandemia de la covid-19, lo cual le costó miles de críticas por las decisiones tomadas que llevaron a que más de 600.000 brasileños perdieran la vida.

Contra él se enfrenta Luiz Inácio Lula da Silva, quien fue presidente de la nación entre 2003 y 2010, pero cuyo mandato se vio empañado por el escándalo de corrupción de Petrobras. Además, cuando en 2019 intentó volver a la presidencia, fue encarcelado por dicho proceso, en medio de críticas al Poder Judicial por evitar la campaña electoral del líder de izquierda.

Todo esto ha suscitado un ambiente de revancha para los fanáticos de Lula, que lidera en todas las encuestas. Según la firma Datafolha, Lula encabeza con un 47 por ciento frente a 32 por ciento de Bolsonaro. Al salir este sondeo, el actual mandatario tachó a todas las encuestadoras de mentirosas y manifestó estar convencido de que va a ganar.

“En todas las encuestas, Lula aparece en la delantera. Como está el escenario hoy se puede esperar una segunda vuelta entre Bolsonaro y Lula, y con datos disponibles de las encuestas no se puede afirmar que el actual presidente tenga posibilidades de triunfar”, afirmó Ana Mauad, directora de la carrera de Relaciones Internacionales de la Universidad Javeriana.

Los ataques entre ambos candidatos no se han hecho esperar. En el primer debate presidencial, Bolsonaro tachó a Lula de haber dirigido el “gobierno más corrupto de la historia” y cuestionó al expresidente por querer regresar al poder. “¿Por qué quiere volver al poder? ¿Para seguir haciendo lo mismo en Petrobras?”, dijo.

Pero Lula no se quedó atrás: “El país que dejé es un país que la gente extraña, es el país del trabajo, donde la gente tenía derecho a vivir con dignidad, con la frente en alto (…) Este es el país que el actual presidente está destruyendo”, recordando, además, su legado en el crecimiento económico y la reducción de la pobreza.

El mandatario de derecha no ha estado lejos de las polémicas, ya que, fuera de criticar a las firmas de encuestas, puso un manto de duda sobre las autoridades electorales brasileñas. Aseguró que preparan un fraude a favor de Lula sin haber presentado alguna prueba. Por tanto, muchos en Brasil piensan que esta es una excusa del presidente para atornillarse en el poder en caso de perder.

Ante la posibilidad de que Bolsonaro se quede en el cargo, Ana Mauad declaró que, si bien es una retórica que ha mantenido durante la campaña, los últimos días se ha moderado. “Esa semana él mencionó que, si Dios quiere que él no siga como presidente, va a aceptar y retirarse de la vida pública. Ahora queda la duda de qué entiende él por voluntad divina”, dijo.

Las elecciones están a la vuelta de la esquina. Con un Lula confiado en triunfar y un Bolsonaro que espera dar la sorpresa, Brasil se divide entre dos mandatarios llenos de polémicas.