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Alarmante: en lo que va de 2023, casi 18 millones de niños han sufrido hambre desde el momento mismo en que nacieron
Fenómenos meteorológicos extremos hicieron que más de 27 millones de niños pasaran hambre en 12 países en 2022, según la ONG Save the Children.
El aumento del 135 % en la cifra de niños que pasaron hambre en 2022 con respecto al 2021, como revela un análisis de datos de la organización caritativa británica Save the Children, añade una dimensión desoladora al panorama global de crisis alimentaria.
Estos datos emergen justo antes de la inauguración de la Conferencia de la ONU sobre el clima (COP28) en Dubái, lo que subraya la urgencia de abordar la intersección entre el cambio climático y la seguridad alimentaria.
En el desolador escenario de crisis alimentaria de 2022, los niños vulnerables e indefensos ocuparon un lugar desproporcionadamente significativo, al representar casi la mitad de 57 millones de personas atrapadas en esta situación en 12 países.
Los estragos de la sequía, las inundaciones y otros fenómenos meteorológicos extremos quedan reflejados en los datos del Marco Integrado de Clasificación de la Seguridad Alimentaria (IPC), una iniciativa liderada por la ONU, diversas ONG e instituciones internacionales.
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Estos datos —para la ONG—, más que números, son un testimonio de la conexión ineludible entre el cambio climático y el sufrimiento humano, que exigen una respuesta global y coordinada ante esta creciente emergencia humanitaria.
En Etiopía y Somalia, hogar de aproximadamente la mitad de los 27 millones de niños sumidos en niveles alarmantes de inseguridad alimentaria en estos 12 países, la crisis alcanza dimensiones desgarradoras, destacó Save the Children.
En un llamado urgente, la organización subraya la realidad de que estos niños enfrentan consecuencias devastadoras a medida que los eventos meteorológicos extremos se vuelven más frecuentes, elevando su sufrimiento a niveles inimaginables.
La directora general de Save the Children, Inger Ashing, advierte sobre la inevitabilidad de consecuencias cada vez más brutales en la vida de los niños, si no se toman medidas contundentes. Ante este panorama sombrío, Save the Children insta a la acción inmediata durante la COP28, enfatizando en la necesidad de que se tomen medidas concretas contra el cambio climático.
La organización aboga por reconocer a los niños como “actores clave del cambio”, subrayando la importancia de abordar otras causas de la inseguridad alimentaria, como la prevención de conflictos y el fortalecimiento de los sistemas de salud.
Este llamado, respaldado por datos impactantes, resuena como un recordatorio urgente de la responsabilidad colectiva de proteger a las generaciones futuras de las consecuencias desoladoras del cambio climático y sus intersecciones con la seguridad alimentaria.
En Somalia, la situación humanitaria se ve agravada por las recientes lluvias torrenciales, cuyas consecuentes inundaciones han desplazado alrededor de 650.000 personas de sus hogares, siendo la mitad de ellas niños vulnerables.
En Pakistán, más de dos millones de niños continúan padeciendo desnutrición como secuela de las inundaciones que asolaron aproximadamente un tercio del territorio en el año 2022, dejando una marca devastadora en la salud y bienestar de la infancia.
A nivel global, la organización no gubernamental Save the Children destaca una alarmante realidad: uno de cada tres niños en el mundo, equivalente a 774 millones de pequeños seres, se ve inmerso en la pobreza, al tiempo que enfrenta la amenaza constante de fenómenos climáticos extremos.
En un informe recientemente publicado la semana pasada, Save the Children pone de relieve una estadística desgarradora: durante el año 2023, aproximadamente 17,6 millones de niños han experimentado la cruel realidad del hambre desde el momento mismo de su nacimiento, subrayando la urgencia de abordar las complejas intersecciones entre la pobreza y los impactos climáticos en la infancia a nivel global.
*Con información de AFP.