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Así son las amenazas del cibercrimen en Latinoamérica: la región es la más atacada en el mundo

Los atacantes buscan hurtar datos, realizar millonarios robos o incluso influir políticamente en elecciones.

23 de septiembre de 2025, 10:51 a. m.
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Hacker con teléfono móvil y ordenador en una habitación oscura. | Foto: Getty Images

América Latina se ha convertido en una de las regiones más golpeadas por el cibercrimen a nivel mundial. El crecimiento de los incidentes es alarmante: de acuerdo con datos presentados en la Cyber Security Week 2025 en Manaos, Brasil, los ataques digitales en la región han crecido a una tasa anual del 25 % entre 2014 y 2023, la más alta en todo el planeta.

Solo en los últimos doce meses se detectaron en promedio 1,9 millones de intentos de malware al día, es decir, 23 cada segundo. La proporción es tan grande que equivale a 1,1 intentos de infección por cada habitante de la región. El phishing, por su parte, también alcanzó un récord histórico: 1.291 millones de ataques entre 2024 y 2025, casi el doble que el anterior periodo.

Estos números reflejan una realidad donde el cibercrimen se ha convertido en un desafío social, político y económico.

“Con la inteligencia artificial generativa, hoy un engaño digital puede sonar perfectamente creíble”, explicó Claudio Martinelli, director de Kaspersky para América Latina. La diferencia, según él, es que si antes un correo mal escrito levantaba sospechas, ahora los mensajes fraudulentos son redactados por expertos.

Ese cambio es crítico en tiempos electorales, como el que vive Colombia de cara a los comicios de 2026. Según se argumenta, los votantes reciben información cada vez más sofisticada, en la que resulta difícil distinguir lo real.

“La seguridad digital no es solo un asunto técnico, es también una condición básica para garantizar la confianza en la democracia”, subrayó Martinelli.

Cybersecurity Week en Manaos
‘Cybersecurity Week’ en Manaos. | Foto: Kaspersky

Detrás de la mayoría de los ataques sigue estando el dinero. Fabio Marenghi, analista de seguridad de Kaspersky, explicó que los criminales digitales en la región operan con cierta lógica. “Los ataques en América Latina obedecen principalmente a una motivación económica. Sin embargo, atacar a gobiernos o instituciones públicas no solo genera réditos financieros, sino también notoriedad”, manifiesta.

En muchos casos, la naturaleza de los ataques también obedece a un relato de atacar a las élites. Esto ya que algunos grupos de hackers argumentan que al ir detrás de los bienes del Estado o a los políticos, es una forma de resistencia. Por dichas visiones, se refuerza la tendencia a aumentar las ofensivas en épocas electorales.

Las cifras presentadas durante la conferencia lo confirman, ya que el 41,8 % de los ciberataques registrados en la región en 2024–2025 tuvieron como blanco a instituciones gubernamentales, seguidos por la industria, las ventas al por menor y la educación. Países como Colombia, Argentina, Chile y Perú figuran entre los más afectados en este sector.

El panorama de amenazas es variado. Los ataques de secuestro de datos superaron los 3.000 incidentes diarios. En algunos países, estos ataques llegaron a paralizar servicios estatales y hospitales, como ocurrió en Costa Rica en 2022.

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En los últimos doce meses, se detectaron en promedio 1,9 millones de intentos de ‘malware’ al día. | Foto: Getty Images

Los troyanos bancarios también están en auge. Se reporta que más de 1,5 millones de intentos en el último año, causando pérdidas estimadas en 2.000 millones de dólares solo en 2024.

También el riesgo se extiende a los teléfonos móviles. Según la investigación, cada día se producen 5.577 ataques contra celulares en América Latina. Una de las mayores amenazas proviene de aplicaciones fraudulentas de préstamos. En el último año, se bloquearon 363.000 intentos en México, 88.000 en Brasil y 28.000 en Colombia, lo que muestra que los usuarios comunes se han convertido en objetivos prioritarios.

La vulnerabilidad no recae únicamente en los gobiernos. Isabel Manjarrez, investigadora de Kaspersky, destacó que el eslabón más débil sigue siendo el usuario.

“Un ataque puede comenzar con un simple clic en el celular de un votante, en su smartwatch o en cualquier dispositivo conectado”, afirmó.

Según se retrata, los criminales aprovechan la falta de educación digital y la sobreexposición de dispositivos conectados en hogares y oficinas. Desde un enrutador hasta una pulsera de monitoreo de salud pueden ser usados como puerta de entrada para robar datos o instalar archivos maliciosos.

En este escenario, los expertos coinciden en que América Latina es hoy un laboratorio de amenazas cibernéticas, donde la delincuencia digital se alimenta tanto de vulnerabilidades técnicas como de debilidades institucionales.